.
El Mercurio
Jorge Zavaleta Alegre, Nueva
York
El impacto de la era digital, se
traduce en la revolución tecnológica que
está transformando el trabajo y las relaciones de manera radical, pero este
cambio en el mundo es percibido ahora de forma heterogénea. Sin embargo, es
necesario precisar que los
valores democráticos, la ética, la honradez, no pueden ser cambiados por
la tecnología. Todo lo contrario.
Vivimos nuevos escenarios, muy
similares a los que fueron revelados por
Chaplin, en su célebre obra Tiempos Modernos, filme realizado en 1936, cuando el gran capitalismo, genera la revolución industrial, que es
el predominio de la máquina sobre
el ser humano.
Las tecnologías informáticas es
verdad están cambiando el tipo de trabajos disponibles, y que esos cambios
"no son siempre para mejor".
Por ejemplo, desde la década de
1980 los ordenadores realizan tareas como la contabilidad, el trabajo administrativo
y los trabajos repetitivos en la fabricación y todos ellos suponían ingresos de
clase media.
Manuel Domínguez Moreno,
Presidente y Editor de Diario16, de Madrid,
en una conferencia sobre
Comunicación y Medios Digitales, remarca que el periodismo no debe sucumbir a
las dictaduras públicas o privadas.
Mas bien, aprovechando el mejor
uso de la tecnología, el buen periodismo puede
estimular la expansión de sus mensajes que se identifican con las
necesidades y alegrías de la humanidad.
De esta manera será posible enfrentar el crimen organizado contra los
recursos públicos o de aquellas empresas que actuando en la “legalidad” y cumpliendo los códigos éticos del trabajo y
los derechos de los trabajadores, son
víctimas del chantaje de los “políticos”
para obtener prebendas.
José Antonio Gómez, en la
síntesis que publica el D16 sobre la conferencia de Manuel Domínguez, destaca la participación de
estudiantes de Comercio y Marketing “con la pretensión de indagar los cambios que
los nuevos medios digitales han implantado en el mundo de la comunicación, y al
mismo tiempo destacar que la ética y la
libertad son elementos fundamentales de la profesión.
En su repaso a la historia del periodismo, Manuel
Domínguez recordó que Diario16, al salir a las calles de España en 1.976,
se sumó a la edificación
de una línea editorial basada en
la defensa de los derechos humanos, en la independencia y en dar voz a quienes
no la tienen, pilares que también siguen vigentes en el actual Diario16, el
diario de la Segunda Transición.
Un tema
importante en esa conferencia fue el análisis de los proyectos de comunicación,
considerando la premisa de “cómo ganar para no perder”, porque ese es el único medio para mantener
una información libre, rigurosa y permanente.
En este aspecto, Domínguez
enfatiza la trascendencia de mantener una información libre e independiente sin
sucumbir a las «dictaduras públicas o privadas», al mismo tiempo que analizar
la presencia de periodistas en ciertos casos de corrupción política. “Que un
periodista se corrompa es mucho más
grave que lo haga un político porque aquél roba la libertad.
Para el representante del
Diario16 un periodista, debe ser el
vigilante de los poderosos: que se
corrompa es mucho más grave y dañino que lo haga un político o un empresario ya
que éstos se venden por dinero, mientras que los periodistas corruptos están
robando algo tan fundamental para un régimen democrático como es la libertad.
Estudios diversos sobre el
mercado de trabajo indican que los
jóvenes de hoy no podrán escapar de la pobreza para 2030 si no tienen una forma
de empleo, sostiene la ONU en las metas relacionadas con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Al periodismo le corresponde no
estar cerca del poder, porque los poderosos solo buscan el halago, a través del
disfraz que le brindan muchos medios de comunicación.
El periodismo, ahora con las
ventajas de la tecnología, está
para colaborar con las instituciones
públicas en todos los niveles y alentar
el pleno empleo de los jóvenes con eficacia, sostenibilidad y escala.
Para abordar la crisis del empleo
juvenil, urge una acción mundial. El crecimiento mundial dependerá de los
jóvenes de hoy. Combatir la persistente crisis del empleo juvenil requiere de
un esfuerzo global y de una acción dinámica, con ética y cuidado del patrimonio
de la humanidad.
Una tercera parte de los 1.800
millones de jóvenes del mundo no trabaja, no estudia ni participa en ningún
programa de formación. De los mil
millones de jóvenes que entrarán en el mercado laboral en la próxima década, se
prevé que sólo 40 por ciento logrará encontrar un empleo disponible, indican
estadísticas oficiales de la OIT, 2017.
La economía mundial necesitará
crear 600 millones de empleos en los próximos 10 años – cinco millones al mes –
sólo para mantener el ritmo de las tasas estimadas de empleo juvenil. Revertir
la crisis del empleo juvenil es una apremiante prioridad mundial y el
costo socieconómico de la inacción es
alto.
“Los jóvenes constituyen 40 por
ciento de la población mundial – la población joven más numerosa de la historia
de la humanidad – pero están desproporcionadamente afectados por el desempleo.
Los medios de comunicación,
tienen la oportunidad de contribuir mejor en la solución del empleo que es un
problema persistente. Alrededor de 30 por ciento de los jóvenes no trabaja, no
estudia ni participa en ningún programa de formación y, en todo el mundo, la
situación de las mujeres es peor.
Los jóvenes del mundo no logran
encontrar un trabajo productivo sostenible. Esto contribuye a la desigualdad,
fomenta la tensión social, y pone en peligro la prosperidad y la seguridad de
los países, en el presente y en el futuro. Este un tema que el periodismo debe
proponer y arrancar al poder de turno a emprender soluciones con mayor
dimensión humana. La corrupción es enemiga
del desarrollo. Volvamos a las
fuentes de la sabiduría. La Filosofía,
la Literatura, la Música, el Cine son elementos ligados con el buen periodismo, oficio o profesión que será siempre
una ventana de luz en la oscuridad del cielo.
Por ejemplo Nueva York, vive las 24 horas del día. Es una de
las ciudades más pobladas del mundo, con una intensa dinámica cultural, gracias a los aportes permanentes de los
pueblos del Africa, de los errantes gitanos, los antiguos migrantes de
Europa y los latinoamericanos que huyen del sur porque sus principales riquezas
siguen siendo expoliadas por una cadena de políticos que caminan airosos ante la anomia de jueces
y fiscales, según revelan periódicos digitales como El Mercurio de Madrid y Panorámica de Milán.