elmercuriodigital.- agosto 18, 2018, Washington DC
Jorge Zavaleta Alegre.-La forma más extrema de la pobreza es la indigencia. Es una supervivencia sin las necesidades más básicas, como alimentos, agua o techo. En la región subsahariana de África, casi la mitad de la población vive así.
El continente africano es el más empobrecido del mundo. Con la excepción de -Argelia, Nigeria, Egipto, Marruecos y Sudáfrica los países más pobres del planeta se encuentran en África. La migración a Europa es creciente, pero aún persiste hacia EEUU, no obstante lo que implica cruzar el Atlántico para pisar Brasil como primer puerto.
Kofi Annan, diplomático negro que llegó a ser Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York 1997-2006, además de ganador del Premio Nobel de la Paz en 2005, murió el sábado 18 de agosto en Berna, Suiza, a los 80 años.
Su desaparición permite recordar sus aportes a la causa de su región, la deuda que el mundo tiene con Africa y su población errante,marginada. Africa poco ha avanzdo en cuanto a la integración con Europa y EEUU:
El diplomático ghanés y Premio fue un símbolo de lucha de los derechos humanos y un ferviente defensor del desarrollo en África. “Un internacionalista profundamente comprometido que luchó durante toda su vida por un mundo más justo y pacífico”, destaca el comunicado que se difundió tras su muerte.
Nacido el 8 de abril de 1938 en Ghana, Annan ha sido el único Secretario general de la ONU originario de África subsahariana,. En ese lapso enfrentó el difícil período de la guerra en Irak, y su balance quedó ensombrecido por acusaciones de corrupción en el caso de “petróleo por alimentos”:
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Según documentos publicados por La Gaceta alternativa, podemos descubrir algo de la verdad en lo que del siglo XXI.
Más allá de las declaraciones de los políticos, datos y la cruda realidad a través de un completo informe del sindicato de Policía ASP, hasta 30 millones de personas podrían intentar acceder a Europa en las próximas décadas, Por su enorme interés, reproducimos a continuación el comunicado:
“Sólo en Libia hay cerca de un millón de inmigrantes irregulares subsaharianos con intención de acceder a Europa.(A los que habría que sumar otros 300.000 que en los tres últimos años han llegado a la costa europea principalmente por Italia).
Según la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), así por los equipos bilaterales de países de la Unión Europea desplegados en casi todos los países del África subsahariana, como algunas ONGs coinciden en una situación dramática.
Para 2018 debido al larga sequía que azota desde 2014 la parte central y occidental de Sahel y que ha sumido a uno de cada cinco habitantes en la necesidad de ayuda humanitaria urgente, y donde en la parte occidental (norte de Senegal, sur de Mauritania, Burkina Faso, Niger, Chad, y Mali), la falta de lluvias no sólo ha afectado a las cosechas, sino que ha diezmado al ganado y ha afectado al resto de medios de subsistencia.
En la misma línea y citando fuentes oficiales, solo en Chad, más de cinco millones de personas van a necesitar ayuda humanitaria en 2018.
Todo esto sin contar con los conflictos armados de Nigeria, Sudán del sur y Somalia, donde también los dos últimos están castigados por las sequías, provocan que si la situación de hambruna extrema y conflictos no varían, según estimaciones de fuentes policiales extranjeras y europeas desplegadas en la zona.
En las próximos décadas habría una cifra superior a 30 millones de africanos con intención de emigrar hacia Europa siempre confluyen dos requisitos, primero; que continuara abierta alguna ruta de éxito de entrada en Europa como lo que ocurre actualmente en Libia y segunda; que tuvieran las condiciones económicas favorables para poder hacer frente al pago exigido por las mafias dedicadas al tráfico de personas para alcanzar suelo europeo.
Desde el mes de julio las autoridades libias están controlando las salidas de embarcaciones con destino a Italia y también están empezando a realizar devoluciones de centenares de inmigrantes hacia Níger y Chad principalmente, se está produciendo un movimiento de masas hacia el oeste, principalmente hacia centro de Argelia, buscando la ruta hacia Marruecos a través de los antiguos pasos fronterizos del norte, principalmente de Magnia.
Solo desde 2015 han llegado a Europa más de un millón de refugiados procedentes de Siria, Afganistán e Irak a través de las fronteras de Turquía, y desde 2016, sólo a Italia han llegado vía marítima más de 313.000 inmigrantes irregulares (181.380 en 2016, 119.310 en 2017 y 13.808 hasta junio de 2018).
Estas cifras, por mucho que se quieran maquillar o justificar representan un fracaso absoluto de la gestión migratoria de la Unión Europea, donde la única solución encontrada es pagar 3.000 millones de euros al año a Turquía para que tapone las fronteras con Siria y 130 millones de euros iniciales a Libia acordados en la pasada cumbre de La Valetta (Malta) celebrada el pasado 3 de febrero de 2017 que corte la llegada de miles de subsaharianos que aguardan en sus costas.
Los documentos de La Gaceta indican, y sus comentarios condenan la doble moral de la UE: La Unión Europa cuando de puertas para fuera, pagan a través de los fondos europeos a Marruecos, Argelina, Túnez, Egipto, Libia, Mauritania y Turquía para que repriman policial y militarmente las rutas de inmigración irregular con destino a Europa, y de puertas para dentro anuncian a bombo y platillo sonrisas, apoyos, declaraciones oficiales, así como medidas sociales para los que logren vulnerar nuestras fronteras, enviando un mensaje de buenismo infantil.
Desde hace más de veinte años, los gobiernos de la Unión Europea vienen ocultando la realidad a unas sociedades europeas que en algunos sectores se creen el mensaje de “espacio de libertad y acogida” mientras al mismo tiempo pagamos cada año a los países del norte de áfrica para que repriman a los inmigrantes. En esa línea, han sido numerosas las denuncias de las ONGs sobre la represión ejercida sobre los migrantes subsaharianos para impedir que alcancen suelo europeo.
1º.- El primer hecho fue el ametrallamiento y muerte de 14 subsaharianos el 29 de septiembre de 2005 en el puesto fronterizo de Biutz (Ceuta)
2º.- Situación denunciada por MSF cuando en repetidas ocasiones ha denunciado como los inmigrantes irregulares han sido trasladados al desierto en camiones y abandonados allí
3º.- En junio de 2018 cuando Argelia abandonó en el desierto a 18.000 inmigrantes.
Por tanto podemos afirmar que “los éxitos en el control de la inmigración irregular no son de Frontex, ni de la Guardia Civil, ni de la Policía Nacional, ni de las policías europeas, ni de las armadas desplegadas en el mediterráneo, sino de cinco países del norte de áfrica que previo pago, nos hacen el trabajo sucio”.
Por último conviene recordar que el país más perjudicado por un efecto llamada en Europa es Marruecos, debido a que es el primer país que absorbe el impacto de la llegada de esas bolsas de miles subsaharianos a la espera de acceder a Europa a través de España. Tanto es así que Rabat en 2014 y 2016 se vio en la obligación de acometer dos procesos de regularización extraordinarios de inmigrantes donde se regularizaron a 52.000 inmigrantes, la mayoría subsaharianos.
Las fuerzas de seguridad tienen prohibido el uso de material antidisturbios en las avalanchas violentas que se producen en las vallas de Ceuta y Melilla, cuando sin embargo, en cualquier otro escenario dentro de nuestro territorio se debería emplear la fuerza en casos similares.
En segundo lugar, las llamadas “devoluciones en caliente” (devolverá todo aquel que salta) a pie de valla están prohibidas por la Unión Europea.
En tercer lugar, el gobierno actual ha manifestado su intención de retirar las concertinas de las vallas. Y por si fuera poco, la Policía Nacional no puede expulsar a la gran mayoría de los inmigrantes irregulares, debido a que éstos ocultan sus verdaderas identidades y nacionalidades, para semanas después, empadronarse en ayuntamientos y obtener la tarjeta sanitaria.
Lo que no ayuda en nada, y ya es una máxima de todos los gobiernos, es ocultar la realidad.
LA TRAVESIA POR EL ATLANTICO
La emigración de africanos hacia Estados Unidos, a través de Latinoamérica, va en aumento, utilizando como primera escala el desembarco en Brasil, para continuar por Perú, Ecuador, Colombia, Panamá. Pasar por Centroamérica es más difícil desde el 2015 en que creció la migración de cubanos y ahora de venezolanos
En Honduras los salvoconductos son cada vez más restringidos y el paso siguiente es Guatemala hacia México, cuyo Instituto Nacional de Migración informa que el flujo de emigrantes africanos por su territorio se ha disparado de 543 detenidos en 2013 a 2.045 en 2015, la mayoría de Somalia, asolada por el conflicto, la sequía y el hambre.
Para saltarse el Atlántico, son miles de kilómetros e infinidad de peligros, especialmente en el violento tramo centroamericano-mexicano, infestado de mafias depredadoras, los africanos pagan sumas que van de los 5.000 a los 10.000 dólares a redes de tráfico de migrantes, un peligro en sí mismas. Estas odiseas intercontinentales no suelen ser africanos muy pobres sino con recursos suficientes para afrontar el viaje, profesionales con formación en sus países y a menudo con familia asentada en Estados Unidos, señala la policía mexicana en Benito Juárez, ciudad que limita con El Paso, en Texas, zona que hace tres o cuatro décadas eran espacios relativamente pacíficos y menos vigilados. Las manifestaciones culturales eran más intensas, empezando por la música.
https://www.cuadernointercultural.com/recopilacion-de-canciones-sobre-inmigracion
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