Por Jorge Zavaleta Alegre
https://www.elmercuriodigital.net/2019/09/america-latina-en-mexico-una-cita.htm
Si no se avanza de manera decidida mediante la acción comprometida de los estados como aliados de sus pueblos, es previsible que ante los embates de la economía y la intensificación de los efectos asociados a los desastres y al cambio climático, estos nudos críticos se profundicen, multiplicando la vulnerabilidad de la población y distanciando aún más a la región de los compromisos pactados. No perder de vista los vientos huracanados del fascismo norteño y del Brasil incendiario.
Una convocatoria urgente. Entre el 30 de septiembre y el 3 de octubre se realiza en la Ciudad de México una reunión intergubernamental, convocada por el Gobierno de México, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
En América Latina y el Caribe, la pobreza es más aguda entre los niños, las niñas y adolescentes, las
mujeres, los pueblos indígenas, la población afrodescendiente y las personas que habitan en zonas rurales. Esta desigualdad se funda y se reproduce a partir de una cultura del privilegio, que naturaliza las jerarquías sociales y las profundas asimetrías de poder y de acceso a las oportunidades.
Las brechas estructurales en materia laboral y las amplias desigualdades que persisten en relación a
la inclusión social en la región son uno de los obstáculos más evidentes para dar un salto en términos de desarrollo y de bienestar.
En este marco, siempre sera necesario reiterar el mensaje. Un documento para la cita en México, explica que los nudos críticos y desafíos emergentes del desarrollo social pueden ser sintetizados en los siguientes ámbitos: Las desigualdades estructurales, injustas e ineficientes, y la cultura del privilegio.
Las brechas en el desarrollo de capacidades humanas —educación, salud, nutrición— y de acceso a los servicios básicos. Los déficits de trabajo decente y las incertidumbres asociadas a los cambios tecnológicos en el mundo del trabajo. Un acceso aún parcial y desigual a la protección social. Una institucionalidad social todavía en construcción. Un nivel de inversión social insuficiente.Y un conjunto de desafíos emergentes, incluidas formas de violencia, creciente exposición a desastres y a los efectos del cambio climático, las transiciones demográfica, epidemiológica y nutricional, las migraciones y los cambios tecnológicos y las nuevas capacidades requeridas.
"Vamos a centrar este comentario en los cambios tecnológicos y las capacidades, porque las nuevas tecnologías están alterando de manera profunda nuestras sociedades y resulta difícil predecir la totalidad de estos cambios y cuáles serán sus efectos", enfatiza la convocatoria latinoamericana.
Esta incertidumbre surge de la velocidad con que se desarrollan las nuevas tecnologías, su variedad, la expansión de sus efectos en la economía y la sociedad, así como de la capacidad de respuesta ante estos cambios acelerados por parte de los Gobiernos, los demás actores del mundo del trabajo (empresas y organizaciones sindicales) y la sociedad civil.
Este cambio desde el ámbito productivo se conoce como la “cuarta revolución industrial” o la “Industria 4.0”, pero las nuevas tecnologías también irrumpen en otras dimensiones del desarrollo, generando nuevas oportunidades y desafíos en la salud, la educación, el trabajo, la participación, las comunicaciones, la gestión pública y otras áreas.
Para que convocatorias como la cita de México no sean solo protocolares, cabe preguntarse ¿qué cambios implican estas nuevas tecnologías, tanto en el mundo del trabajo y de la producción como en la sociedad en general?; ¿cuáles son los desafíos que encuentran las sociedades, las instituciones y los diversos actores para enfrentar estos cambios?; ¿cuán preparados están los países de la región para acometer los desafíos y usufructuar sus beneficios?; ¿cómo prevenimos la ampliación de brechas y que una proporción importante de la población quede fuera de una sociedad cada vez más digitalizada?; ¿cómo avanzar sin dejar a nadie atrás?
Esta incertidumbre surge de la velocidad con que se desarrollan las nuevas tecnologías, su variedad, la expansión de sus efectos en la economía y la sociedad, así como de la capacidad de respuesta ante estos cambios acelerados por parte de los Gobiernos, los demás actores del mundo del trabajo (empresas y organizaciones sindicales) y la sociedad civil.
Este cambio desde el ámbito productivo se conoce como la “cuarta revolución industrial” o la “Industria 4.0”, pero las nuevas tecnologías también irrumpen en otras dimensiones del desarrollo, generando nuevas oportunidades y desafíos en la salud, la educación, el trabajo, la participación, las comunicaciones, la gestión pública y otras áreas.
Para que convocatorias como la cita de México no sean solo protocolares, cabe preguntarse ¿qué cambios implican estas nuevas tecnologías, tanto en el mundo del trabajo y de la producción como en la sociedad en general?; ¿cuáles son los desafíos que encuentran las sociedades, las instituciones y los diversos actores para enfrentar estos cambios?; ¿cuán preparados están los países de la región para acometer los desafíos y usufructuar sus beneficios?; ¿cómo prevenimos la ampliación de brechas y que una proporción importante de la población quede fuera de una sociedad cada vez más digitalizada?; ¿cómo avanzar sin dejar a nadie atrás?
Las transformaciones tecnológicas están teniendo notables efectos en varias dimensiones del desarrollo social: en la educación y la capacitación (tanto en los contenidos de la enseñanza como en la modalidad de acceder a la información), en las formas de empleo y las relaciones de trabajo, en la salud (desde la gestión de los servicios de salud y la comunicación entre el personal médico y el paciente, hasta la provisión de servicios de prevención, detección y tratamiento), en los modos de participación e interacción cotidiana, en el acceso a la cultura y en la relación entre el Estado y la ciudadanía, así como también en las relaciones sociales y los códigos comunicacionales.
Entre los cambios más significativos está la creciente digitalización, que avanza rápidamente y abarca
distintas áreas del desarrollo económico, social y del medio ambiente. A partir de la experiencia con la tercera revolución industrial se sabe que ya existe una brecha digital en relación con el acceso y uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Las circunstancias generales en que vive una persona son determinantes para poder aprovechar todo el potencial de las tecnologías digitales.
La región ha avanzado en los niveles de cobertura de conectividad y acceso a equipamientos digitales, lo que se refleja en el creciente número de conexiones de red y el mayor acceso a dispositivos. El acceso a la telefonía móvil y se observa que en toda la región el número de teléfonos móviles por cada 100 habitantes es mayor que 100, es decir que hay más de un dispositivo por persona.
La escuela es un espacio clave para ofrecer habilidades y herramientas más allá de lo académico, De no universalizar el acceso y las habilidades básicas para aprovechar estas herramientas, continuará reforzándose esta nueva dimensión de la desigualdad en América Latina y el Caribe, que a su vez profundizará otras brechas en el ámbito del desarrollo social para todos.
Papeldearbol
Fundado en 1992 por Juy Balarezo, Jorge Zavaleta Balarezo y
Jorge Zavaleta Alegre
Desde 2017 se edita en Emmitsburgh MD y Pittsburgh PA EU
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