Papel de Arbol

martes, 28 de noviembre de 2017

¿Hacia dónde se dirige el periodismo y cuál es su potencial?

La crónica que reproducimos líneas abajo, corresponde a  una trabajo de la  Universidad de la Manchan, reproducido por  The Time NY. Considero que la tecnología nos lleva a la necesidad de encontrar respuestas  para conocer más del  universo local  en armonía  con el  contexto internacional. 
Comienza  a gestarse la mayor preocupación  por las aldeas. Por eso ,no es casualidad  que los principales diarios del mundo  están poniendo más empeño en que  las pequeñas ciudades o condados de los  EEUU y de  Europa impulsen ediciones impresas y digitales, para enlazar las  viejas generaciones con las poblaciones juveniles.  Las pequeñas  bibliotecas tienen un hermoso rol que cumplir. Este comentario me permito, en mi condición de voluntario  de  la biblioteca  de  Emmitsburg, MD. 
Estas instituciones disponen de stocks de revistas,  diarios  y libros para prestarlas  a domicilio, estableciendo un vínculo permanente con la ciudadanía. Las redes de internet no han logrado aún incorporar un altísimo porcentaje de libros, más allá de los llamados huérfanos.  Tardará mucho tiempo. Saludos a los amigos  de Papel  de  Arbol, asociado a dos diarios de Espala,  a la revista Panoramica de Milán y  a publicaciones   de asociaciones  regionales  del Perú. Jorge  Zavaleta Alegre
“Hay asuntos que afectan nuestras vidas, y estos asuntos son, cada vez mas, globales. Existen fuera de nuestro propio interés inmediato o personal” dice Ana Pariser en El filtro burbuja (Ed. Taurus). El potencial del periodismo es crear ese interés global, si bien hay que distinguir entre lo que podríamos hacer con internet y para lo que se usa mayormente.
Debemos como periodistas, ser conscientes de que el periodismo puede resquebrajarse desde dentro por el fenómeno de las fake news. Este tipo de noticias generan una reacción en cadena en redes sociales, una espiral negativa que se retroalimenta.

Pero a su vez, y como indica el Digital News Report de Reuters, se ha demostrado que, en promedio, la digitalización expone a más diversidad que los lectores papel. Gracias a Internet y a las redes sociales, el periodismo - bien hecho - puede ser un poderoso ingrediente en el antídoto contra los problemas a los que nos enfrentaremos en las próximas décadas - escasez de energia, terrorismo, cambio climático, superpoblación, conflictos bélicos… Éstos requieren de una red global, una comunidad global informada e identificada con problemas a escala global.

Para ello debemos seguir apostando por temas interesantes pero complicados; es una cuestión ética priorizar la importancia por encima de la popularidad o la relevancia personal de un tema, de una noticia. ¿Puede seguir un medio competitivo apostando por estos temas y crear una mayor conciencia ciudadana?

En tiempos de la cultura digital, de la información en tiempo real, de los blogs y las redes sociales, se lee a veces –equivocadamente– que hay tantos periodistas como internautas.
En un momento en el que cualquiera puede “ser periodista”, un profesional de la información debe preguntarse cuál es el valor añadido que puede proporcionar. Y este valor se encuentra en la capacidad de introspección y de análisis. El periodismo consiste en investigar, verificar datos, situar en un contexto, jerarquizar, dar forma, comentar y publicar una información, en sacar a la luz historias que tienen relevancia global.

El futuro del periodismo es digital, y se encuentra en los datos. Se basa en hacer llegar a las audiencias datos e información nueva, relevante.
Si miramos al futuro, es ser más digitales, tener mejores equipos y especialistas, mejor acceso a datos y mejor capacidad analítica. Esta información digital cada vez más procede de informes, de fuentes de datos, y ésta es una parte muy interesante de la labor del periodista hoy en día; cómo procesamos esta información y la ofrecemos de forma amena al público, y cómo abarcar con datos actuales información a escala global, presentarla de forma atractiva, con infografías, con vídeos, mapas interactivos…

El mencionado informe de Reuters se basa en una encuesta de más de 70.000 personas en 36 mercados para revelar el futuro del consumo de noticias digitales. Algunos de sus resultados clave para ver por dónde se dirige el periodismo muestran que aunque las perspectivas económicas de la mayoría de las empresas de medios siguen siendo extremadamente difíciles, no todos los indicadores empeoran. Algunos indicadores muestran que en el futuro más personas estarán preparadas para pagar si el contenido es lo suficientemente valioso, conveniente y relevante, y es por ello que los medios no debemos de dejar de apostar por información de calidad.

Al mismo tiempo, las redes sociales están cambiando la forma en que interactuamos con las noticias, las conversaciones en redes sociales y los debates, que estimula al lector a abrirse a nuevos puntos de vista y realidades. El futuro del periodismo es la interconectividad y la interactividad.

La crisis de las noticias falsas podría ser lo peor, o lo mejor que le ha pasado al periodismo. Ciertamente, es una historia fascinante para seguir como periodistas y como lectores, y si no acaba por destruir esta profesión, la hará más fuerte. Google y Facebook están respondiendo de diversas maneras. Las noticias falsas ahora son examinadas por fact checkers y el algoritmo News Feed o el filtro de búsquedas de Google están mejorando los resultados de búsqueda y el muro de Facebook, la red social que envía más tráfico a los medios (alrededor de un 80% de los usuarios de redes sociales se informan a través de Facebook).

Solo queda apostar por un nuevo enfoque de los grandes medios hacia un compromiso con sus audiencias, hacia lo que se denomina "alcance de calidad" en lugar del contenido “quick bite”, aquel que busca más visitas sin tener en cuenta el valor de la información.

Más sensacionalismo, más bombo, o la opinión por encima de los hechos… son los valores transmitidos del pasado que necesitan ser desaprendidos por los periodistas y medios. Si los profesionales de la información se aplican estos estándares, podremos hacer del periodismo una herramienta de influencia positiva, y podremos hacer que nuestra audiencia tenga mejor criterio en la selección de información e incluso que se suscriba a aquellos medios que ofrecen contenidos de calidad.

Este artículo es parte de una reflexión tras un debate en la Universidad de Castilla la Mancha en el que participé como ponente junto con Cristina Manzano, directora de Esglobal.

Compartir

Cine popular, lo femenino y la copla, Diario16, Madrid


  • CARMEN LA DE TRIANA 1.938, de Florián Rey. En el film quedan referencias de la libertad y el deseo de la etapa republicana. Carmen como mujer es lo opuesto a la madre y a la institución familiar franquista. Ella restablece el arquetipo amoroso de la mujer que compensa la insatisfacción del macho, veladamente oculta entre las sonrisas y las canciones. Pero las desventuras de Carmen estuvieron acompañadas por el llanto de las mujeres de los vencidos y encarcelados que buscaban un medio para ganarse la vida.
  • http://diario16.com/cine-popular-lo-femenino-la-copla
Por
 Antonio Periánez Orihuela, Diario16,Madrid
 -
 27/11/2017

CARMEN LA DE TRIANA 1.938, de Florián Rey. En el film quedan referencias de la libertad y el deseo de la etapa republicana. Carmen como mujer es lo opuesto a la madre y a la institución familiar franquista. Ella restablece el arquetipo amoroso de la mujer que compensa la insatisfacción del macho, veladamente oculta entre las sonrisas y las canciones. Pero las desventuras de Carmen estuvieron acompañadas por el llanto de las mujeres de los vencidos y encarcelados que buscaban un medio para ganarse la vida.
Y pasaban figuras mal vestidas de mujeres, cruzando como sombras, solitarias mujeres adiestradas -viudas, hijas o esposas-
JAIME GIL DE BIEDMA
La sociedad española en los primeros tiempos del Caudillo en el poder estaba regida por una escala de valores sentimentales de su entorno inmediato. En este ámbito encontramos muchas vivencias que se negaban a desaparecer y que parecían detener el tiempo. Eran valores presentes en la forma de vivir de la gente y en las relaciones sociales tradicionales, asimismo estaban en el lenguaje popular y en el cancionero de la copla. Antes de la guerra, personalidades como Federico García Lorca habían popularizado parte de aquellas tradiciones folklóricas, después de la guerra, poetas como Rafael de León, Antonio Quintero y músicos como Manuel Quiroga hicieron renacer el mundo de la canción. Pero el género había cambiado de sentido, la crítica más progresista veía en ellas la representación del pensamiento conservador de los vencedores. Por su parte, pocos medios como el cine tuvo la capacidad de ofrecer en sus historias, una galería de universos distintos y fantásticos. La pantalla fue uno de los mejores aliados del franquismo, como en siglos anteriores lo había sido el teatro para los reyes de la Casa de Austria o de la dinastía Borbón. Sin terminar la guerra, el bando nacional produjo películas que se rodaron en los estudios alemanes e italianos. Entre las más destacadas encontramos: Carmen la de Triana (1.938) de Florián Rey que se rodó en Alemania o Los hijos de la noche (1.939) de Benito Perojo en Italia. Hubo películas reconocidas durante la República como Morena Clara o La verbena de la Paloma que tuvieron una distribución en ambas zonas del conflicto. A partir de la victoria franquista, el cine se convirtió en el apoyo de su política cultural, artística y propagandística como el NODO. El pueblo español era, desde hacía décadas, un espectador consagrado, por su carácter propenso a la ensoñación y la fantasía, así que el éxito popular del cine estaba asegurado.
Pese a la escasez de medios, la industria cinematográfica española, fue considerada una prioridad por los gobiernos franquistas, así el cine se estableció, dentro de sus posibilidades, como el auténtico arte de entretenimiento. Para ello se crearon una serie de géneros populares que obedecían a las consignas y a las normas ideológicas del sistema. La asistencia al cine, durante la posguerra, se convirtió en unos de los pocos momentos agradables en la precaria y monótona vida cotidiana de la población andaluza. La programación obedecía a la misma situación de carencias de otros artículos necesarios para la vida. Parte de las películas programadas eran españolas y entre ellas de ambiente andaluz o de género folklórico, algunas como: El negro que tenía el alma blanca (1.934). La hija de Juan Simón (1.935). Nobleza baturra (1.935). María de la O(1.936). Mariquilla terremoto (1.939). La Marquesona (1.940). La dolores(1.940). Los misterios de Tánger (1.942). Un caballero famoso (1.943). La maja del capote (1.944). La maja de los cantares (1.946), María Fernanda la Jerezana (1.947) o La estrella de Sierra Morena (1.952). Ciertas películas de éxito se reestrenaban continuamente sin problemas, años después de realizadas, los cines volvían a reponerlas con el anuncio bien visible sobre el afiche de “copia nueva”, cosa que no era siempre cierto. Esta práctica se repite más tarde con películas de figuras de la canción o del flamenco que tenían la taquilla asegurada, estrellas como: Marisol, Joselito, Antonio Molina o Manolo Escobar. Había cintas que reunían todas las cualidades para triunfar como Currito de la Cruz (1.948), de Luis Lucia y para ser proyectadas en los pueblos. Pero, sin lugar a dudas, la que se proyectó más veces fue Morena Clara (1.936), de Florián Rey. En los cines de verano de los pueblos y de los barrios de algunas ciudades del Sur, cada temporada, el público acudía masivamente a las salas de proyección, era un público que conocía la trama y los personajes, sabían las canciones de Imperio Argentina y los dichos ocurrente de Miguel Ligero en su personaje de Regalito.
Sin duda, las manifestaciones artísticas expresadas con un lenguaje conocido las elige el pueblo como su forma de expresión y, a veces, la estética culta se ha nutrido de lo popular, de igual modo, hay etapas donde lo popular ha sido tributario de lo culto. Este cine de género, comedia o drama, habla de cosas sencillas, historias sobre una Andalucía que mostraba las formas de vida social del momento y que aseguraban el éxito en otras regiones del país. En ciertas películas españolas, la presencia andaluza estuvo siempre en el conjunto de los personajes, el andaluz representado por un sargento gracioso, un señorito perdonavidas, una folklórica, un criado chistoso y sumiso o un cuerpo de baile. La copla y el cine respondían a las necesidades sentimentales de las clases más modestas. El arte popular, en todos los tiempos, ha formado parte de la cultura social, aunque no se haya conseguido la integración en la cultura oficial. Por su parte, la cultura oficial trata de bajo nivel cultural a las clases populares, porque rechazan la cultura institucionalizada. La cultura es un producto social que satisface unas necesidades creadas por el hombre para comprender y modificar la realidad en la que vive. La copla y el cine sobre lo andaluz se instalaron en la vida cotidiana de gran parte de los españoles, pero entendemos que el éxito de los espectáculos y de las películas folklóricas tiene una explicación racional. Miremos. En las zonas rurales vivía una parte importante de la población que con el tiempo se traslada a los cinturones industriales y a los barrios periféricos de las grandes ciudades. El flujo migratorio fue notable durante el siglo XIX y hasta la primera mitad del siglo XX, aunque, entendemos que, un cambio en el espacio no supone un cambio en las costumbres. Francisco de Quevedo en su relato picaresco del Buscón advertía que los cambios surgen desde dentro, “pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbre”. Pues bien, merece nuestra reflexión la presencia de fiestas relacionadas con la Semana Santa, la Feria de Sevilla y la Romería del Rocío en localidades muy alejadas de Andalucía. Y es que, los pueblos, las sociedades se resisten a dejar la identidad y las creencias que forman parte de sus vidas, en otros tiempos los obreros andaluces llevaron el pensamiento anarquista al trabajo y a las fábricas.
El éxito del cine sobre lo andaluz estuvo presente en cada región del territorio nacional debido a la fuerte emigración hacia las zonas industriales. Pero la aceptación de la copla y las películas no fue exclusiva de andaluces y extremeños, el reconocimiento lo tenían en todo el país. El motivo principal del éxito estaba en el contenido sentimental de las películas y las canciones, en ellas hay un reflejo del “modo de producción” y “reproducción social” que imperaba en España. La estética cinematográfica y de las canciones de la autarquía planteaban los problemas del presente en la vida cotidiana de la sociedad española. Manuel Vázquez Montalbán recopiló, en su “Cancionero General del Franquismo”, la huella sentimental de la sociedad del subdesarrollo, las canciones de la autarquía. Canciones que, en forma de pequeños folletos, recogían las letras del repertorio de los artistas del momento: Juanita Reina, Concha Piquer, Antonio Molina o Luisa Ortega. Estos cancioneros tuvieron una notable popularidad pues a través de ellos el público conocía letras de las canciones, los folletos se vendían en librerías o en los primitivos kioscos.
En aquel tiempo, durante el invierno, la sociedad andaluza contaba sus miserias alrededor de la chimenea y de la mesa camilla, en los largos meses de estío, en los patios y en las puertas de las casas, tomando el fresco. Las charlas familiares y vecinales eran el lugar apropiado para compartir los sentimientos, los buenos vecinos daban rienda suelta a las penas que producía la miseria. Pero había otro llanto producido por la guerra y las noticias de los familiares encerrados en las cárceles por el Régimen. La mayoría de las personas mayores eran analfabetas, las mujeres se ocupaban de una vecina de confianza para que leyera y contestara las cartas de los familiares ausentes. Las mujeres reunidas realizaban trabajos de costura, hacían abrigos de punto o bordaban los ajuares de las jóvenes, aunque parte de estas labores estaban retribuidas, era un trabajo de las jóvenes, de clase media, que no entraban en el servicio doméstico. Los grupos de mujeres más necesitadas iban al campo a realizar labores sencillas y temporales, trabajos como la vendimia, la recogida de la aceituna y otros menesteres mal remunerados. Las pocas mujeres que sabían leer lo hacían, en ocasiones, para ser escuchadas, algunas reuniones eran acompañadas por la lectura de novelas populares o por entregas que todavía se publicaban. En otros casos cantaban las canciones de moda y contaban cuentos y películas, las noches de invierno los familiares y vecinos jugaban a la lotería con fichas de altramuces secos, porque las fichas escaseaban. También era frecuente jugar a las cartas para matar el tiempo, años más tarde se escuchaba la radio que consistía en “oír la novela”. El sentido comunitario de la sociedad rural andaluza no estaba roto todavía, la emigración terminaría definitivamente con él. En este tiempo, en cierta medida, España mantenía vivos los valores populares, las amistades y una forma de vida donde existía la ayuda entre los conocidos, las personas ni nacían ni morían solas. En la sociedad andaluza permanecía viva la memoria sentimental, una forma de subcultura manifestada y practicada por la sociedad trabajadora de los pueblos y barrios de las ciudades, pero representaban un universo que llegaba a su fin.

Las clases populares habían creado su propio mundo cultural y estético, los pueblos y los barrios de trabajadores conocían las coplas, lo mismo que las películas que se proyectaban una y otra vez. Pero las películas y las coplas hablaban fundamentalmente de una Andalucía de perdedores yperdedoras, puede que de fracasados en el amor o de un trabajo dignificable, un medio de expresión para un medio cultural de vencidos. Algunas películas planteaban problemas relacionados con el papel social de la mujer, por este motivo las mujeres fueron sus principales espectadoras. Sin embargo, había otro hecho de importancia para la transmisión-difusión de la copla y del cine sobre Andalucía, era la existencia del grupo marginal de los homosexuales. Los temas de la copla respondían al concepto de marginación y pocos grupos sociales fueron peor tratados que los homosexuales. Ellos conocían las canciones, los gestos y ademanes de las cantaoras, las imitaban cuanto era posible y estaba permitido. Este velado permiso ocurría en las fiestas de los pueblos, en las cruces, en las romerías y en las celebraciones ocultas de los señoritos.