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ENFOQUE
El sacerdote José Carlos Garaycochea explica que Fe y Alegría es una organización que convoca en el Perú a 89,000 niños, niñas y jóvenes, los que comparten un modelo de educación estrechamente vinculado entre la familia y la comunidad.
3/1/2017
Jorge Zavaleta Alegre Periodista
Una forma de comprender esta obra es visitando un colegio de Fe y Alegría en Andahuaylillas, a 45 kilómetros al sur de la ciudad del Cusco. Allí se encuentra una de sus sedes, frente a un colegio nacional, solo separados por una estrecha vía para caminantes y arrieros que suben y bajan de las comunidades. La diferencia entre ambas instituciones es abismal. Por lo general, los profesores son recomendados por un parlamentario, el ministerio del sector o un delegado del partido político en el poder.
En cambio, los comentarios respecto a Fe y Alegría son el polo opuesto. La plana de profesores está cubierta desde el primer día del año escolar. Si tardara el nombramiento, el director y una delegación de profesores y vecinos se dirigen a las instancias provinciales y regionales. Y esperan de pie hasta que la autoridad entregue las respectivas resoluciones. La puntualidad es una norma vigorosa.
Sus profesores mantienen un cálido clima de relaciones con los alumnos y padres de familia. Tienen mística.
El plantel de Fe y Alegría dispone de un auditorio especial para presentaciones de coros, teatro, cantos; además de canchas deportivas, granjas con aves, vacas lecheras, con una autoridad que tiene registrado en libros de caja.
Los directivos mantienen estrecha relación con las grandes empresas. Reciben donaciones nacionales y del exterior. Las placas de agradecimiento aparecen en un muro especial. Fe y Alegría de Perú inicia sus actividades en 1966, con la creación de cinco colegios en las zonas pobres que circundaban el perímetro de Lima. Se trazó como su principal objetivo la educación integral de calidad para los sectores marginales.
Entre 1975 y 1979 se enfatiza el trabajo de fortalecimiento del equipo y el accionar pedagógico, se potencia la educación técnica mediante talleres y una formación más integral. Así surgen los programas de autoempleo, con la fundación de colegios en la selva, la expansión de la educación rural por intermedio de redes escolares, la Defensoría del Niño, la escuela de padres y la educación radiofónica.
Fe y Alegría es un movimiento de educación popular integral y promoción social, basado en los valores de justicia, libertad, participación y fraternidad, dirigido a la población empobrecida y excluida para contribuir a la transformación de las sociedades.
El fortalecimiento de la escuela pública es una demanda impostergable. Y tiene en Fe y Alegría un modelo de eficiencia como institución al servicio de las poblaciones.