Papel de Arbol

miércoles, 21 de septiembre de 2016

INCENDIO DE SAN SEBASTIAN SUBLEVA AL PUEBLO DEL CUSCO, Informa Panorámica Latinoamericana, desde Mián



EL FUEGO ARRASA  LA ILUSIÓN DEL CUSCO


Jorge Zavaleta  Alegre

El incendio de la Iglesia San Sebastián del Cusco, ocurrido el sábado 16 de Setiembre del 2016,  revela que el pasado histórico de esta parte de América Latina, carece  de una  mínima protección. Es una cruda realidad,  que agrede a la civilización occidental y cristiana, porque  los ingresos del  turismo  solo terminan en las arcas de un puñado de agentes internacionales, y que solo dejan un equívoco imaginario de que los pobladores son dueños de ese  idílico  espacio en el ombligo  del mundo.




Pero esa visión cada día va cambiando. Los ciudadanos del Cusco ven con preocupación el abandono sistemático  del Centro Histórico, según  una Exposición del Centro Guamán Poma,  y que plantea cómo mejorar las condiciones urbanas y el Cusco del futuro, “con la visión de modernizar sin tomar en cuenta las características culturales locales o  solo como elemento decorativo”, advierten arquitectos y arqueólogos locales.

Juan Tomás Tuyro Tupa fue el artista Arquitecto y escultor indígena creador de esta hermosa iglesia de San Sebastián. El nació en el Cusco y al ser reconocido como descendiente de la nobleza inca obtuvo el título de Sargento Mayor de la nobleza indígena. Este artista fue quien también trazó la planta de la Iglesia de San Pedro en el Cusco, la misma que era anexa al Hospital de los Naturales en el año de 1699, habiendo tallado la imagen de Nuestra Señora de la Almudena, así como el púlpito y el retablo principal.

En la Iglesia de San Blas talló el retablo de Nuestra Señora del Buen Suceso y se le atribuye la preciosa labor del púlpito de San Blas tallado en una sola pieza de madera.

En la catedral del Cusco labró retablos así como la imagen de Nuestra Señora de la Almudena en la iglesia del mismo nombre y varias imágenes para los templos de San Sebastián y Santa Ana.




Tragedia nacional. El incendio ha sido calificado por el Ministro de Cultura como una “tragedia nacional”. Pero, poco o nada sirve ese discurso oficial, cuando el templo  ya fue destruido en gran parte, debido a un incendio en la  madrugada en una ciudad  dominada por un frío intenso.

El Ministerio de Cultura confirmó que el 80% del presbiterio y el 60% de la nave central de la iglesia han sido consumidos por las llamas. Además, el retablo y el altar mayor, hechos de cedro y pan de oro, resultaron destruidos en su totalidad.

También se han convertido en polvo ocho pinturas de escenas religiosas pertenecientes a Diego Quispe Tito, emblemático representante de la escuela pictórica cusqueña en la época virreinal.

El Ministerio de Cultura informa que asumirá la custodia de la iglesia de San Sebastián y elaborará un proyecto de inversión pública de emergencia para desplegar acciones de restauración arquitectónica y de las obras de arte religioso.

Las autoridades no indican aún el origen de las llamas, pero no se puede descartar la intencionalidad del siniestro para sustraer obras  de un  gran valor. La  Biblioteca  Nacional  del Perú, en un foro  reciente, dio a conocer las grandes utilidades  que   genera  el comercio  ilícito  de obras de arte, junto  con el narcotráfico  y  sustracción de piezas arqueológicas.


El incendio en la iglesia San Sebastián  se inició aproximadamente a la 1 de la madrugada y la falta de agua en la zona dificultó el trabajo de los bomberos. Esta ausencia  elemental de previsión,  indigna a los vecinos que ayudaron a salvar algunos bienes del templo. El Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Cusco, indicó que  el Servicio de Agua abrió las válvulas de agua luego de 2 horas de iniciado el siniestro.




En el Cusco destacan las iglesias de mediados del siglo XVII y sus vistosos altares, como el del Templo de San Sebastián, que ya desapareció  por las llamas. Este altar repujado en pan de oro guardaba características únicas y primorosas, que lo hacían uno de los más bellos de todo el continente. 

Esta verdadera obra de arte de estilo barroco con columnas corintias muy decoradas y con hermosos detalles adosados en toda su fachada era inmensamente apreciada en el mundo del arte, sus hornacinas, escudetes y detalles de conchas lo hacían único y especial dentro de la arquitectura religiosa de Cusco.

En este altar descansaban imágenes en yeso de San Juan y San Agustín, además de una pequeña imagen de San Sebastián, la primera que llegó a Cusco en 1560. Después del incendio no quedó ninguna de estas.

Tal vez para regocijo de los creyentes y devotos de San Sebastián, la mayor joya que guardaba este templo en su interior, la escultura del llamado Patro San Sebastián fue retirada justo a tiempo y se 'escapó' de correr con la misma suerte que los otros santos.



Pinturas del siglo XVII, bienes con más de 200 años de antigüedad y otras incalculables pérdidas históricas ha dejado el incendio ocurrido esta madrugada en la iglesia San Sebastián, en el Cusco.



 “Todo el pueblo de San Sebastián está llorando. La iglesia está en escombros, no existe nada, todo el patrimonio cultural del distrito de San Sebastián se ha consumido”, declaró, entre lágrimas, el alcalde Andmar Sicus Cahuana.

Hace solo cuatro años, la iglesia que data del siglo XVI había sido restaurada con un presupuesto de 5 millones de soles. Fue declarado como Patrimonio Cultural de la Nación - Monumento Histórico Artístico en el año 1972. No obstante esta inversión pública, la anomia impregnada en la burocracia del  Cusco (y del país)  los servicios  de custodia, no funcionan.

Y LA UNESCO QUE DICE

El año pasado, en junio, se realizó en Cajamarca,  IV Encuentro Nacional de Centros Históricos del Perú, promovido por la Unesco.  Sus directivos indicaron “que el encuentro fue una oportunidad para fortalecer la gestión de los centros históricos, mejorando el cuidado y conservación de estos a través del intercambio de experiencias de las diferentes ciudades históricas del país”



La UNESCO facilitó un taller con representantes de Lima, Rímac, Trujillo, Cajamarca, Chachapoyas, Arequipa, Cusco, y el Ministerio de Cultura, con “el fin de realizar un diagnóstico participativo de las necesidades de fortalecimiento de capacidades para la gestión sostenible de los Centros Históricos”.

Este diagnóstico servirá para informar al proyecto “Apoyo a la gestión de la Red de Ciudades Patrimoniales”, financiado por AECID. Las autoridades que participaron en dicho taller se comprometieron en participar activamente en la red y compartir entre sus miembros todas las experiencias y materiales relevantes para generar buenas prácticas a nivel nacional. Otros resultados importantes del evento fueron la firma de convenios de cooperación entre Cajamarca  y Trujillo, y entre Trujillo y Cuenca con el fin de compartir experiencias y fortalecer su gestión. Habría que preguntarse para qué tanto  gasto en congresos  y los  resultados son escasos. San Sebastián es el mejor testigo de la  inercia  de la Unesco  y del  Perú, uno de los estados miembros.

En la conservación del patrimonio del Cusco destaca  la restauración  de la Iglesia de  Andahuaylillas, de fines del siglo XVI, llamada la  Sixtina de América, gracias a la cooperación  internacional, empezando por Italia y  España  y a cargo de los jesuitas. Es de una sola nave con capillas laterales en esplendoroso barroco, sobre todo su techo de motivos florales y frutales revestido con pan de oro. Las pinturas de sus muros son en su mayoría del limeño Luis de Riano, nacido en 1596 y discípulo de Angelino Medoro.

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