Papel de Arbol

domingo, 20 de noviembre de 2016

ISAIAS ZAVALETA: UNA VOZ PARA SU COMARCA

Isaías Elías Zavaleta  Figueroa,  en la tarde primaveral de Trujillo, del 24 de setiembre del 2016,  dio su último suspiro, caminando hacia el siglo de vida (Caraz,16/2(1916) y siempre  buscando espacios para la Libertad.

Escritor, poeta, compositor de música, matemático y rebelde misionero del Cristianismo, fue despedido por quienes seguimos muy de cerca  su  vida, siempre apasionada por los derechos de la familia, premisa esencial para soñar y construir un mundo, no de los sepulcros, sino una realidad que impone el intenso trajín de los días, para las grandes mayorías.

Ligado siempre al diálogo con los jóvenes, la prensa de diferentes latitudes ha destacado su obra, la cual sus hijas e hijos siguen de cerca, tratando de conservarla  y promoverla: 

Como despedida, Alejandro Méndez Olivera, el profesor de idiomas  de la  centenaria Universidad Nacional de Trujillo,  pronunció  un discurso de despedida. Con su venia, reproducimos parte de sus palabras, que siguen repitiéndose en los oídos de quienes conocieron la dimensión de la poesía y de los sentimientos de este hombre entregado al servicio de la comarca, expresión que más allá de la rígida geografía, encarna un valor supremo del hombre y la mujer, pareja que tienen la misión sagrada de velar, de buscar la felicidad, aunque esta sea breve, fugaz,  huidiza o trunca.

CIENCIAS Y LITERATURA
"No  es fácil  sobreponerse  ante los designios de Dios, como es la muerte material de don Isaías, ilustre hombre del saber, quien fue un hombre polifacético que cultivaba las ramas de la ciencia y la

literatura, riqueza que ponía  de manifiesto en las aulas del saber. En las ciencias cultivaba: las matemáticas: álgebra, geometría y trigonometría. En  las letras: escribió una hermosa novela El Final de una vida, cuentos, diálogos y obras teatrales que eran presentadas en escenarios caracinos y pueblo vecino", expresó Alejandro Méndez, a los presentes en el cementerio, camino a las playas de Huanchaco, pasando por las ruinas cada vez más destruidas de la ciudadela de Chan Chan, que refuerza ahora la tesis de que la civilización no se originó en los Andes sino en el litoral.

"Hablaba también en Quechua, era un quechuélogo, conocedor de nuestra lengua materna, como todo  buen maestro. Se que usted me va a entender esta expresión quechua", dijo Méndez Olivera ante sentida ceremonia:
Kay ayapampachoo shumayqamki Shumaq punuki-Aywalla Tayta

Descanse en paz. Sus  paisanos y amigos de Caraz (capital de la provincia de Huaylas, Región Ancash), fue la frase de la despedida  del presidente de la Asociación de Caracinos, residentes en Trujillo.

*Alejandro Méndez Olivera, Profesor de la Universidad Nacional de Trujillo en la especialidad de idiomas.



EL FINAL DE UNA VIDA
Isaías Zavaleta, en su novela El Final de una vida, presenta al personaje central como a los demás que conforman el elenco de esta obra,  simbolizando la trama real del mundo actual en que vivimos, con su odio, desengaño, vanidad, lucro, farsa, vicio, venganza, deslealtad, conductas que luchan contra el amor y el perdón, únicos patrimonios que el hombre debe defender a todo costo.


Por eso, Zavaleta Figueroa sostiene que "si peca demasiado es por no saber presentar a sus hijas virtuales (las ideas), carentes de ropaje literario y exentos de colorido artístico en sus formas; 

Encambio sí, las dejo salir tal como han sido concebidas en parvadas, cual avecillas que se deleitan en la libertad de sus alas, porque sé que dejándolas libres con la sinceridad que se las envía, llegarán al oído de los ricos y de los pobres, de los que engañan y de los desengañados, de los que gustan disfrutar del poder a expensas del hombre ajeno y de los que sufren el abuso de aquellos".

Isaías Zavaleta, militante del   cambio
social, promotor de grupos de estudio de la Política, concejal  de  Huaylas, formó parte, junto con las  familias  Torres de Carhuaz, Béjar de Caraz  y Erickson de EEUU  en la  gestación de la primera Iglesia Protestante del  Callejón de Huaylas, en una etapa en donde la pluralidad del pensamiento  era combatido y censurado por la  comunidad local. Zavaleta llegó a dirigir una de las iglesias más grandes del Perú, El Sembrador en La Libertad,y ejercer la función de misionero de la Asamblea de Dios en el Perú, Abogó siempre por una organización que debería asegurar los derechos sociales de sus organizaciones, que no son incompatibles sino complemento de una sólida militancia y responsabilidad.

REFERENCIAS:

Lienzo July Balarezo.Taller Mestres Barcelona-Lima,  2000





Paisaje  de Caraz, ciudad ubicada al  pie del nevado   Huandoy