Papel de Arbol

lunes, 7 de agosto de 2017

DE TOROS Y CORRIDAS, ESTAMPAS DE DAVID FLORES VÁSQUEZ

Lienzo de Mario Sierra Talaverano, Yawar Fiesta
David Florez  Vásquez
Agosto es un mes especial para mí pues,  entre otras cosas, en Huaylas, mi tierra, se llevan a cabo dos tardes de corridas de toros en honor de nuestra Patrona, la Virgen de la Asunción. Mi antiguo pueblo se refundó en el virreinato bajo la advocación de la Virgen y todo indica que tuvo su época de esplendor pues hasta existe una Bula Papal que concede indulgencia plenaria a quienes visiten su templo en esa ciudad los días 13, 14 y 15 de agosto.

Meditaba en esos temas y en la cercanía del 6 de Agosto, día de la Batalla de Junín, preludio de Ayacucho, que mi antepasado don Domingo Flores comentaba haberla visto de mucha distancia. (La historia cuenta que, en efecto,  la infantería patriota había atravesado ya la gran Pampa de Junín y que la caballería realista quiso “enganchar”  a la retaguardia patriota constituida por su caballería trabándose una batalla a puro sable. 

“No hubo ningún disparo”, se comenta). Quise escribir algo sobre ello, cuando en los periódicos y la TV vi a un Congresista, dice de izquierda, que con absoluta desfachatez, e insultando la inteligencia de los peruanos, dijo que la elección de la Constituyente en Venezuela, resultó una “epopeya democrática”.  Por cierto, cada quien tiene todo el derecho del mundo a pensar a su manera y eso debe respetarse. Pero usar la curul parlamentaria, con un sueldo que nos cuesta a todos los peruanos para decir eso,  resulta francamente insultante.

Con cargo a hacerle llegar la “noticia” a ese  caballero que, vive bien y cobra en nombre de los pobres, que el muro de Berlín cayó hace tiempo y que hoy en internet lo vemos todo “en vivo”, sin atarnos a una agencia  noticiosa interesada, voy a escribir mejor algo sobre “Toros y corridas”  pero en su lado anecdótico, pues de tauromaquia, en verdad,  no se nada. El tiempo no está para más pesares. ¡Basta de malas noticias!. 

Allí van algunas anécdotas:

1.- En mis primeros años de estudiante secundario, en Caraz, se realizaban corridas de toros y para el efecto habilitaban un “coso” en lo que hoy es la primera parte del Mercado de Abastos. Había toreros con montera y lentejuelas pero, con absoluta seguridad, no aparecían en ninguna cartelera importante. Mas allí, eran personajes y    daban el espectáculo.

Se anunció de pronto la presencia de un toro “mulato” llevado de Huaylas (lo que parece le daba prestigio). Suelto el animal en el ruedo, nadie se atrevió a enfrentarlo pues hasta el vuelo de una mosca lo ponía más fiero. Cansados de espera los organizadores decidieron devolver el toro a los corrales pero fue imposible, no obstante la presencia, incluso, de la “madrinera”. 

Los lazos no  funcionaban. Ante esa imposibilidad vimos que de pronto ingresó al ruedo un modesto campesino huaylino con ojotas: “Cutu Guilli”, dueño del animal, quien golpeando al toro suavemente en el lomo se lo llevó como al más manso perro,  causando la admiración general. Se convirtió en el Androcles moderno.  Por supuesto que los huaylinos “sacamos pecho”.

“Cutu Guilli”  equivale a “mocho Guilli”, Guillermo. Dice,  perdió la mano izquierda porque se la “llevó” la avellana cuando se la dio de pirotécnico. Su madre fue “Hirca” Rosa (“hirca=cerro”) una experta comadrona. Su hermano, “Hirca” Pancho, noble y respetuoso. ¡Personajes de mi tierra!........

2.- Quinto año de secundaria: Uno empieza a sentirse conquistador del mundo. Llegado el 15 de agosto decidí irme a Huaylas a la “corrida” con mi paisano y condiscípulo “Walo” Mautino,  gran deportista y atleta que cuando corríamos me dejaba por la mitad. Nos instalamos en una improvisada tribuna por el recordado nogal de nuestro campo de fútbol e  improvisado coso de toros. En frente nuestro,  estaban unas simpáticas chicas que nos llamaban. Nosotros por no dar toda la vuelta decidimos bajar y cruzar la cancha. Cuando estábamos exactamente por la mitad, soltaron al toro que, como siguiendo instrucciones precisas, se lanzó directamente hacia nosotros. Sentíamos ya muy cerca sus bufidos.   Tuvimos que correr y no se cómo lo hice, pues dejé atrás a Walo. Cuando por fin, sin saber cómo,  me encaramé en una alta  pared me miré los pies y eran los mismos. ¡No tenía alas!.

3.- Ocurrió en Ranrahirca, Yungay, donde se llevan a cabo las corridas de toros más famosas del Callejón de Huaylas, 21 y 22 de setiembre,  en honor del Señor de los Milagros, Patrón de la ciudad. Mi hermano  mayor Rodo, que está ya lanzando  piropos al siglo de vida, estudiaba en la Normal de Tingua y galante y conquistador como siempre fue, tenía por esos tiempos una Dulcinea con quien, por alguna razón, las cosas no andaban bien. No sabemos si fue él o ella quien lanzó el reto para probar el cariño: El hecho es que Rodo, al soltarse el quinto toro de la tarde tenía que lanzarse al ruedo a torear como “expontáneo”; en verdad, un reto muy, pero muy  serio. 

Necesariamente, había que cumplir la palabra.
 Se entiende que la angustia fluía de ambos lados. Y en efecto,  llegado el  momento, al soltarse el quinto toro, Rodo lanzó su saco a un lado  y saltó al ruedo. Pero, cuentan amigos cercanos que,  más se demoró él en lanzarse  que dos primos queridos que hicieron lo mismo para,  a duras penas,  “hizarlo” inmediatamente, impidiéndole torear.
Pasado el tiempo supimos que los tres tramaron la solución. Y cuando yo a uno de ellos, un distinguido médico, sonriendo le pregunté por qué no lo dejaron torear, me dijo: “No hermano: Había un trato. ¡Cómo no íbamos a cumplir con “el negro”!. No se hubo armisticio, pero el reto se cumplió.
                                                                                      
Nota final: Toros y corridas: En la Plazuela del Teatro Segura en Lima, más cerca  del Jirón Cailloma, donde está la Bodega de Carbone, que aún vende buenos sandwichs de jamón del país y buen vino, había una pequeña oficina  de  venta de abonos para las corridas de la Feria de Octubre. Como es explicable, todos los comentarios giraban siempre a cerca de los toros. En una oportunidad mi maestro de prácticas, el Dr. Nicolás A. Velásquez, cuyo Estudio estaba  cerca, al escuchar a un entusiasta aficionado le preguntó ¿Tanto te gustan los toros? Ante la respuesta afirmativa añadió: “Caramba: Tienes el  mismo gusto que las vacas”.            
        Lima, 6 de agosto del 2017
*David Flores Vásquez, jurista, músico, director de la Lira Huaylina