Firman Noam Chomsky, Sinclair Thomson y 200 más...
Señor Presidente Ollanta Humala:
Los suscritos, escritores, artistas y estudiosos de la historia, cultura y problemática social, política y ambiental del Perú y América Latina, respetuosamente le manifestamos nuestro más firme rechazo a la declaración de Estado de Emergencia en la provincia de Islay así como al ingreso de efectivos del Ejército Peruano al amparo del Decreto Legislativo 1095 en los departamentos de Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Moquegua, Puno y Tacna en los cuales se han acordado paros en solidaridad con la población del Valle de Tambo que se oponen al proyecto minero Tía María del Grupo México. La muerte de cuatro ciudadanos: tres civiles por impacto de bala y un suboficial de policía, es un saldo inadmisible para un gobierno elegido democráticamente. Nos preocupa enormemente el uso indiscriminado de armas de fuego por parte de la policía nacional y su aparente defensa irrestricta de los intereses de una compañía privada extranjera en desmedro de la seguridad e intereses de la ciudadanía. Demandamos, por tanto, que todas las muertes sean investigadas y haya sanción para los responsables.
La protesta de los habitantes del Valle del Tambo, señor Presidente, no es un hecho inédito ni aislado ni producto de agentes foráneos o incitadores ajenos a la problemática socio-ambiental del país. Esta movilización es más bien producto de la memoria histórica y la indignación acumulada desde que en 1960 iniciara operaciones la Southern Perú Cooper Corporation. Desde ese entonces la empresa minera, controlada desde el 2004 por el Grupo México, ha constituido el principal foco de tensión y conflicto social regional. Los humos y emanaciones de la fundición de Ilo, desechos líquidos y sobre-explotación de recursos hídricos dieron lugar a prolongadas sequías y desertificación que afectaron radicalmente el ambiente, paisaje y la salud local. Si los ciudadanos del Valle del Tambo señor Presidente, se oponen a Tía María es porque no quieren correr la suerte de otras poblaciones en los vecinos departamentos de Tacna y Moquegua cuya producción agrícola fue severamente afectada por las emanaciones y la falta de agua ocasionada por las operaciones de los tajos a cielo abierto de Toquepala y Cuajone.
Además de secar ríos, como fue el caso del Valle del Cinto; de disminuir o contaminar el caudal de otros como el de los ríos Moquegua, Callazas, Torata; o reducir las aguas subterráneas, como en la irrigación de las pampas de Huatire-Gentilar; la explotación desmedida de los recursos hídricos también dejó sin agua a la población de Toquepala. En Ilo los humos de la fundición ocasionaron una alta incidencia de problemas respiratorios y cancerígenos de su población. Es esta verdad histórica: la insostenibilidad social, económica y ambiental de la minería en una región eminentemente agrícola, la causa del descontento y movilización en el Valle del Tambo y no la presencia de agitadores “anti-mineros” o de “terroristas,” como lo vienen afirmando insistentemente la prensa corporativa y su propio gobierno.
Siendo el Perú uno de los países mas afectados por el calentamiento global, la progresiva desaparición de los glaciares hacen del agua un bien de importancia estratégica para la sostenibilidad de la nación peruana, constituida desde sus orígenes precoloniales como una sociedad eminentemente agrícola. En este sentido y como usted, señor Presidente, lo señalara durante su campaña electoral: “el agua vale más que el oro”.
Por lo tanto, considerando justas y necesarias las demandas de la población del Valle del Tambo, que se expresaron democráticamente en la consulta vecinal del 2009 y en las elecciones del 2014 en las que se eligieron autoridades que rechazan el proyecto, demandamos se levante el Estado de Emergencia en la zona y se disponga el retiro del Ejército Peruano en los departamentos de Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Moquegua, Puno y Tacna. Considerando además su insostenibilidad social, política, económica y ambiental demandamos suspenda definitivamente el proyecto Tía María.
Finalmente, señor Presidente, los abajo firmantes le pedimos firme y respetuosamente que tome este conflicto como una oportunidad para dar inicio a un amplio diálogo y consulta democrática y participativa sobre las estrategias de desarrollo alternativas a la minería de tajo abierto y al extractivismo exportador, en general, que a veces se imponen como las únicas vías posibles de desarrollo económico para el país, olvidando el carácter volátil y fluctuante de su demanda y el derecho a la tierra y al agua de los miles de peruanos y peruanas afincadas en las regiones donde se ubican dichos yacimientos. El cobre y el oro pueden hacer ricos a algunos y dar una sensación de bienestar momentánea mientras dure la demanda externa. Pero sin agua y agricultura todos perecemos