Papel de Arbol

lunes, 4 de febrero de 2019

SALUD MENTAL Y SALUD PUBLICA, LA MAYOR DEUDA DEL BANCO MUNDIAL

Banco Mundial destaca ejemplaridad y transparencia económica del funcionario y sus familiares cercanos. Cuenta con un Comité Ético que supervisa la actividad de los miembros y al que se remiten todos los casos de conflicto de intereses. la realidad es otra si analizamos la  Salud Mental....

El 2021, el Perú prepara una costosa celebración por su II Bicentenario de su "Independencia". Y se silencia que cada 22 minutos, un limeño piensa en quitarse la vida por problemas con su pareja, separación o conflictos con los padres, según el Instituto de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi. La Salud Mental por los suelos. El Banco Mundial miente al afirmar que en este país se creó el primer centro especializado de América Latina, como iniciativa de su presidente, que realizó prácticas profesionales en  el Perú de los años setenta.

Años de 1950... Entre Huata y Caraz, dos pueblos del Callejón de Huaylas en los andes peruanos, los maestros eran amenazados con gritos y pedradas de una joven mujer, cuya salud mental era vista como la encarnación del demonio y condenada al infierno. Mi padre, matemático y poeta, veía con mucha preocupación e impotencia el cómo lograr alguna  atención de quienes habían perdido la razón pues no tenían derecho a vivir en la ciudad. Nunca escuché la preocupación de un médico, de una autoridad, menos la de un sacerdote...Solo la indiferencia  total. Las principales  esquinas de los mercados y plazas de armas eran concurridos para mendigar mendrugos y los familiares de estos seres terrenales ignoraban relación alguna.  De cuando en cuando algunos de estos seres humanos eran llevados a las campiñas o pueblos de Santa Cruz, Cashapampa, camino a la laguna formada con los deshielos  del Alpamayo.

Llegamos al  bicentenario de la República Peruana, y la Salud Mental y Salud Pública en ese país latinoamericano son ignoradas desde Lima hasta en las principales urbes, dominadas ahora por la masiva migración del mundo rural a las presuntas ciudades defensoras de la modernidad. Los hospitales psiquiátricos podrían ser clausurados y el drama seguirá  sin una propuesta innovadora.  y el propio presidente del Banco Mundial, en su visita al Hospital Noguchi, en 1916, donde realizó sus primeras prácticas profesiones, no pudo ocultar a la  comunidad internacional de los mensajes lesivos a la humanidad.

Alemania, Cuba, EEUU tienen avances muy importantes, pero aún con  grandes limitaciones porque la humanidad entera  atraviesa una profunda crisis emocional. El infierno está en la mente del millones de personas que abandonan la soledad rural por un espacio en la ciudad que nos los quiere.

Katherine Campos, Natalia Tamariz y Wynnie Valdivia  (https://puntoseguido.upc.edu.pe/la-salud-mental-en-el-olvido)/ nos ofrecen una dramática  descripción de los pacientes psiquiátricos abandonados en los hospitales en Lima y el resto de ciudades, convertidas en vendedores informales y un poderoso capital internacional junto con  los usureros de  siempre viven su primavera.

El 25% de las personas adolece de algún problema de salud mental que les genera alguna dificultad ya sea en su entorno familiar, estudios, vida personal, entre otros, según la Organización Mundial de la Salud.  Los principales problemas de salud mental del Perú  son los de trastorno de personalidad o problemas blandos: depresión, ansiedad, violencia psicológica, conflictos familiares o interpersonales como lo asegura Luis Vílchez Salcedo, jefe de la oficina de docencia e investigación en el Larco Herrera y jefe de la unidad funcional de salud mental comunitaria.

“El gran número de personas no entiende que los problemas de salud mental también generan discapacidad, no es una cuestión enteramente física como no ver o escuchar”, afirma Luis Vílchez.
Sin embargo, remarca que muchas personas creen que el mejor tratamiento para cualquier problema psicológico o psiquiátrico es el internamiento, pero existen medicinas o terapias como solución. “La idea del imaginario es que si una persona no tiene a dónde ir debe estar metido en una institución psiquiátrica. Cuando yo empecé aquí ese era el común denominador, venían con sus cosas, sus maletas y me decían yo ya no lo puedo tener. Como este es el Larco Herrera acá se los dejo para que ustedes lo vean. Todo el tiempo pasaba eso. Venía la policía, los bomberos y nos traían a una persona… Aunque el número de abandonos ha disminuido”.

Es difícil encontrar a los familiares de los pacientes abandonados. En sus momentos de lucidez es que podemos obtener datos a través del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) y ubicar a los parientes que en muchos casos o tienen realidades de estilo de vida muy buena o muchos problemas económicos o pertenecen a familias disfuncionales, asegura Paula Montalvo La Madrid, Jefa del Departamento de Servicio Social del Hospital Hipólito Unanue.

TIEMPO DE CAMBIAR

Si bien el Estado debe de proveer de asistencia a personas con problemas de salud mental, existen pocos espacios públicos para brindar estos servicios. El Larco Herrera fue la única institución que brindó salud mental por 60 años. Antes de esta institución había un llamado manicomio en el  Cercado que quedaba en Barrios Altos que se creó en 1859. Recién en 1918 se fundó este nosocomio y se cerró el anterior. Durante 60 años fue el único hasta la creación de Emilio Valdizan, otro remedo de nosocomio  que traslada a pacientes a otros centros en el frio de la madrugada, aprovechando el silencio nocturno  y las  emergencias como  antesala de la muerte.

El Estado debe brinda asistencia de salud mental, pero esto no se ha dado de manera efectiva. Históricamente siempre se le ha dado la espalda a los problemas de salud y específicamente a los de salud mental, aunque ahora está mejorando, de acuerdo con expertos consultados por esta web. Desde el 2002, ha estado emitiendo tibias normativa para conocer la situación de la salud mental y desde el 2012 tenemos la ley 29889 que da pautas generales sobre cómo debe ser la atención en la salud mental. Desde ese momento, se han hecho algunas intervenciones interesantes como la creación de centro de salud mental comunitarios, los albergues protegidos, la integración del aérea de salud mental en los centros educativos, entre otros.

Mental Health and Public Health in Peru: It is time to act.
Existe acuerdo en que el debate público, a nivel nacional e internacional, en torno a la vinculación entre salud mental y salud pública, se ha intensificado en los últimos años. Las razones son múltiples: cifras cada vez mayores de prevalencia e incidencia de enfermedades mentales, impacto económico y laboral de estos hallazgos (en términos de ausentismo, discapacidad, carga global de enfermedad y otros parámetros), desintegración y subsecuente disfunción de grupos familiares como resultado de cronicidades agobiantes, comorbilidades frecuentes y severas de varias entidades psiquiátricas entre sí y con cuadros médicos diversos, niveles mayores de severidad en grupos sociales o étnicos marginales o pauperizados y en grupos etarios más vulnerables (niños, adolescentes y ancianos), etc.,
etc. 

Alienación, discriminación y estigma, alimentadas por prejuicios que se resisten a cambiar en la mentalidad colectiva, son indeseables consecuencias de una situación dramática. Pero hay aún más. A los volúmenes crecientes de personas con diagnósticos psiquiátricos y con patologías que obviamente persisten largamente en función de duración y falta de manejo adecuado o de intervenciones preventivas, se une el hecho concreto de escasez de profesionales de la salud mental y –lamentablemente-- en algunos de ellos, de falta de preparación adecuada y de genuina competencia ocupacional. La persistencia de factores patogénicos severos a nivel familiar y social (léase violencia, corrupción, sensacionalismo de los medios, quiebra de principios morales y éticos, abuso e intolerancia) completa un escenario a veces desolador. 

Last but not least, la proporción de presupuestos nacionales, regionales o locales dedicados a atención, cuidado y prevención de problemas de salud mental, incluidos cobertura de seguros, adiestramiento y preparación de profesionales o existencia de un número suficiente de facilidades hospitalarias bien equipadas u otros escenarios de servicio clínico, es generalmente insuficiente.

En estas circunstancias, no llama la atención el que la discusión de estos temas haya aumentado en diversos niveles. Instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud, asociaciones mundiales de diversas profesiones vinculadas a la salud mental, grupos significativos de pacientes y de familiares de pacientes, publicaciones influyentes, entidades no gubernamentales y hasta cuerpos legislativos en muchos países, incluido el nuestro, se han pronunciado en favor de un manejo más razonable y decidido de esta situación. 

Obras provenientes de diversas canteras artísticas y creativas y lemas o slogans de diferente naturaleza han reflejado también el drama implícito del enfermo mental y su existencia. No es difícil agrupar y describir las estrategias discutidas o propuestas para el afronte de la realidad de la atención
de salud mental en el Perú. Aparte del aumento de recursos financieros, materiales y humanos y más allá de mejora de las facilidades existentes, la construcción de más escenarios clínicos de todo orden en áreas urbanas o rurales, de estructura y funcionamiento sectorial y comunitario ha sido una necesidad reiterada, como lo es la demanda de cobertura integral de trastornos mentales (a la par con otras condiciones médicas de carácter agudo o crónico), la dotación apropiada de medicaciones y el fortalecimiento de programas multidisciplinarios de entrenamiento profesional. 

La creación de organismos u oficinas de alta capacidad técnica, así como adecuadas (esto es, no
excesivas) asignaciones burocráticas y el uso de una comunicación fluida, objetiva, eminentemente profesional y humanística en todos los niveles de gestión son también conceptos competentemente vertidos en varios círculos , en el curso de los últimos años.

Los ingredientes conceptuales e instrumentales que ayuden a materializar un proyecto llevadero de inclusión de salud mental en políticas y acciones de salud pública en un país como el nuestro son ciertamente más complejos
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Alarcón R.
Rev Neuropsiquiatr 78 (1), 2015.
1 Cátedra Honorio Delgado, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú 2 Facultad de Medicina Alberto Hurtado, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú 3 Mayo Clinic College of Medicine. Rochester, Minnesota, EE.UU. a Médico Psiquiatra ; b Master en Salud Pública que su sola enunciación, pero no por ello desconocidos o ajenos al debate. Las acciones a ser tomadas deben basarse en principios claros: afronte multidisciplinario de los problemas (que, hay que reconocerlo, ya no son territorio exclusivo de psiquiatras o psicólogos, mucho menos de políticos o administradores), orientación social y comunitaria (dirigida a grupos, zonas o regiones debidamente identificadas), trabajo en equipo integrado y ágil para el examen clínico, referencia, manejo, seguimiento y medidas preventivas de enfermedades mentales (temas propios de disciplinas emergentes tales como Medicina Integrada, Medicina Conductual, incorporación de y hacia
proveedores de Atención Primaria, etc.).

Todo lo anterior incluye detalles de tipo funcional tales como designación de un proveedor específico como agente primario del manejo y coordinación de las tareas del equipo en un paciente dado, tiempo de atención personalizada a pacientes y familiares (que, hay que insistir, no significa atención individualista o centrada exclusivamente en una persona), adecuados canales de referencia, hospitalizaciones deseablemente cortas, comunicación interprofesional armónica y seguimiento racional, razonable y eficiente. 

El uso de una genuina medicina narrativa que otorgue (o restaure) el contenido primariamente inter-humano de la relación proveedor-paciente tiene que ver con programas bien concebidos de adiestramiento en profesiones de salud mental universalmente conocidas y en profesiones nuevas o innovadoras. Y en todos los niveles de esta estructura de servicios, la formación heurística, la investigación de corte pragmático debe presidir una acción académica de base.

A aquéllos que pudieran clamar que estos planteamientos son ya conocidos, sumamente costosos o enormemente idealistas, se les puede responder entonces que lo que ha faltado es una decisión sincera de actuar, de hacerlo. Se les puede demostrar que en otras latitudes, estas acciones han conducido a mejoras sustanciales de la salud mental de sus pobladores. Se les puede enseñar que invertir recursos en mejorar la salud mental del pueblo no es una idea romántica, un quehacer demagógico o una decisión sin sentido. Se les puede hacer saber que es claramente posible distinguir entre una estereotipada y mediocre retórica política y un discurso humanístico comprometido y auténtico. Y se les puede, y debe, instar a que actúen decisivamente aquí y ahora, remarca Renato D. Alarcón.

 MENTIRAS  DEL BANCO MUNDIAL

El 13 abr. 2016 el  presidente del Banco Mundial,  Jim Yong Kim declaró  desde el  Hospital Noguchi de Lima que la inversión actual en servicios de salud mental es mucho ... en las sombras". Ofreció una cumbre de expertos mundiales  para evaluar la llamada salud mental Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado. Y la prensa le enrostró el mensaje de una madre de familia que el apoyo a la niñez se reducía a ocasionales charlas  de una psicológa que recomendaba  el evitar  la inasistencia de los alumnos a las aulas. 

El Dr. Humberto Castillo Martell, director general del Instituto Honorio  Delgado, en presencia de la delegación del  Banco Mundial, reveló que en el Perú  solo hay 750 psiquiatras para 30 millones de peruanos. A pesar de esta situación, presidente Ollanta Humala dice que somos un modelo a seguir. ... que los hospitales psiquiátricos parecen albergues y no centros médicos. La pareja presidencial, que trata de liberarse de una pena  carcelería por sobornos de la firma brasileña Odebrechet, en compañía del  presidente del Banco Mundial, que en el Perú  hay, por lo menos,  " un modelo a seguir en el sistema de salud mental": un psiquiatra  uno por cada 40 mil personas.

Carlos Palomino, decano del Colegio Médico del Perú, alertó que no solo hacen falta especialistas, sino que la situación de los hospitales que tratan estas enfermedades es crítica. Son unos manicomios. La gente se queda allí sin curarse. La Organización Mundial de Salud (OMS) sugiere que, por lo menos, debe haber un psiquiatra por cada mil personas", declaró  a Diario16 de Madrid.

"La salud nunca ha sido prioridad del Estado. La prueba es que el próximo año se piensa recortar el presupuesto en el sector en 250 millones de soles", informó.

 Malena Pineda, especialista de la Defensoría del Pueblo, refirió que los hospitales psiquiátricos parecen albergues y no centros médicos. "Hemos detectado más de mil personas en estos lugares que no han sido tratadas, porque no hay especialistas ni camas. En algunos casos están abandonados hace más de 20 años ", dijo.

Las normas son mentiras oficiales en la  inauguración del Centro de Salud Mental Comunitaria de Carabayllo, el mandatario Ollanta Humala promulgó el nuevo reglamento de la Ley N°29889 (norma que modifica el artículo N° 11 de la Ley General de Salud), en compañía de Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial. l reglamento pretende garantizar una mejora en la atención de la salud mental. Este dispositivo incorpora servicios y crea una red asistencial en todo el país.

Para Yuri Cutipé, director de Salud Mental del Ministerio de Salud, este sistema recién podría tener resultados en 8 a 10 años, dependiendo de la inversión anual. Históricamente, los gobiernos no han invertido en salud mental. Siempre se han mantenido los hospitales psiquiátricos y nunca han dado resultados", recalcó a Perú21  y El Mercurio  de España.

Asimismo, señaló que, en el país, las enfermedades psiquiátricas más frecuentes son la depresión y la ansiedad. Vanessa Herrera, jefa de Atención Integral de Desordenes Mentales del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, informó que en el Perú hay, por lo menos, un millón y medio de personas con alguna enfermedad mental.

Existen 21 centros de salud mental comunitaria en todo el país, de acuerdo con el Ministerio de Salud. El primero comenzó a operar desde junio de 2016  en Lima.