Papel de Arbol

martes, 20 de septiembre de 2011

EL AGUA Y EL MITO DE LA MINERÍA

Jorge Zavaleta Alegre
En la tasa de café que estamos consumiendo, están comprometidos 24 litros del agua, afirma el ingeniero Julio Kuroiwa hijo, Jefe del Laboratorio Nacional de Hidráulica de la UNI.

La Atarjea de Lima
Con este preámbulo, el ex ministro de Educación y urbanista, Javier Sota Nadal considera muy importante sumarse a un esfuerzo internacional para inventariar la huella del agua en los innumerables bienes, servicios y procesos productivos, y determinar, desde esta perspectiva, el beneficio- costo de un producto.

En Arequipa, la segunda ciudad del Perú, acaba de realizarse la convención minera – Perumin y una exhibición tecnológica. La principal conclusión fue que la minería debe ser parte de los planes de desarrollo del país.

Según los organizadores de este encuentro empresarial, su planteamiento es producto de la evaluación del impacto económico y social que generan los recursos minerales, y que el principal reto es que las autoridades incorporen a la minería en los planes de desarrollo local, regional y nacional, “impulsando su desarrollo en zonas altoandinas donde se anida la pobreza extrema".

Los gremios de trabajadores, por su parte, rechazan "las actividades mineras que no se han consultado" y exigen que “se implemente la Ley de Consulta a los Pueblos Indígenas y Originarios, aprobada por el Congreso de la República, para evitar futuros conflictos sociales”

También en esa cita arequipeña, se escuchó una interesante declaración, perdida entre otros mensajes. Fue la del ex ministro del Ambiente, Antonio Brack Egg, reconocida autoridad por la comunidad científica: “Es un mito que la minería sea la principal fuente de contaminación de agua en el Perú”, dijo después de participar en una mesa redonda sobre “Agua y Ordenamiento Territorial”

Afirmó que las personas son la principal fuente de contaminación y que por parte de la minería serian los “pasivos ambientales mineros dejados de quinientos y cuatrocientos años atrás” y que la contaminación de mineras que sean graves para el medio ambiente, sea una “mina formal o informal, grande o chica hay que denunciarla inmediatamente”.

Precisó que la contaminación de la minería “no se compara con la de agricultura, y la contaminación de las mineras se da más por el uso irresponsable de cianuro, mercurio y otros químicos utilizados sin responsabilidad por la gran mayoría de mineras informales”.

Los astrofísicos han llegado a la conclusión que el agua es el elemento que deben buscar en el universo para saber si existe vida; es decir H2O. La creciente población del planeta - siempre sedienta- ha determinado que el agua se convierta en un bien estratégico. Hay países que la poseen en exceso (Holanda), otros donde es escasa (Israel) y aquellos que donde abunda pero su distribución y disponibilidad es complicada y difícil.

El Perú es contradictorio. La mayoría de los peruanos habita en la costa, donde el agua es escasa, pero posee las mejores tierras para la agricultura. De ahí que sea necesario planificar sobre el uso del agua.

Es pertinente reforzar una política anti cíclica para el agua, que debe iniciarse con un inventario de todos los posibles vasos de retención de esa bonanza y construirlos a ritmo adecuado junto con sistemas para recargar el acuífero, que no es otra cosa que introducir agua al suelo en las cabeceras de los valles costeños. Los expertos señalan que es igual la recarga del acuífero que una represa, porque al final, por gravedad, llegará de todas maneras abajo, donde se la necesita.

También es impostergable reforzar la Autoridad Nacional del Agua, con mejores presupuestos y convocatoria de técnicos y laboratorios.
Titicaca, peligra la crianza de truchas

Acaba de ser restaurada la Autoridad Binacional del Lago Titicaca, precisamente, para tratar la contaminación, que según las autoridades de la Región Puno demanda una acción decidida de los municipios, porque la totalidad de los distritos no procesan las aguas ni los residuos sólidos. La ganadería y la agricultura utilizan insecticidas y abonos químicos sin control alguno; y la minería informal, en los casos de La Ananea y La Rinconada, demanda esfuerzos concertados para proteger la Cuenca del Ramis que desemboca en el Lago peruno-bolivino. Igual panorama sucede en Madre de Dios con la extracción informal del oro y las aguas del Tambopata. O en Lima donde solo 22 de los 43 distritos tratan las aguas residuales.

El cuidado del Agua es un compromiso de todos. Y no promesas de “ciudades saludables”, con líderes “ambientalistas” que se pasean de foro en foro, inclusive logrando fugaces fotografías junto a Al Gore, Bill Clinton, Ban Ki – moon, Pratibha Patil o Manmohan Singh, y retornan a los distritos del Perú o de un poblado latinoamericano, prometiendo proyectos “financiados” por la banca multilateral que tarde o nunca llegan, salvo en costosas publicaciones.