Papel de Arbol

sábado, 27 de octubre de 2018

LA SALUD MENTAL EN TIEMPOS MODERNOS


APROXIMACIONES

Uno de los logros más importantes del proceso de globalización es la acelerada sepultura de viejos mitos, leyendas y prejuicios sobre la salud mental. Aumentan las voces sobre las ventajas económicas y sociales de sumar esfuerzos por entender que no hay salud sin atención prioritaria de la salud mental.

18/10/2018

Jorge Zavaleta Alegre

La guerra comercial entre Estados Unidos y China, que parece involucrar también a la India, tiene como uno de sus ingredientes la promoción de la medicina alternativa, que se nutre de las viejas prácticas, conocimientos ancestrales e insumos de las poblaciones nativas. No es un secreto que los llamados curanderos o chamanes de la Amazonía, por ejemplo, son los que han contribuido en el tratamiento de la salud mental con el uso de insumos que ofrece la naturaleza.

El sínodo que anuncia el papa Francisco para proteger la Amazonía tiene que ver con (la necesidad de propiciar) la reserva planetaria de alimentos e insumos para la conservación de la vida, más allá del petróleo y otros minerales.

La OMS indica que el número de personas con depresión o ansiedad –las enfermedades mentales más comunes del mundo– aumentó de 416 millones a 615 millones entre 1990 y 2013. Esta cifra podría seguir creciendo debido a las múltiples emergencias humanitarias que se presentan a escala global y que generan depresión y ansiedad en una de cada cinco personas.

Patricia Jara, especialista de la organización BID Gente Saludable, explica que debido a la complejidad de los trastornos mentales y a los estigmas que pesan sobre los que los padecen es difícil diagnosticar y tratar adecuadamente estos males.

De acuerdo con el National Institute of Mental Health (Instituto Nacional de Salud Mental), solo la mitad de los pacientes con enfermedades mentales recibe un tratamiento adecuado. La baja adherencia terapéutica en estos desórdenes evidencia la vulnerabilidad de los pacientes. Una encuesta telefónica en Francia encontró que 15% de pacientes admitió que finaliza su tratamiento antes de lo indicado; y que 22% redujo las dosis de medicamentos prescritas por los médicos tratantes.

Aunque nuevamente el factor costo juega en contra, los beneficios de invertir en los tratamientos adecuados de salud mental son significativamente mayores. Por ejemplo, se estima que en Estados Unidos cada dólar invertido en el tratamiento para la depresión y ansiedad rinde 4 dólares estadounidenses en ganancias en salud y capacidad de trabajo. En México, la tasa de retorno en beneficios económicos y de salud por cada peso invertido sería de 3.3 a 5.7.

En el contexto del envejecimiento progresivo de la población y el aumento en las enfermedades crónicas, estos gastos se acrecientan debido a la demanda de medicamentos para tratar patologías como la hipertensión, la diabetes o la depresión. Ante este panorama, los paradigmas sobre el bienestar en la sociedad del conocimiento merecerían una nueva revisión.