Papel de Arbol

jueves, 23 de febrero de 2012

CUSCO, CAMISEA Y LA INTEGRACION DEL PERU



Jorge Zavaleta Alegre
Los recursos naturales son para todos. Cuando el 6 de agosto del 2004, el presidente de la república abrió la válvula  de salida  del gas de Camisea que ya llega a  Lima,  no significó un acontecimiento de raigambre popular hasta que hoy se pone en marcha un proyecto concreto  que llega a las economías de menores ingresos.
La construcción de zanjas en una ciudad que nunca había planeado canales de distribución para este recurso, inclusive en la reconstrucción de Ica,  provocó hasta descontento, salvo las primeras empresas de la avenida Argentina, rumbo al Callao, como una fábrica de fina cristalería,  que tras 150 años de experiencia, debía apagar sus hornos por el alto costo de la energía, dejando en la calle a un centenar de diestros trabajadores, cuyo sindicato había tenido, incluso, el admirable aval  de uno de los hijos de la familia propietaria. 
Camisea tiene  pues una historia hasta turbulenta de veinte largos años.  Es la inversión  de mayor trascendencia en la historia del Perú, cuyo aporte al Producto Bruto Interno superaría el 8%, incluyendo enormes beneficios  sociales.
Los peruanos recordamos con desencanto  las primeras negociaciones  con empresas extranjeras, algunas de las cuales se negaron a dialogar con las comunidades nativas ni con la mediación de Iglesia. Después vinieron subastas con evidente propósito de desactivar las empresas públicas, incluyendo remate de grifos y refinerías.
El 9 de diciembre del 2000 hay un viraje. El Estado peruano suscribe la buena pro con el consorcio Pluspetrol de Argentina, Hunt Oil de EEUU y SK de Korea,  que ofertaron una tasa de regalías de 37, 24%. La concesión del transporte y distribución del gas natural y los condensados fueron ganadas por la argentina Tecgas, la argelina Sonatracch, y la peruana Graña y Montero con una oferta de 1449 millones de dólares como costo total del servicio, según una cuidadosa investigación del Instituto Riva – Agüero.
Cuando el gas  llega a Lima - después de surcar los andes desde la cuenca del Ucayali y  rastreando  antiguas civilizaciones que para el observador casual eran simples construcciones  o una duna en el desierto – la población comienza poco a poco  a percibir las ventajas del proyecto. La comercialización   del balón de gas GLP en 16 distritos de Lima, con el rótulo de Petroperú, constituye un simbólico paso en beneficio de las  amas de casa. Las estaciones participantes han sido calificadas por el Osinerg. La proyección es masificar el GNV y hacer respetar el contrato del Lote 88, que estableció la prioridad del mercado interno frente a la exportación.
La reactivación de  Petroperú, es un referente para entender la función de una empresa pública en áreas estratégicas, en alianza con la moderna empres privada, respetuosa de los acuerdos y de las exigencias de los consumidores. El Gasoducto Andino es el nuevo proyecto  más importante. La CAF anuncia que en  cuatro meses estaría finalizado el estudio integral con el que se definirá la modalidad de participación de Petroperú. Es más los 25 gobiernos regionales y la municipalidad de Lima han adelantado su respaldo y deseo de participar en el financiamiento.
La reactivación de petróleos del Perú, incluyendo la refinería de Talara y la implementación de un gasoducto virtual, tendrá que estar articulada al desarrollo agropecuario, reducción de  la pobreza rural,  conservación de los recursos naturales y la diversión de fuentes energéticas, que son los  más importantes desafíos que enfrenta la Región y el país.

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