Jorge Zavaleta Alegre. Cambio 16-Madrid.-
A ningún poblador de
las urbes Latinoamericanas del siglo XXI
se le podría ocurrir la peregrina idea de reconstruir y levantar las murallas coloniales que se
construyeron para protegerse de eventuales incursiones de ultramar, proyectos
de la data romana o china.
Los vestigios de esos muros
son parte del turismo cultural, aún más con la creciente globalización. El 29
noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín. Pero en Lima se anuncian linderos contrarios a la integración
geográfica y social, cerrando caminos para cualquier política de seguridad
ciudadana.
En el último medio siglo, la capital del Perú experimenta una intensa migración de los Andes. Los habitantes llegan cargados de entusiasmo y confianza en sí mismos. Así se explica el cambio de nombre de Villa María La Esperanza por Villa María El Triunfo, populoso distrito donde viven diestros maestros y maestras de construcción civil, de la pesca, la industria y es cuna de numerosas micro, pequeña y mediana empresas de servicios múltiples.
Villa María del Triunfo es uno de los 43 distritos de la provincia de Lima. Limita al Este con la ciudadela pre inca de Pachacamac. Al Oeste con San Juan de Miraflores. Al Sur-Este con Lurín y con Villa El Salvador, la ciudad autogestionaria más dinámica de América Latina , y al Norte con La Molina.
Villa María El Triunfo no tiene ningún problema con sus vecinos, porque los une el arenal y sus problemas sociales, a excepción de La Molina, una comarca de tierra cálida, que en la época Republicana concentró florecientes haciendas, con especies ganaderas; y a mediados del siglo pasado dio paso a lucrativas urbanizaciones. Hoy es el distrito limeño con mayor parte número de viviendas unifamiliares, edificios empresariales, universidades, clubes campestres, amplias calles, avenidas y áreas verdes.
No obstante estas
ventajas, con respecto a sus vecinos, los estudios de sismología ratifican la
vulnerabilidad de todo ese espacio, y que no es recomendable el crecimiento vertical.
Una cruzada educativa debería involucrar a todos sus pobladores en la
prevención de desastres, siguiendo lecciones aprendidas.
Pues el alcalde de La Molina, amenaza a la creciente población de Villa María del Triunfo. Anuncia que su comuna construirá este año 2013 “una serie de muros y alambrado en la parte más alta de los cerros que marcan el límite con VMT, para evitar invasiones”. Considera que la urbanización Las Praderas de La Molina, cercana a las laderas de Villa María, se ve afectada con las 200 casas construidas en los últimos meses con material prefabricado.
El alambrado, en el
discurso del alcalde, se justifica “para
preservar el carácter paisajista”, según reza la ordenanza de mayo del 2012,
que declara intangibles las laderas de “sus”
cerros. La alcaldesa de VMT, Silvia Barrera, admite que “no podemos controlar
el crecimiento de sus pobladores. En nuestro distrito viven unas 400 mil
personas y contamos solo con 150 serenos y 180 policías en cinco comisarías”.
La historia geográfica de la colonia, nos indica que es probable que el topónimo que da nombre al distrito La Molina derive del apellido de una familia que durante los siglos XVI al XIX ostentaba cargos como la Alcaldía de Lima y otros. Los herederos habrían sido posesionarios de la extensa hacienda Monte-Rico, cuna del Marquesado de Monte-Rico concedido por el rey Carlos II y que probablemente comprendía el actual distrito.
LA MURALLA CHINA Y LIMEÑA
La historia universal
también nos recuerda que la Gran Muralla
China tuvo 10.000 Li = 8.851,8 km, representa el "infinito". Fue una fortificación construida y reconstruida por el
imperio chino para evitar los ataques de los nómadas xiongnu de Mongolia y
Manchuria. Ahora solo queda el 30% de ella. En promedio, mide de 6 a 7 metros de alto y de
4 a 5 metros de ancho. En su apogeo Ming, fue custodiada por más de un millón
de guerreros. Aproximadamente 10 millones de trabajadores murieron durante la
construcción. El 7 de julio de 2007 la
muralla china fue elegida como una de las ganadoras en la lista de Las Nuevas
Siete Maravillas del Mundo Moderno.
La Gran Muralla de Lima, fue una de las grandes barreras que protegía la Ciudad de los Reyes de posibles ataques enemigos de la corona española y cuya extensión abarcaba los 11,700 metros, comprendiendo las actuales avenidas Alfonso Ugarte, Paseo Colón, Grau y la parte izquierda del valle del Rímac. Fue construida en el gobierno del Virrey Melchor de Navarra y Rocafull entre 1684 y 1687.
En el siglo XXI, en lugar de construirse puentes de integración física y social, renacen indicios de cercos antiguos, normalmente considerados de la data romana o china. Volvamos al valor de la educación en la prevención de desastres.
Para concluir, solo un referente valioso. El Milagro de Kaimishi de marzo del 2011 - Guía de las Defensorías del Niño y del Adolescente ante situaciones de emergencia, publicada por el MIMP, Unicef y Creser: Durante el terremoto y tsunami de Tohoku, los estudiantes al percibir el primer síntoma del sismo, evacuaron a las partes más altas y seguras, alertando a sus compañeros más pequeños. Los estudiantes de primaria al ver que sus compañeros de secundaria evacuaron la zona, siguieron su ejemplo y todos se refugiaron en sitio seguro. Ningún estudiante perdió la vida a pesar de que ambos centros educativos fueron inundados por el devastador tsunami de Tohoku.