Papel de Arbol

miércoles, 4 de diciembre de 2013

LA IMPORTANCIA DE LA BIBLIOTECA, SEGUN ABINIA

http://www.abinia.org/boletin/2-2/miscelaneas-5.htm#subir



   Vol.2 Nº2, agosto-octubre 2003, ISSN 1690-0723





SÓLO UN SOL, PARA LA BIBLIOTECA NACIONAL del PERÚ
Por: Jorge Zavaleta Alegre


La Biblioteca Nacional invoca a la solidaridad para poder concluir su nuevo local institucional y el país pueda tener un mejor instrumento con el cual impulsar el desarrollo de la cultura y evitar el acelerado decrecimiento de las oportunidades de buena lectura.

Una excelente oportunidad para recordar anteriores llamados. Especialmente el de Jorge Basadre, en 1943, después que la Biblioteca Nacional fue presa de un incendio.

Basadre recuerda que encontró el entusiasmo de estudiantes, profesores, colegios, obreros, sindicatos, librerías, funcionarios públicos, pero también el silencio de las familias más encumbradas de Lima y de empresas como International Petroleum Company, Cerro Pasco Cooper Corporation, casa Milne, entre otras.

La actual Dirección busca involucrar a intelectuales, empresarios, artistas y a la comunidad en general con miras a la formación de una organización que lidere un movimiento de apoyo a la bicentenaria institución. "Si cada ciudadano del Perú aporta solo un sol, el país tendrá en el corto plazo una biblioteca con capacidad de ofrecer a los lectores catálogos digitalizados, biblioteca virtual, ambientes adecuados, entre otros servicios", pronostican sus autoridades.

En el Perú no existe una ley que favorezca la conformación de un patronato, esquema que ofrece ciertas facilidades tributarias a los cooperantes, realidad que la UNESCO ha señalado como una dificultad para avanzar en el financiamiento del proyecto.

La nueva Biblioteca, además de articular un Sistema Nacional de Bibliotecas, tendrá novedades técnicas que garantizarán las mejores condiciones para preservar el Patrimonio Bibliográfico de la Nación, desde ambientes climatizados hasta seguridad contra incendios. Las salas de lectura, según el diseño, dispondrán de aisladores acústicos del ruido que genera la Avenida Javier Prado, amplios corredores de ingreso, zona recreativa y cultural, con auditorio, salas de uso múltiple, salas de exposiciones y anfiteatro al aire libre.

La colaboración de la sociedad civil es clave, porque culminadas las obras del casco estructural, para lo cual el MEF ha prometido para este año 11 millones de soles, se requieren de unos 10 millones de dólares adicionales para lograr el total equipamiento del local. Dada la estrechez fiscal, se requiere, sin duda, de la generosa participación de la sociedad civil.

El proyecto está concebido para que en el primer semestre del 2004 se inicie la organización de la Red de Bibliotecas Publicas, en el segundo semestre la inauguración de la nueva sede de la Biblioteca y a fines del 2005 la culminación de la modernización institucional.

La Biblioteca dejó de percibir hasta 1997, más de 12 millones de dólares debido a la derogación del impuesto de viajes al exterior, con el cual se habría asegurado la culminación del proyecto. Las obras de la nueva sede que se iniciaron en 1988, están avanzadas en una cuarta parte del total del proyecto y 50% del casco estructural. Un Nuevo Sol, administrado de manera cristalina, podría ser el comienzo de grandes proyectos nacionales.

Lima, 12 de junio de 2003
















No todo está perdido, al sur de la frontera, afortunadamente en estos tiempos



Jorge Zavaleta Balarezo Fuente
nov 06, 2010
JUEVES 4 DE NOVIEMBRE DE 2010
“Al sur de la frontera”: meditaciones de Oliver Stone sobre la “nueva izquierda” latinoamericana
Jorge Zavaleta Balarezo (Desde Pittsburgh, Estados Unidos. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)
                     
Hace unas semanas, Oliver Stone presentó su nuevo filme, “Wall Street: el dinero nunca duerme”, más de veinte años después de la versión original en la cual Michael Douglas era el negociante más inmoral del mundo capitalista. De vuelta a esta aventura, y ahora en un mundo globalizado y con el capitalismo sobreviviendo a una crisis de consecuencias quizá inesperadas, Stone se enfrasca en contarnos cuánto de ternura e inocencia puede reflejar una familia norteamericana cuando las cosas marchan bien.
Ergo, el final de la película. Pero para llegar a ese “happy end” hemos reencontrado a Michael Douglas y a su personaje, Gordon Gekko, esta vez saliendo de la cárcel tras una larga temporada y dispuesto a “reinsertarse” -un término al uso- en el modelo del cual formó parte y que nunca dudó en impulsar. Sólo que este mismo esquema lo traicionó y lo envió al infierno tras las rejas. En la versión de 1987 el aprendiz era Charlie Sheen, quien hace un “cameo” aquí, mientras en esta nueva entrega el joven aventurero es encarnado por Shia LaBeouf. Como fuera, la película original mostraba el interés “socialista” de Oliver Stone, en un entorno que rechaza permanente y tradicionalmente esa opción ideológica. En aquella versión de fines de los 80, Martin Sheen, padre de Charlie, era un sindicalista traicionado por los leoninos intereses de los mismos personajes que, con otras caras aunque con similar discurso, reaparecen en la versión de este año.
¿Qué ha pasado, pues, ciertamente, en los 23 años que separan la primera de la segunda “Wall Street”? A fines de los 80, Fredric Jameson, el más prestigioso pensador marxista de Occidente contemporáneo publicaba su célebre texto “Posmodernismo, o la lógica cultural del capitalismo avanzado”. Basándose en análisis cinematográficos y de otras artes, Jameson hallaba en el funcionamiento de la sociedad de hoy, interconectada pero con grandes fisuras, la expresión más acabada de un sistema que, originado hace cientos de años, alcanzaba ahora su cúspide. El capitalismo “avanzado” o “tardío” respondía al modus vivendi que se extendió al resto del mundo tras la caída del muro de Berlín. Los años 90, lo sabemos, significaron la expansión y consagración del modelo neoliberal, planteado ya por los “Chicago Boys” en los siniestros años de la dictadura de Pinochet y al cual un académico como David Harvey ha diseccionado encontrando sus más caras desventajas.
La nueva versión de “Wall Street”, entonces, responde al interés de Stone por tomarle el pulso a un mundo que, luego de saborear las mieles e imponer su estilo, se vino abajo. Pero parece que todo no era tan grave. Por eso es que la película de Oliver Stone, matizada con la simpática música de David Byrne, líder de los Talking Heads, y Brian Eno, tampoco se presenta ni se autorrepresenta como el necesario ajuste de cuentas. Las tomas de una Nueva York que parece brillar y deslumbrar quizá nos ayuden a descifrar las intenciones de una cinta que rinde tributo a ciertos “outsiders”, entre los cuales se encuentra, esta vez sí y no por error, el propio Gordon Gekko.
Stone siempre está preocupado por la vida política de un país que ha hecho de la democracia un símbolo y un síntoma de gobernabilidad a la vez que busca más allá de sus fronteras escenarios donde desplegar su poder. De ello da cuenta un libro de lectura necesaria, “Empire”, de Michael Hardt y Antonio Negri. Si antes se invocaba el Apocalipsis, no sólo en términos religiosos, ahora vivimos tiempos de una fría y mecánica individualización que tiene como meta satisfacer casi únicamente necesidades materiales, olvidando cualquier reflexión sobre brechas sociales o desposeídos del sistema. Ahora, más que nunca, los ídolos del dinero y el mercado, se niegan a bajar la cabeza. Y de eso nos habla Stone, permitiéndose, porque sabe que no puede hacer otra cosa, un final “consensuado” para su película.
En “South of the Border”, el documental que el propio Stone ha realizado sobre el renacimiento de la izquierda en América Latina, encontramos elementos complementarios, y quizá también contradictorios, que son como traspasar la sola visión de “Wall Street”. Stone vuela hacia América Latina con el olfato de un sesudo periodista, el interés de un intelectual, el talento demostrado de un cineasta.
Hace unos años hizo un retrato de Fidel Castro, el más fiel representante del socialismo en Latinoamérica en otro documental, titulado “Comandante” (2003). “South of the Border” se abre no con los primeros planos de los líderes neoizquierdistas al sur del río Grande, sino con los exaltados y furiosos comentarios de los presentadores ultraconservadores de Fox News o CNN, denunciando el avance de la “revolución bolivariana”, así como de otros “escandalosos” brotes que anuncian el resurgimiento de una ideología, la cual habiendo estado alguna vez representada por el Che Guevara y su propio legado, ahora gobierna a más de una nación.
El primer personaje al que se muestra es, cómo no, el propio Hugo Chávez. Stone entronca tres líneas de enfoque a la vez: una histórica y documentada que narra cómo el actual presidente de Venezuela llegó al poder, y para ello recurre a material de archivo, transmisiones de noticieros de televisión. Una segunda mirada, más personal, es el encuentro con Chávez, traductor de por medio. Stone permite que Chávez Frías tome el escenario, entonces explica las razones de su fervoroso proyecto, como él lo define, y sustenta que el socialismo es la “opción” para América Latina. El tercer acercamiento se produce cuando Stone, quien acaba de registrar a Chávez en su hogar de la infancia, abre la puerta para los otros protagonistas de su documental. Viaja a Bolivia y conversa con Evo Morales, como lo hará con Lula en Brasil, Lugo en Paraguay, Correa en Ecuador y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina.
Morales invita al cineasta a chacchar coca. Lugo y Correa parecen despojarse de ceremonialismos, mientras Lula manifiesta su cordial entusiasmo. La presidenta de Argentina argumenta sin necesidad de teorías complejas y evidenciando un carisma que le desconocíamos. Su esposo, el apenas fallecido Néstor Kirchner también brinda su testimonio, argumentando el por qué del giro que significa lo que John Beverley, profesor de Literatura Latinoamericana y Estudios Culturales en la Universidad de Pittsburgh, define como la “marea rosada”. Raúl Castro, que es como el hermano mayor de todos estos líderes, y en realidad el hermano menor del líder máximo -el Fidel Castro satanizado por la derecha, el anticomunismo y los pedidos de libertad bien calculados-, se suma al encuentro y esboza su propio discurso.