Papel de Arbol

sábado, 2 de mayo de 2020

154 años después, desde Huaylas se revisa la Educación Nacional.


https://www.youtube.com/watch?v=oWHRsdI9vg4
Escribe Jorge Zavaleta Alegre.
El 2 de Mayo del 2020, el Perú  encuentra, a través del Colegio Nacional de Caraz, capital de la Provincia de Huaylas, la oportunidad de analizar el futuro de la Educación y el desarrollo sostenible en el siglo XXI. Recuerda  los 154 años del fin de la Guerra hispano-sudamericana, que enfrentó  España contra la alianza de Chile, Perú, Bolivia y Ecuador. 

https://papeldearbol-papeldearbol.blogspot.com/2020/05/nuevo-reto-para-gobiernos-locales.html Se suman voces.....

Gran oportunidad para revisar la historia de esa parte de  América, y convocar a sus hijos que se fueron para construir una nueva patria. 

El escritor Carlos Eduardo Zavaleta, cuyo nombre lleva la Bibiotecca Municipal, nació en esta tierra, cuyo paisajel convoca al mundo., Hoy, sus habitantes se ven más obligados a construir un espacio para promover el retorno  de sus hijos, hoy víctimas del éxodo masivo de una Gran Lima, que alberga 12 millones de personas de los 33 millones de habitantes,.cuyas condiciones obligan a volver a la tierra donde nacieron. .

Uno de los primeros promotores de este movimiento  es David Flores Vásquez, jurista experto en turismo social  y director de la Lira Huaylina. 

Hernán E. Osorio Herrera, fundador del Museo de Arqueología del  gobierno local, investigador del pasado  histórico de Caraz,, cuyo proyecto de Ley se  estancó en el Congreso Anterior y ahora en manos del Ministerio de Cultura.

Creemos que  ha llegado la  oportunidad de  despertar del letargo i para convertir el
Callejón  de  Huaylas en modelo  del desarrollo sostenible, térnino que va más allá de los esquemas  oficiales  de la  comunidad internacional, debido a que la realidad exige una dinámica distinta. 


 Después de la segunda guerra mundial, los principales líderes nazis huyeron por el mundo, especialmente a pequeñas ciudades de América del Sur, donde anteriores generaciones habían emigrado con gran éxito, en la presunción de burlar el ajuste de cuentas por sus crímenes y asesinatos colectivos.

Uno de esos presuntos seguidores del supremo führer, se instaló en Caraz, una ciudad del Callejón de Huaylas, muy parecida al paisaje suizo, ofreciendo servicios médicos a los pobladores, según revela un cuento corto de C.E Zavaleta.

CEZR falleció en Lima, a los 83 años, dejando una frondosa literatura de alta calidad que ha surcado mares y exigentes centros académicos de los EE UU, Inglaterra y España.

La literatura de los años 50, fue precisamente la de cuentos y novelas sobre fugitivos, entrelazados con historias de amor como una forma pedagógica para explicar la barbarie nazi y contrarrestar aquella ideología que destruyó Europa y buscaba extenderse por las antiguas colonias.

Carlos Eduardo Zavaleta (Caraz, 1928 - Lima 27 de Abril 2011), fue quien dedicó su mayor creación a tratar de romper los “misterios locales” como una forma de evitar la creciente escisión de nuestras naciones multiculturales como es el Perú. 

Caminamos por el siglo XXI y el país de 33 millones de habitantes, lejos de unirse, la geografía y el poder económico en manos de unos cuantos, generan más pueblos atrapados en atávicos rencores y creciente pobreza material.

La tierra natal de C.E. Zavaleta y el resto de ciudades del Callejón de Huaylas son extraordinarios observatorios de los principales nevados del Perú como el Alpamayo, Huandoy y el Huascarán, entre otros. 

Cuando caen sobre los nevados los rayos del sol y/o de la luna, sus habitantes, congregados en sus campiñas o plazas públicas, disfrutan del paisaje idílico, y aún más durante los días festivos. Al son de bandas musicales, multicolores danzantes y quema de castillos artificiales, la gente de todas las edades y lugares circulan por las calles a la espera de un nuevo y venturoso amanecer.
C.E Zavaleta y su esposa Rosa, en Madrid

En la plaza principal de Caraz, que cobijó a Simón Bolívar durante su travesía por los andes hacia la batalla final por la independencia de cinco repúblicas, otro gran atractivo nocturno, igualmente bello, son los desfiles de sus mujeres lugareñas. Ya el Libertador constató la cálida acogida de sus pobladores, además de las “tres” o “doce etc”, según las tradicionalistas Celso V. Torres y Ricardo Palma.

Una Historia que recrea Carlos Eduardo. Para los jóvenes estudiantes, causó sorpresa la aparición en la Plaza Bolívar, de un alemana rubia y escultural, que obsequiaba sonrisas a sus admiradores; en tanto su pareja, un hombre bajo de estatura, calvo y taciturno, se le veía agotado por las sombras de los muertes en Auschwitz y Birkenau, campos de concentración, de experimentación médica y de exterminio en masa de los prisioneros tras la invasión de Polonia de 1939.
Caraz, Ancash, Perú 

Desde esa noche singular, los alumnos del centenario colegio nacional “2 de Mayo”, solían caminar siempre detrás de aquellos novios germanos, con la obsesión de cómo arrancarle el amor al huidizo euopeo.

Y Carlos Eduardo, en versión premonitoria, anunció que muy pronto esa ensoñadora mujer no tardaría en traicionar al amante ultramarino. Y así fue semanas después.

En efecto la belleza berlinesa, apareció con otro acompañante. Su antigua pareja había desaparecido, sin aviso alguno, para nunca más volver. La justicia, aunque tarde, había llegado con un lapidario fallo de los tribunales de guerra.

Estas y otras múltiples historias convirtieron a C.E. Zavaleta en uno de los escritores más destacados del Perú desde mitad del siglo pasado. Fue animador de poetas y narradores peruanos y extranjeros, cuya obra él admiró o discutió.

Además de traductor, profesor universitario, fue estudiante de medicina, periodista, viajero, y ejerció con talento las funciones diplomáticos de su país en varias capitales de Europa y América: Londres, Madrid, México, Bolivia...

Carlos Eduardo, no dudó en protestar cuando un joven caracino fue detenido por la policía, por el hecho de vivar a Cuba en el momento que el senador Edward Kennedy iniciaba un discurso en la plaza de Caraz, en 1962, pocas semanas después de que un deslizamiento del nevado Huascarán sepultara el pueblo de Ranrahirca.

Junto con José María Arguedas, Ciro Alegría y Manuel Scorza, logró conjugar esfuerzos, como núcleo de su visión, para exportar la creación cultural urbana del Perú en busca de una relación armónica de carácter mestizo. Y lo hizo, desde tribunas importantes como las universidades norteamericanas de Lawrence, Duke, Columbia, Complutense de Madrid, y London University.

No cesó su labor cultural a través de las revistas Centauro, Letras Peruanas, Boletín Cultural Peruano y como traductor de autores como T.S. Eliot, James Joyce, Ezra Pound, Nathaniel Hawthorne, Tenessee Williams. Sólo el arte popular en sus más diversas manifestaciones ha sido capaz de mostrar y defender, al margen del Estado oficial, el extraordinario mosaico de culturas y el valor de los recursos naturales de la Amazonía, de los Andes y de la franja costera del Pacífico.

Desde 1948, C.E. Zavaleta fue el introductor en su país de las nuevas técnicas narrativas en el cuento y la novela. Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura 2010, confesó en más de un discurso de agradecimiento a San Marcos, la universidad más antigua de América, que por culpa de Carlos Eduardo Zavaleta, escuchó hablar de William Faulkner y Joyce, en los años cincuenta “escritores que más me han marcado".

Autoridades de la provincia de Huaylas, amigos y familiares de Carlos Eduardo compartieron la posibilidad de llevar una parte de sus cenizas a la ciudad de Caraz. El alcalde Fidel Broncano, los músicos David Flores Vásquez, director de la Lira Huaylina; Efraín Rosales, investigador del huayno o Canto del Cuculí; Agusto Alva, biógrafo del bandolero Luis Pardo y de las rebeldes comunidades ancashinas; la poesía y la prosa de Isaías Zavaleta Figueroa y el asentimiento del General del Ejército Rudecindo Zavaleta Rivera, hagradecieron el homenaje postumo a  C.E Zavaleta, el más grande escritor que Ancash haya tenido hasta ahora, comentaba  el entonces Alcalde Fidel Broncano.


La decisión municipal no pondrá fin al debate de lo que significa el terruño, porque el aldeano vanidoso, como lo explicó Marti, "....cree  que la aldea es el mundo y que su vida transcurre en quitar la novia  del  vecino..."

Carlos Eduardo, hijo de un dinámico telegrafista, acompañó a su padre desde La Pampa, en la provincia de Corongo y otras poblaciones que recibían los servicios de correos y telecomunicaciones. Después creció y vivió en Caraz y otras localidades, circunstancias que le permitieron entender y explicar que el ser humano puede ser de muchos lugares o “uno es de donde quiere ser”.

“Mi vida me permitió conocer el Perú y me permitió conocerme a mí mismo. Me acuerdo nítidamente de las escenas serranas que están en mis cuentos, el paisaje, la gente pobre, pero resistente. Los ancashinos han pasado tremendos aluviones, peligros, terremotos salvajes. Son indestructibles”, declaró en el 2008 al diario peruano El Comercio, respuesta dirigida a revalorar su terruño, como un pedazo de tierra donde uno encuentra la mayor felicidad.

Precisamente, José María Arguedas (Andahuaylas, enero de 1911 - Lima, 2 de diciembre de 1969), en el “Zorro de arriba y zorro de abajo”, realizó una conmovedora descripción de cómo los campesinos fueron tragados por el mar de Chimbote para lograr el “boom” pesquero que benefició solo a la industria agrícola de Europa y Asia y no del desarrollo local. Finalmente se preguntó qué es mejor para el hombre: la competencia individual o la cooperación fraternal de todos los hombres.

Homenaje póstumo en Casona Universidad de San Marcos. Con enfoque parecido trabajó Carlos Eduardo Zavaleta. Autor de libros como El Cristo Villenas, El cielo sin cielo de Lima, El cínico, Los Ingar, Los aprendices, Retratos turbios, Un joven, una sombra, Campo pálido pero sereno, Huérfano de Mujer, es considerado un innovador de la narrativa peruana al alejarse del indigenismo y difundir la obra de autores extranjeros. Fue uno de los novelistas que más ha contribuido a reconocer la tierra natal como el lugar más preciado, en tanto todos sus habitantes sean reconocidos.

En su “Autobiografía fugaz” (2000) ratifica el valor de la crítica, y recuerda el permanente retorno a su idílica provincia de Huaylas para presentar, a través de la municipalidad, cada nueva obra literaria. Ahora, cuando se le esfumó la vida, los devotos de la cultura de la muerte, multiplican homenajes, ratificando así que ninguna persona de valía “es profeta en su tierra”, porque la cultura, para una economía de libre mercado, es el lado oscuro de la luna, es la negación de la educación pública de calidad para las comarcas más alejadas.

Sin embargo hay excepciones. El Museo  Municipal de Arqueologia que lleva el nombre de Hernán Eduardo Osorio Herrera, abrió sus puertas para recordar a Carlos E. Zavaleta.  Ahora se espera que los aportes  de Hernán Osorio  en sus investigaciones  de la  cultura Pre Inca  Wayllash-Marka sean oficializados por el Estado y de esa forma el turismo cultural al  Callejón de Huaylas se extienda al mundo.   

La Biblioteca del Congreso, en Washington DC, con esa visión universal de la cultura ofrece a los lectores  54 titulos, según las fichas técnicas de la casa del libro más grande del planeta, junto con la Biblioteca de la Unesco.




La Lira Huaylina, comparte el significado  del 2 de Mayo  y la función que cumple el colegio que lleva como nombre esta fecha simbólica,.Daviid Flores Vásquez, nos entrega  su música  que expresa de su pasión por su suelo natal. David, es jurista especializado en el desarrollo del  turismo.
https://www.youtube.com/watch?v=aAuD-WcUFHY




Papel de Arbol fue creado  en 1992 por July Balarezo, profesora de Historia y parte del Taller Mestres Lima-Barcelona y Jorge Zavaleta Balarezo, escritor  e investigador del cine latinoamericano por la Universida de Pittsburgh, Pensilvania.

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Lira Huaylina / Cholita