El perro del hortelano, considerado el paradigma de la comedia del siglo de oro de las letras españolas, que Lope de Vega escribió para criticar la rígida estructura social de su época, es un canto a la vida y a la libertad, cuya esencia y conocimiento popular de su argumento, ha sido transgredido por políticos conversos al liberalismo, que defienden a cualquier precio un erróneo modelo, del cual son muy pocos los que disfrutan y muchos los eternos condenados de la tierra. La política amenaza la transgresión del discurso.
En América Latina, El perro del hortelano, recobra actualidad, en la pluma del académico peruano Sinesio López Jiménez (Piura, 1942), quien en crónicas periodísticas (Lápix editores), sintetiza investigaciones y metáforas que cuestiona orgánicamente a la “teoría” de Alan García Pérez, aspirante por tercera vez a la presidencia del país, arrastrando una gestión agresiva contra la Unidad Regional que busca cambiar la vieja data de economías mono exportadoras y dependientes del capital extranjero.
Sinesio López, en el Seminario de los Salesianos compartió aulas y caminos, teniendo como compañeros a Lorenzo Castillo y Segundo Correa, talentosos periodistas; a Julio Andrés Rojas Julca, doctor en educación y sociólogo, viceministro de Poblaciones Vulnerables en el gabinete del presidente Humala y a Nelson Saavedra. El padrino de su primera comunión católica fue Dionisio Romero Seminario.
Insomne orgánico que lo convierte en lector infatigable, ha sido director de la Biblioteca Nacional que con el apoyo de una Asociación de Amigos de la BNP, hizo realidad la moderna sede de esta institución y consiguió la devolución de una parte de los libros que la soldadesca extranjera se llevó en 1879, después de incendiar la principal biblioteca del Centro Histórico de Lima.
Junto con Carlos Iván Degregori, Alberto Flores Galindo, Humberto Hurtado, Matos Mar, Max Hernández, Pablo Macera, Gustavo Gutiérrez, Luis Felipe Angell “Sofocleto”, César Hildebrandt y otros; Sinesio integra la apretada lista de intelectuales opositores a la “teoría” y praxis de entregar los recursos naturales a las grandes corporaciones transnacionales”.
¿Qué hizo García para llevar al Perú al aislamiento en el concierto de la política internacional Latinoamericana?
-Mi hipótesis es que la falla principal de García radicó en la definición elemental de la enemistad en el campo de las relaciones internacionales, justamente en el espacio en el que es necesario definir con precisión amigo - enemigo.
Desde el comienzo mismo de su gobierno, García decidió que Chile no era el enemigo. Chile era y es, en el peor de los casos, un competidor que hay que vencer en el campo del desarrollo. Los países enemigos, en cambio, son aquellos que cuestionan el modelo neoliberal y apuestan al populismo y al estatismo (el llamado socialismo del Siglo XXI). García definió al enemigo de acuerdo a los tradicionales intereses nacionales del Perú sino a tono con los intereses del capital transnacional…
¿Se hablaba de una presunta guerra fría en nuestra Región? -Desde esa perspectiva inventó una supuesta guerra fría en América Latina, acusó a sus supuestos enemigos (Venezuela y Bolivia), de alentar la subversión en el enemigo en el ámbito nacional del país.
En ese horizonte de política internacional, García apoyó a Colombia en su conflicto con Venezuela y Ecuador y a propósito de las FARC. Lo mismo ha hecho en el tema referido a la instalación de bases militares norteamericanas a las que ha brindado un caluroso apoyo, acentuando el deterioro de las relaciones del Perú con Venezuela y Ecuador.
En resumen la ideologización neoliberal de las relaciones internacionales por parte de García ha conducido al Perú al aislamiento actual, error que no ha cometido por supuesto, el gobierno de Bachelet.
En los tramos finales de su gobierno, García corrigió parcialmente las deterioradas relaciones con Bolivia designando al embajador Rodríguez Cuadros con el objetivo expreso de recomponerlas.
¿Como asesor del primer ministro Salomón Lerner Ghitis (2011), al inicio del gobierno de Ollanta Humala, cuál es la visión de los próximos años, los mandatos y la democracia? - Fujimori, Toledo, García y Humala llegaron al gobierno con un programa de cambios, pero gobernaron con un programa neoliberal. Con pequeñas variantes, sus programas ofrecían más empleo, distribución del ingreso y un papel más activo del Estado en su relación con la economía, pero terminaron aplicando un programa de austeridad, de estabilidad de precios y de eficiencia del mercado.
El abandono del programa original no es, sin embargo, una característica de los políticos peruanos que acceden al gobierno. Susan Stokes (Mandates and Democracy, 2001), ha estudiado doce casos similares en A.L. Las respuestas más frecuentes han sido tres: Primera, la racionalidad pragmática, si los programas neoliberales han venido funcionando bien -se dice- no es necesario cambiarlos por un POS. Lo que no se dice es para quien los POS funcionan bien…
¿La segunda y tercera?
-En los países que tienen dos vueltas electorales para acceder al gobierno, los ciudadanos votan con el corazón en la primera y con la razón en la segunda… Una cierta moderación en relación con la primera…
Tercera respuesta. La corrupción. Los políticos se venden y los poderes fácticos los compran. En la historia peruana son conocidos los casos en los que la oligarquía financiaba algunos golpes de Estado. Un presidente preso (Fujimori) y las acusaciones contra otros dos presidentes (García y Toledo) revelan que la corrupción sigue vigente en los tiempos neoliberales…. García llegó al poder, por segunda vez, como el mal menor, frente a la amenaza radical de Ollanta Humala…
EL MUNDO DE LOS ASNOS
Marka fue un periódico de la Izquierda Unida en los primeros años de los ochenta, que promovió la candidatura a la presidencia del primer alcalde socialista de Lima, Alfonso Barrantes, pero éste prefirió renunciar a la segunda vuelta dada la dispersión ideológica y pragmática del frente que lideraba. En el año 2013, organizaciones juveniles, quieren repetir esa experiencia para contrarrestar el predominio de un cuasi monopolio nacional de los medios de comunicación.
Sinesio López, uno de los directores del diario Marka -junto con José María Salcedo, Guillermo Thorndike y Ricardo Letts-, enfatiza que las redes sociales van cumpliendo un progresivo rol articulador, aunque no son pocos los que están gestando una nueva expresión de ese medio popular.
López Jiménez, lúcido y ameno profesor de Postgrado en universidades de prestigio, recuerda que Marka pudo superar varios conflictos sólo con el valor de la verdad.
Aquí un referente. Rolando Balarezo, senador acciopopulista (1981-1985), fue denunciado por haber recibido de regalo un lujoso automóvil de la entonces Corporación de Desarrollo de Piura, su tierra natal. Publicada esa noticia, la rancia oligarquía denunció al diario por difamación, anunció juicios y exigía desmentidos inmediatos. La verdad se impuso. Funcionarios públicos, abrumados por la corrupción descentralizada, abundaron en pruebas y detalles irrebatibles, en tanto la defensa al Senador elevaba de tono en la Cámara Alta.
Como cronista asignado al Parlamento, autor de esta crónica, recibí el encargo de proseguir el caso, con una entrevista al senador belaundista, experimentado político, ex latifundista, compañero de aula y amigo entrañable de Dionisio Romero (banquero peruano-español, uno de los más ricos del país); de Javier Silva Ruete, reputado economista, presidente del Banco Central de Reserva y del Banco de Desarrollo o Corporación Andina de Fomento…); Mario Vargas Llosa (con quien estudió secundaria en un colegio piurano) y del sociólogo y paisano Rafael Merino Bartet, asesor del Servicio Nacional de Inteligencia que adquirió especial visibilidad en los juicios a Vladimiro Montesinos.
Con esa aureola del poder, Balarezo aceptó la entrevista propuesta. Pero sus respuestas, que ahora son recordadas, revelan el lado oculto y oscuro del poder, tema poco estudiado aún por psicoanalistas de la región andina.
El senador aceptó el error de haber recibido el automóvil de una entidad pública. Se declaró un hombre fracasado, empezando por la función de parlamentario, en tanto sus compañeros de juventud eran prestigiados ciudadanos de bien, reconocidos por el país y por la comunidad internacional.
Lamentaba que el gamonalismo no fue gratificante para su existencia. Que sus viajes a Europa no le satisfacían mucho porque al retornar a sus haciendas no tenía con quien compartir impresiones, ni tampoco se atrevía a compartir las vacaciones con sus campesinos, como se le sugirió en el diálogo por los Pasos Perdidos del Parlamento.
En ese momento gris, de frustración, confesó que si el Parlamento diera una Ley para recuperar sus tierras, él se opondría y no aceptaría volver ni siquiera por un día al mundo rural.
¿Y porqué esa extrema aseveració? Porque… el “campo asna, asna”, fue la frase que brotó de su profunda intimidad.
CONCLUSIÓN Desde 1969, que se dio la Ley de Reforma Agraria, nunca se dio una norma específica sobre la devolución de la tierra a sus antiguos propietarios. El latifundio ha regresado y con prisa. Los campesinos son sub asalariados y el país un exportador de buenos y abundantes alimentos, en tanto la niñez sufre de alta desnutrición y educación de poca calidad. Los programas y proyectos de inclusión social del gobierno humalista son aún insuficientes. García prefirió con su “teoría” del Perro del Hortelano, dar paso a costosas moles de cemento y una menor dinámica a la inversión contra la pobreza secular. Sólo crecimiento económico, con escaso desarrollo.
Sinesio López, egresado de la Escuela de París, doctor en Sociología, miembro de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica; y Otoniel Velasco, de la Universidad de Harvard, uno de los fundadores, hace 50 años, de la Planificación en el Perú, opinan que la Reforma Agraria significó el fin de la oligarquía y el nacimiento de un país de pequeños propietarios, marcando el inicio de una sociedad diferente.
Las cifras del Banco Central ratifican que la producción no bajó como consecuencia de la reforma agraria. La producción agraria varía por el clima, si llueve hay un buen año agrícola, si hay sequía hay mal año agrícola. Por las cifras oficiales y las múltiples referencias de buena producción, la reforma agraria no fue un fracaso. En la costa hay una transnacionalización del nuevo latifundio, la minería con grandes privilegios para el capital y la silenciosa neutralización de la consulta previa a los comuneros para ingresar a la Amazonía. En el campo hay una ausencia de derechos, y una oportunidad política para fortalecer la integración nacional en armonía con Sud América.
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