Papel de Arbol

sábado, 24 de julio de 2021

PRENSA ANCASHINA Y EL BICENTENARIO DE LA REPUBLICA DEL PERU. Jorge Zavaleta Alegre, Washington DC.

Jorge Zavaleta Alegre. TIME – DIARIO16.

El periodismo científico, es el reto de las sociedades del siglo XXI, sostiene Manuel Calvo Hernando,  presidente de la Asociación Española de Periodismo Científico, cuyo objetivo es impulsar el periodismo científico, comunicación científica, divulgación científica, formación.

Calvo Hernando, valora la divulgación de la ciencia a través de algunos de sus precursores, tanto españoles como de otros países. En España se hace periodismo científico desde los primeros decenios del siglo XX y gracias a la conquista de la luna  y su conversión en gran satélite de la comunicación.

Hoy las sociedades necesitan divulgadores procedentes de la ciencia, el periodismo o la docencia, pero las dificultades son grandes y falta gente preparada para abordar este desafío del siglo XXI. Uno de los problemas consiste en la formación de tales divulgadores.

Esta  referencia viene a propósito de la Revista Prensa Ancashina, cuya tarea ha sido y sigue siendo, precisamente, alentar el conocimiento integral de las regiones geográficas del Perú, con especial énfasis de la Región Ancash, porque su geografía abarca Costa, Sierra y Selva.

Prensa Ancashina, presente este 28 de Julio del 2021, cuando el Perú celebra  su Bicentenario como Republica, se suma al festejo. Los fundadores  de este medio que  camina al medio siglo de vigencia son dos  Educadores, desde el aula tradicional y desde esta excepcional  Revista. Los  directores fundadores Lucio Pinedo /Alicia Bravo y la participación de sus hijos y  colaboradores del país y del exterior, permite hacer periodismo con las exigencias del nuevo siglo.

La geografía del Perú es imponente. Viene marcada, como en el caso de otros países de la región, por la presencia de la Cordillera de los Andes. La posición geográfica del Perú sitúa al país en la zona intertropical de la Tierra, es decir, a baja latitud y cerca del ecuador terrestre.

Perú, en una visión de Richard Ellis Harrison, fechada en 1938, lleva a la clasificación del territorio en unidades geográficas o regiones naturales, a saber: Costa, Sierra y Selva, división  asociada a la colonización española, como simplificación de las ocho regiones naturales indígenas.

Según esta clasificación general, la región de la costa vendría a ser una estrecha franja longitudinal, que se extiende entre las estribaciones occidentales de la Cordillera de los Andes y el Océano Pacífico. La Costa cuenta con una extensión que representa el 11% por ciento de la superficie total del país.

La sierra es la región geográfica situada entre la Costa y la Selva, con una superficie que representa el 32 por ciento del territorio nacional. Su relieve es marcadamente irregular pues el entrecruce de los contrafuertes andinos en distintas direcciones impide la formación de extensas llanuras. Solo se exceptúan las generalmente estrechas a lo largo de los ríos, constituyendo los valles interandinos.

La selva, al este de la Cordillera de los Andes, es la región que ocupa la mayor extensión de la superficie territorial del país (57 por ciento). Cuenta con dos zonas bien definidas.

Por un lado, la Selva Alta o Ceja de Montaña, donde el relieve es accidentado, boscoso y con quebradas profundas. Por otro, la Selva Baja o Llano Amazónico, de relieve uniforme y con exuberante vegetación tropical, surcado por el río Amazonas y sus afluentes.

Las ocho regiones naturales del Perú, de acuerdo a la clasificación del geógrafo Javier Pulgar Vidal, los nombres han quedado guardados en la Toponimia Regional Peruana: Chala, Yunga, Quechua, Suni, Puna, Janca, Rupa-Rupa y Omagua”.

El Perú, en el último tercio del siglo XVI fue el centro del mundo. La historia de la humanidad discurriría, en adelante, en tierras peruanas. La nueva Roma era Lima. Aquí iban a gobernar, gloriosos y épicos, un nuevo Rey y un nuevo Papa.

Un novísimo pueblo de mestizos, indios y mujeres, administrarían la siguiente etapa de la sociedad. Europa, en su decadencia, era el pasado. El Perú, significaba el futuro. Igualmente alcanzaba ribetes universales. Ese megaproyecto civilizatorio, el primero de esas dimensiones colosales, fue propuesto por el teólogo dominico, ex rector de la Universidad de San Marcos, fray Francisco de la Cruz.

Años después, en 1609, con Los Comentarios reales, el platónico Garcilaso de la Vega diseñaba una alianza de civilizaciones: la Inca y la española. Imagina un Perú compuesto inevitablemente por dos tradiciones sin roces mayores. Bajo esas claves, los mestizos, ese grupo de desclasados, solicitaban participar en el juego de poder.

Sin embargo, la administración colonial ya no solo excluía a los indios sino también a los mestizos. Éstos comenzaron a reclamar pública y académicamente su inclusión.

El modelo imperial los substraía de toda posibilidad real. Por ello iniciaron un reclamo a la Metrópoli. En 1668, en Philosophia tomística, El Lunarejo, Juan Espinosa Medrano, sostenía una estratégica defensa de la peruanidad creciente. Construye una narrativa con una conciencia mayor y profunda sobre lo peruano pero esta vez desde el lado filosófico.

El Mercurio Peruano (1791-1795) convocó a construir una promesa, una ruta del cual no habría regreso. La comunidad académica ya había interiorizado su valor. Pero la descolonización, el proceso es vehemente, intenso, con vaivenes.

Es Manuel Lorenzo de Vidaurre, con su Plan del Perú ([1810],1823), que planteaba desde la racionalidad política una necesaria autonomía de España. Apelaba a la razón como guía de la gobernanza y el uso científico de todo sistema de producción. Las máquinas debían facilitar el trabajo. Afirmaba que distribuir equitativamente las riquezas aseguraba la paz social.

Además, la propiedad privada siempre tiene que estar en armonía con el bien común. Era un convencido antiesclavista y asiduo lector de Rousseau y Montesquieu. Subrayaba que toda forma de servidumbre era un contrasentido. Su proyecto, como muchos que imaginaron a un Perú menos desigual, terminó prácticamente en el olvido.

Luego nació la República. Ya a esas alturas, la rebelión de Tupac Amaru había sido aplastada furiosamente unas décadas antes. Con ello, la posibilidad de una nación indígena quedó aniquilada.

El Perú nació blanco, varón, letrado, católico. Es decir, fraccionado, partido, desintegrado. Las ideas de monarquía constitucional de Monteagudo, derrotadas. Bolívar y su planteamiento federal, desbaratados. Lo que siguió es conocido: idas y vueltas de generales y advenedizos peleando. El s. XIX fue una pugna entre liberales y conservadores.

La derrota del Perú ante Chile (1879), obligó a recapacitar la composición de la ciudadanía. Manuel González Prada lanzó las acusaciones precisas.

Javier Prado, propugnaba una mezcla de razas como política de Estado. Solo los europeos salvarían al Perú. Encima, la mayoría de la población, seguía sin reconocimiento como ciudadanos. Los indígenas, subyugados.

El camino del Perú es una educación científica, respondía Margarita Práxedes Muñoz, positivista, psicoanalista y después teósofa. Son los brillantes Pedro Zulen y Dora Mayer, en 1909, quienes inician uno de los más activos movimientos de lucha social: la Asociación Pro-indígena. Una defensa de los vencidos. La filosofía era un campo de batalla o no era.

Mariátegui luego insiste que el problema es fundamentalmente económico. La realidad peruana iba más allá de la teoría. Habían pasado ya cien años desde 1821 y más que celebración, era una conmemoración.

Una de las principales preocupaciones de los investigadores de cualquier rama del conocimiento humano es la de difundir sus ideas, avances y descubrimientos de sus investigaciones y labores académicas.

Las revistas son un dispositivo privilegiado para la comunicación científica, combinan los procesos de investigación, creación y diseminación del conocimiento, lo validan, lo hacen público y son depositarias de ese patrimonio.

La accesibilidad y cercanía a revistas con el sello de  la investigación es un invalorable instrumento  para el apoyo e incentivación de todos y contar con nuevos y mejores lectores.  

 Este nuevo modelo de comunicación ayuda a una formación básica en investigación, saber manejar las fuentes de información y adquirir una base para la lectura crítica de la literatura científica.  Los investigadores, editores y revisores de revistas científicas deben actuar siempre, en cualquier modalidad de publicación, como garantes del rigor metodológico, la privacidad, la calidad y los principios éticos.

En España se hace periodismo científico desde los primeros decenios del siglo XX. Prensa Ancashina, es expresión de ese periodismo, que revela como hoy las sociedades necesitan divulgadores procedentes de la ciencia, el periodismo o la docencia, pero las dificultades son grandes para abordar este desafío del siglo XXI. 

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papeldearbol  creado en  1992 en Perú por July Balarezo, Historiadora  y egresada del  Taller de Arte Teresa Mestres .Lima-Barcelona. Y Jorge Zavaleta Balarezo, PhD en Literatura y Cine Iberoamericano de la Universidad  de Pittsburgh, PA.

Desde 2017 se edita en EEUU.  Emmitsburg, MD - July Z. Camerieri -Jorge Zavaleta Alegre

papeldearbol@gmail.com

Asociado a Diario16 de Madrid.   El MercurioDigital.net.  Europa.

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