Papel de Arbol

viernes, 22 de mayo de 2015

NO TODOS LOS SALUDOS SON IGUALES



Francisco Carranza Romero*
Profesor de la Universidad de Corea del Sur
Cuando alguien comienza sus primeros contactos con gente diferente por su cultura es muy común que haga la comparación de los saludos que son palabras y gestos. Por eso es muy importante su actitud: No sobrevalorarse ni subvalorar al otro diferente. Simplemente hay que aceptar que la humanidad está constituida de personas diferentes; ergo, de culturas diferentes. Repito, la gente está acostumbrada a juzgar otras culturas partiendo de la suya. Muy natural, solamente que no hay que exagerar porque ninguna cultura es paradigma o valorímetro de otras. Por ejemplo, muchos piensan que hay sólo una fórmula de saludo como en su lengua.

¿Cómo se dice ¡buenos días!, ¡buenas tardes!, ¡buenas noches! en quechua? Es una pregunta muy común de los que no hablan quechua. Y se sorprenden ante la respuesta de que no se usan esos exclamativos como en las lenguas europeas. En quechua la primera expresión de saludo es la pregunta por la salud: ¿Cómo está? (¿Llamayllaku o Llameellaku? en Áncash) ¿Allillanchu? o ¿Imaynalla? (en otras áreas). Es que muchos peruanos ven a los quechuas como extranjeros teniéndolos tan cerca todos los días.


Sigue la sorpresa cuando se les informa que en la lengua coreana también el primer saludo es una expresión interrogativa: ¿Añionghaseyo? (¿Cómo está?) Este saludo va acompañado de la venia. Por esta razón, cuando los coreanos aprenden el castellano, en los primeros días siguen con la entonación interrogativa: ¿buenos días?, ¿buenas tardes?, ¿buenas noches?

El lingüista Mauricio Swadesh en su libro El lenguaje y la vida humana dice sobre un pueblo mexicano: “Los mixtecos de la Costa Chica saludan mencionando la actividad que ven practicando al otro, por ejemplo, “¿estás trabajando?”, o “¿estás saliendo de la casa?”

En otras lenguas se recurre a otras preguntas: ¿Eres tú? ¿Es usted? ¿Recién? Después de la respuesta continúa el diálogo.

Para contestar el teléfono también hay varias formasen castellano: ¡Aló!, tomada del francés ¡allȏ! y ésta del inglés ¡hello! ¡Hola! en algunos países de América del Sur. ¿Bueno? (México) ¿Diga? ¿Dígame? (España) ¡A la orden! (Colombia), ¿Sí?. Y los que hablamos el quechua podemos decir: ¿Pitan? (¿Quién es?)

¿Cómo se dice ¡gracias! en quechua?. Es otra pregunta no sólo de los hispanos sino hasta de los mismos quechuas que no saben esta expresión: Qamkallarchi (literalmente: por ser tú haces eso. Es decir: Gracias a ti). Si no se convencen se les pregunta el origen de la expresión ¡gracias!.

Muy pocos saben que proviene de la expresión latina: Tibi gratias. Por algo todavía decimos: Deo gratias (Gracias a dios) de donde ha pasado al castellano sólo el acusativo plural gratias. Y si pasamos al inglés, tenemos: Thank you. Ocurre que la castellanización por casi 500 años del Perú casi ha borrado la expresión de gratitud quechua: Qamkallarchi. Actualmente, muchos quechuas agradecen así: diusilupaki, sulupaaki, sullpay, paaki, paachi, expresiones procedentes de la castellana “Dios se lo pague” que ha sufrido variaciones. Y algunos lexicógrafos los datan sin explicar el origen.

¿Cómo se dice adiós en quechua? La despedida también es diferente según cada pueblo. Los quechuas de Áncash alzan la mano derecha, salvo que ésta esté ocupada, tanto el que se va como el que se queda, luego dicen: Aywallaa (Me voy). La respuesta del que se queda es: Aywallay (Váyase bien). Los del sur del Perú dicen: Rikullani (Me voy). La respuesta del que se queda es: Rikullay (Váyase bien).

La expresión quechua que corresponde al castellano “Hasta mañana” es: Warayna (en Áncash). Paqarinkama (en el sur peruano).

Otra vez cito la despedida coreana porque es aglutinante como el quechua: Añionghikaseyo (Váyase bien). Añionghikeseyo (Quédese bien. Dicho por el que se va). Ambos se hacen la venia.

Lo recomendable es que todos nos saludemos, pero debemos saber cómo hacerlos ya que son los primeros pasos de la convivencia dentro de las diferencias.