Papel de Arbol

miércoles, 24 de noviembre de 2010

PARA SALVAR LA TIERRA

Poe Jorge Zavaleta Alegre
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/especial/para-salvar-a-la-tierra_74819.html

(1) Preservar este paisaje es lo que ofrece Ecuador a la comunidad internacional. (2) El desarrollo de la energía solar es una gran alternativa.
Yasuní, en el Ecuador, tiene una propuesta para frenar el cambio climático. energías del viento y el sol abren al mundo rural a la Educación y a la salud, a través de la comunicación satelital y computadoras. Acabar con la explotación delictiva del oro en Madre de Dios, la región de mayor biodiversidad del mundo. Son tres alternativas viables para detener la destrucción ambiental y cambiar radicalmente la historia global.
Visitamos Yasuní. El proyecto, presentado a Estados Unidos por varios países europeos y una misión ecuatoriana, plantea que se pague a Ecuador para que deje a perpetuidad, sin explotar, parte de sus reservas petroleras en el campo Ishpingo-Tambococha-Tiputini-ITT. Su aplicación puede ser replicable, como es el caso de Filipinas, Malasia, Indonesia, República Democrática del Congo, Brasil, Bolivia y Venezuela.
A cambio de ese compromiso debería obtener compensaciones económicas de gobiernos, instituciones e incluso de ciudadanos en cualquier parte de la tierra que podrían comprar barriles virtuales de petróleo. “Ecuador está proponiendo dejar bajo tierra el 20% de sus reservas petroleras, casi mil millones de barriles, para evitar la emisión de 410 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera”, informa la administración de la Iniciativa, ubicada en el Parque Nacional Yasuní, territorio de más de 980 mil hectáreas, a unos 300 Km. al Este de Quito. El gobierno ecuatoriano planea emitir los llamados Certificados de Garantía Yasuní (CGY), propuesta que difiere un poco de los bonos de carbono que los países ricos obtienen a cambio de invertir en proyectos verdes en países en desarrollo. Los inversores pueden luego utilizar esos bonos para contrarrestar sus emisiones a la hora de cumplir compromisos internacionales. La propuesta de Ecuador es sustancialmente diferente. Según sus promotores “no es un cupo adicional de emisión”, porque moralmente eso no es correcto”. El dinero que se pague a Ecuador, será invertido en un fondo fiduciario manejado por un organismo internacional. Para el Banco del Sur sería una prueba de fuego. Los fondos estarán destinados a la protección de 40 parques nacionales ecuatorianos (Las tierras entregadas a comunidades indígenas son un 38% de la superficie ecuatoriana), y la reforestación de 2,5 millones de acres de bosques y cambio de la matriz energética para producir hidroelectricidad o de fuentes geotérmicas, opción atractiva en un país de volcanes, explica el académico Valentín Bartra, de la Universidad Mayor de San Marcos.
Jurídicamente el proyecto es respaldado por “el cambio constitucional promovido por el gobierno el año pasado, que hace muy difícil explotar el petróleo en un parque nacional. Requiere que el presidente pida autorización al Congreso nacional, además de una consulta popular. Nada menos que 58% de la ciudadanía está a favor de que el crudo quede bajo tierra.
Otra garantía es que si Ecuador ordena la prospección petrolera “van a pasar cinco años hasta que se vea el primer barril de petróleo y el país dejaría de percibir unos US$420 millones al año en intereses por el proyecto, lo cual es un desestímulo muy grande”.
La delegación ecuatoriana ya ha presentado detalles del proyecto al parlamento alemán, el cual, por unanimidad, decidió aportar un fondo para contratar especialistas y elaborar en detalle la arquitectura del proyecto, informa la BBC de Londres.
La meta considera que “en el transcurso de este año y el próximo se levantará los primeros US$350 millones, monto mínimo para el arranque de la propuesta. Los promotores calculan recoger US$700 millones anuales durante 10 años, que sería el fondo fiduciario que desean crear”
Hay expectativa en la iniciativa en una etapa que las negociaciones internacionales pasan por un momento más difícil. El Tratado de Kioto expira en 2012 y debe ser sustituido por un nuevo acuerdo a ser discutido en diciembre en Copenhague, pero no incorpora a los mayores contaminantes, Estados Unidos y China.

El sol y el viento
La región latinoamericana y el Caribe es la más urbanizada del planeta. En el 2030 bordeará los 800 millones de habitantes. Y Atender a las áreas rurales, con proyectos energéticos supone reducir las desigualdades, respecto a las urbes, en cuanto a tasas de crecimiento, fecundidad, mortalidad y migración, entre otros indicadores esenciales.
Euro - Solar es una propuesta de Europa de los 27 para el desarrollo rural que involucra a 600 comunidades y beneficiará a 300 mil personas de 8 países: Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Perú.
El objetivo es introducir energías alternativas de sol y viento para uso de la Educación, la salud, las comunicaciones satelitales y capacidades productivas, según explican Víctor Velarde, Alfredo Oliveros y Lolo Meléndez Sotelo, expertos de la Unión Europea y de la asistencia española de Socoin.
En el Perú, cerca de 10 millones de personas no acceden a la electricidad y viven aisladas y dedicadas a actividades de subsistencia. El acceso a la zona andina del Perú, remarca Meléndez Sotelo, es mucho más difícil que en la costa, por falta de caminos, extrema pobreza, bajos índices de comprensión de lectura y ausencia de fuentes hidroeléctricas.
También considera que pese a estas limitaciones, los niños que tienen acceso a la comunicación con el mundo, muestran escenas de alegría y de apoyo espontáneo de los padres de familia y de las comunidades. Los escolares despiertan de su letargo, accediendo a las computadoras y a Internet. Los comités de administración asumen con responsabilidad la marcha del “Kit” y en algunos casos cubren las ocasionales ausencias de profesores de los centros unidocentes.
Meléndez Sotelo, a cargo de la supervisión de 31 comunidades de Junín, Huancavelica y Ayacucho, de los 130 proyectos Euro-Solar en Perú, considera que el futuro de este y otros programas similares, que ahora dependen del Ministerio de energía y Minas, deberán ser integrados y gestionados por los sectores de Educación y salud. “Conservar esta alternativa demanda pocos recursos financieros, pero sí un alto grado de compromiso del Estado y de la población”.

Madre de Dios o del diablo
Mientras el Ministro del Ambiente del Perú, Antonio Brack asegura que el 2021 se espera reducir “a cero la tala de árboles de los bosques de la Amazonía y costa norte del país, disminuyendo el 47,5% de las emisiones de CO2”, en la zona sur de Madre de Dios ocurre lo contrario:
El desarrollo binacional con Brasil se ve amenazado por el proyecto hidroeléctrico Inambari y por la vía interoceánica, que provocan la deforestación y asentamientos humanos en ambas márgenes de la carretera. Algo peor, es la imparable explotación delictiva del oro con el uso de mercurio que se extiende a Puno, poniendo en riesgo la fauna, flora y la vida de las comunidades del Tambopata, el Altiplano y otras cuencas, explica el ecologista Luis E. Fernández de la Stanford University, al presentar modelos para el mejor uso de tierras y la conservación del Capital Natural. Esta cruda realidad contrasta con el discurso oficial. “En Madre de Dios el 45% de su territorio son áreas naturales protegidas y cuenta con el 60% de todas las concesiones nacionales para ecoturismo. En el 12% de sus bosques se desarrolla una pujante industria de recolección de productos forestales no maderables y tiene también empresas de agroforestería que se dedican al aprovechamiento sustentable de la madera”.

Un impuesto al CO2
La iniciativa ecuatoriana de Yasuní es respaldada por los premios Nobel, Muhamad Yunus, Desmond Tutu, Rigoberta Menchú y Rita Levi-Montalcini.
El premio Nobel de la Paz 2007, Al Gore, en el reciente foro “Por un Perú Verde”, promovido por Telefónica, mencionó que la biodiversidad que posee este país no tiene paralelo en el mundo. Sin embargo, reconoció que esta diversidad también nos hace más vulnerables a los efectos del cambio climático.
Recordó que “actualmente, hemos sufrido una pérdida considerable de los glaciares alto andinos, lo que a su vez ha generado una reducción del 12% de nuestras reservas de agua dulce”
El ex vicepresidente de EEUU resaltó el caso de México, donde existen incentivos monetarios para los propietarios de las zonas forestales y comparte el concepto clave: “Aprender de la sabiduría de las comunidades indígenas, en su relación con la naturaleza”. Además, invitó a los empresarios a entender que la crisis climática es también una ventana de oportunidades para mejorar las condiciones de producción y protección del medio ambiente. Y manifestó estar a favor de impuestos para los emisores de CO2, reconociendo el poco liderazgo de los EEUU para hacerle frente al cambio climático y que debe sumarse al cambio que China, Brasil e India han asumido el compromiso con el cLima.

Una Torre de babel de más de 600 lenguas
En Guatemala y Bolivia las mujeres indígenas y sin Educación formal usan 40% menos los anticonceptivos modernos que aquellas no pobres. El 30% de las adolescentes más pobres son madres en Colombia, Honduras, Bolivia y Perú, mientras que solo el 10% de las adolescentes son los de mayor nivel de ingresos. Casi 80% de las mujeres pobres dan a luz fuera de los servicios de salud en Bolivia, Guatemala y Haití. La Región está integrada por 41 países con 570 millones de personas, con rica diversidad cultural, lingüística y biológica, y donde se hablan más de 600 idiomas.
El Perú posee una cartera de 200 proyectos vinculados a reducciones de carbono, los que buscarían captar nuevas inversiones por más de 12,000 millones de dólares, informa el Fondo Nacional del Ambiente. Dentro del portafolio existe una oferta de 1,500 megavatios de energías renovables.
Hasta ahora la promoción de los biocombustibles líquidos (biodiesel y etanol anhidro a partir de girasol, caña de azúcar, piñón o palma aceitera), son oportunidades de negocio, pero las inversiones públicas y privadas aún despiertan poco interés.
Mucho se predica del rol del Perú en el concierto global ambiental, porque es uno de los 17 países megadiversos del planeta y por su milenaria tradición en la domesticación de plantas medicinales, papas y maíces que conforman el banco genético.
Jorge Zavaleta Alegre
Colaborador Diario La Primera del Perú