La biblioteca siempre se ha asociado a la formación cultural de las personas, en ellas se encuentra el saber acumulado por centurias de civilización y que nos posibilita un entendimiento mejor de la historia humana; visitar una biblioteca era y es ponerse en contacto con lo mejor del saber, de los sentimientos, emociones y creaciones espirituales de cientos de autores de todas las razas y culturas del planeta.
Como bien destaca Jorge Zavaleta Alegre, el rol de las bibliotecas ha sido de vital importancia en nuestro devenir histórico, y muy mal se portaron los conquistadores cuando después de avasallar a un pueblo o ciudad, destruían o quemaban las bibliotecas con todos los libros que había acumulado; recordemos qué durante la guerra del pacífico, la soldadesca chilena procedió de esta manera, tal vez a espaldas de sus superiores que de saberlo de seguro hubieran impedido esta bárbara acción.
Jorge Luis Borges, en sus inigualables narraciones toma a la biblioteca como centro del universo, tal vez con toda justicia, pues allí se encuentra lo mejor de la producción humana; y también nos recuerda como el Emperador Chi Huang Ti, en su afán de conjurar al tiempo, hizo quemar todos los libros anteriores a su reinado. Vana ilusión, la de querer sentirse ser superior en la creación terrena, algo parecido sucedió en China durante la revolución intelectual.
El otro aspecto del que nos enteramos en crónica de Jorge Zavaleta, es que en la Biblioteca de Emmitsburg, MD, Se ha habilitado un espacio para que todos los pobladores de la zona y visitantes puedan conocer su estado de salud, esto en relación con la pandemia del covid19, que aún permanece vigente con nefasto resultado en el planeta; inteligente y hermoso gesto, que junta a la cultura con el cuidado de la salud de los pobladores; y que debería ser imitado a escala mundial, pues que sería de las bibliotecas sin personas sanas de cuerpo y espíritu para aprovechar de las riquezas que atesoran.
El cuidado de la salud en estos momentos, es tarea no sólo de los Ministerios del ramo, con el sistema hospitalario; toda institución que cuente con espacios y personal adecuado debe unirse a esta tarea para derrotar al virus que en este siglo pretende diezmar a la población de todas las edades, credos, y latitudes del planeta.
La inesperada expansión del nuevo coronavirus o COVID-19, al inicio del 2020, ha causado efectos alarmantes en todo el mundo, provocando la suspensión de diversas actividades económicas y sociales, entre ellas, los servicios bibliotecarios.
Las bibliotecas públicas tuvieron que cerrar sus locales al decretarse el estado de emergencia en sus países y entrar en un periodo de confinamiento. Este panorama ha generado el extensivo uso de los servicios digitales en las bibliotecas para continuar laborando, hecho que se expone en este trabajo.
Las bibliotecas públicas del Perú trabajan de “modo presencial” con limitados recursos, escaso personal especializado, ausencia de servicios digitales y sin visibilidad dentro de sus gobiernos locales; a pesar de esto, algunas bibliotecas han desarrollado diversas iniciativas en medio de esta pandemia.
Por tanto, se muestra una serie de servicios que están brindando las bibliotecas públicas peruanas en respuesta a la crisis de la COVID-19; también se indican algunas reflexiones del ámbito bibliotecario del país y una serie de desafíos para un futuro próximo.
Una crisis global como la de la COVID-19 nos ha hecho replantearnos el futuro de los servicios bibliotecarios, En ella nos preguntamos ¿Qué han hecho las bibliotecas en este periodo? ¿Han tenido la capacidad suficiente para dar respuestas a la ciudadanía?
La pandemia ha puesto de relieve que las bibliotecas no han llegado a hacer una verdadera transición a la biblioteca virtual. Pero el debate no es tanto sobre la presencialidad o virtualidad, sino cómo ser útiles y que la sociedad reconozca el sentido de las bibliotecas.
ADOLFO CESPEDES THORNDIKE, Abogado y Profesor en Literatura. Estudios en la Universidad Nacional de Trujillo, casado con la profesora de Letras Helida Beatriz Zavaleta y padres de Adolfo y Jorge.
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PAPEL DE ARBOL fue creado en 1992 por July Balarezao Historiadora y Pintora egresada del Taller Teresa Mestres en Miraflores Peru - Barcelona.
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