Papel de Arbol

domingo, 22 de abril de 2018

La corrupción se está devorando a la naturaleza, por Róger Rumrrill



Por Róger Rumrrill.
“La corrupción está devorando a la Madre Naturaleza” es una de las advertencias, conclusiones y denuncias de las organizaciones indígenas y campesinas que concurrieron a la Cumbre de los Pueblos realizada simultáneamente a la VIII Cumbre de las Américas “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción”, el 13 y 14 de arbil,en Lima.

Para los pueblos indígenas, la destrucción de los bosques y la fauna, el envenenamiento de los ríos y lagos y la extinción de la biomasa pesquera, la contaminación de los suelos, la instalación de megalatifundios de palma aceitera con su secuela de despojo y violencia, la apertura de carreteras en zonas de conservación y territorios de los pueblos indígenas no contactados, es una amenaza a su supervivencia.
Porque con la muerte de la Madre Naturaleza, los pueblos indígenas pierden sus prácticas, saberes, conocimientos, cosmovisiones y cosmologías, su cultura, valores, símbolos y paradigmas.
La corrupción y los derechos de los pueblos indígenas
En uno de los debates más importantes organizados en el marco de la Cumbre de los Pueblos titulado “El Impacto de la Corrupción en los Derechos de los Pueblos Indígenas”, organizado por la congresista de “Nuevo Perú”, Tania E. Pariona, un grupo de comunidades y organizaciones indígenas andino-amazónicas demostraron con pruebas irrefutables que los más graves problemas que enfrentan en sus tierras y territorios tienen una explicación: la corrupción.
Uno de los casos más dramáticos ocurre con la Comunidad Nativa “Tres Islas” en Madre de Dios. El propio Estado, sin consentimiento y autorización de la comunidad, ha concesionado a la minería el 60 por ciento del territorial comunal. El mismo abuso ha cometido el Gobierno Regional de Madre de Dios que ha otorgado concesiones agrícolas en el ámbito de “Tres Islas”, así como la Autoridad Nacional del Agua (ANA) que ha autorizado el uso del agua a terceros.
Para detener los daños ambientales y sociales, que incluye amenazas de muerte a sus dirigentes, “Tres Islas” inició acciones legales a través de un proceso de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC) en el año 2012. El TC emitió una sentencia histórica en favor de la Comunidad. Pero la corrupción ha impedido la ejecución de la sentencia.

Otro caso, realmente trágico, es lo que sucede con los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI) de la Reserva Territorial Kugapakori, Nahua y Nanti (RTKNN) localizados en los distritos de Megantoni y Sepahua, en las provincias de La Convención (Cusco) y Atalaya (Ucayali). El pueblo Nahua fue contactado en los años 80 por trabajadores de la Shell provocando la muerte de la mitad de la población víctima de epidemias. El devastador contacto se produjo porque el Estado otorgó derechos de exploración a la Shell sobre el Lote 88 de Camisea. El 70 por ciento del lote está superpuesto a la RTKNN.
Pero una nueva amenaza se cierne sobre los Kugapakori, Nahua y Nanti. Esta vez, paradójicamente, el peligro proviene de la Ley de Protección de Pueblos Indígenas en situación de aislamiento y en contacto inicial, Ley No. 28736. Esta norma permite el aprovechamiento de recursos naturales por necesidad pública y de interés nacional en territorios de los PIACI. 
El Estado capturado y la corrupción. Podríamos citar muchos otros casos que prueban y demuestran que el tema de fondo de la corrupción es la captura del Estado por los poderes fácticos y el control que estos poderes tienen sobre todo el sistema. Tal como señala William Robinson, la crisis estructural del sistema neoliberal capitalista intenta ser resuelta poniendo en marcha cuatro estrategias: asalto y saqueo de los presupuestos públicos, la expansión de crédito, la frenética especulación financiera y la acumulación militarizada. Marcelo Odebrecht utilizó la primera estrategia: asalto y saqueo del presupuesto y las finanzas públicas con la complicidad de las clases política, empresarial y la burocracia, todas ellas corruptas y un Estado capturado por estas clases.
Por eso serán un saludo al banderín los 57 compromisos contra la corrupción suscritos por los gobiernos que concurrieron a la VIII Cumbre y también no pasará de las buenas intenciones del combate a la corrupción de Vizcarra y Villanueva si, ambos, con el apoyo de todas las fuerzas sociales honestas y democráticas del país, no liberan al Estado capturado, como ha señalado reiteradamente Francisco Durand, por los poderes fácticos, empezando por la CONFIEP.
Estos poderes fácticos le deben al Perú más de 100 mil millones de soles en exoneraciones, deudas, devoluciones y otras suculentas granjerías que ellos han impuesto al Estado peruano con la corrupción. (Diario Uno, el domingo 22 de abril de 2018).

*Róger Rumrrill. Escritor y periodista especializado en ecología  y desarrollo sostenible en el trópico sudamericano y en particular asesor de organizaciones indígenas y casmpesinas de la región andina.

 




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