El otro  cataclismo es el abuso de la  Chevron, empresa petrolera que envenenó las aguas que produjeron muertes, y no  hay Tribunal que haga justicia a los pobladores que fallecieron envenenados por aguas contaminadas por Texaco, una firma asociada a la  Chevron.

EL RECIENTE TERROMOTO

Una corte ecuatoriana determinó que la gigante estadounidense Chevron debe pagar por lo menos US$ 8.600 millones a las comunidades amazónicas para ayudarles a combatir los daños ambientales causados por la extracción de petróleo. Ambas partes, bien apelaron o pidieron aclaración de la sentencia.
Según un fallo de la provincia de Sucumbíos del pasado 14 de febrero, la cantidad masiva de daños compensatorias relacionados con la contaminación del suelo y el agua en la cuenca del Río Amazonas, así como por problemas de salud entre las personas del lugar. Además de los US$ 8.600 millones, Chevron debe pagar un 10% del valor de la sanción al Frente de Defensa de la Amazonía, una organización que representa a las comunidad ecuatorianas en este caso.
La corte ha destinado más de US$ 5.000 millones de las cargas compensatorias para reparar los daños al suelo, y el resto de los fondos será gastado en atención sanitaria para los afectados. Las comunidades dañadas han reclamado que Texaco emprendió prácticas de perforación incorrectas y vertió desechos tóxicos en el Amazonas, lo que a la postre resultó en la contaminación generalizada de la cuenca del río. En su demanda inicial, los ecuatorianos pidieron US$ 27 mil millones por daños al suelo y agua, así como por enfermedades y muertes desencadenadas por las prácticas de Texaco.

La resolución del caso representa uno de los asuntos con la imposición de daños ambientales más grande de la historia, apenas el segundo después del fondo establecido de US$ 20.000 para el derrame petrolero de British Petroleum en el Golfo de México.
La compañía Chevron ha rechazado abiertamente la decisión de la corte. Defiende que los procedimientos judiciales estuvieron bajo la influencia del gobierno de Ecuador. También alega que ya ha limpiado sus pozos petroleros y que firmó un acuerdo con Petroecuador que lo liberó de futuras demandas por daño ambiental. Chevron,  con una infinidad de triquiñuelas y abogados expertos en lograr fallos contra los pueblos, considera que los demandantes se proponen extorsionar a la compañía.
Los demandantes comuneros defienden que Texaco contaminó unas 480.000 hectáreas de selva amazónica, y provocó enfermedades graves entre los habitantes, incluido el cáncer. Según los abogados de la defensa, los daños están valorados en US$ 113.000 millones.
Según el diario New York Times, Chevron ha dicho que no pretende pagar los daños a los que se le condena. Sin el cumplimiento de esta empresa americana,  analistas apuntan a que será difícil ejecutar el pago, pues la empresa no cuenta con activos significativos en Ecuador. De ser así, las comunidades locales están preparadas para perseguir internacionalmente los bienes de Chevron, y han identificado a Brasil, Argentina, Venezuela, Angola, Canadá y Australia, como los posibles destinos donde Chevron mantiene importantes activos.
De cualquier manera, el histórico fallo tendrá que esperar a ser ratificado por un tribunal de apelación y por la Corte Nacional de Justicia de Ecuador, lo que según medios locales podría demorar.

EL CATACLISMO DE ESMERALDAS

El Servicio Geológico de EEUU dice que el terremoto alcanzó los 7,4 de magnitud, a 27 kilómetros al sur de Muisne (Esmeraldas). En Colombia, el movimiento telúrico se sintió en Cali, Popayán, Pasto  y  también de manera fuerte en Quito y Guayaquil.  Guayaquil se preparó en 2015 para terremoto de 7.8 grados.
Los principales líderes del mundo expresan su solidaridad tras terremoto. Mandatarios de Rusia, Bolivia, Colombia, Perú, Costa Rica, Honduras, entre otros. Además, de las cancillerías de España y Francia. “Somos de la familia de la solidaridad” le expresó Evo Morales, desde La Paz a su  hermano Rafael Correa, presidente de Ecuador. El Papa Francisco pide dar “fuerza y apoyo” a los afectados.

LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA PROPIEDAD

“La propiedad es el robo” es probablemente la frase  por la que casi todos conocemos a Pierre-Joseph Proudhon. Un demócrata convencido que expone los más críticos y contrarios argumentos contra el sufragio universal.
Proudhon observa cómo los políticos liberales fundamentan la soberanía nacional en la superior capacidad y formación de los propietarios, y analiza la aplicación del sufragio censitario -quien posee vota para elegir a alguien que posee más que el- en un país confrontado entre la proclamación revolucionaria del derecho inalienable y sagrado a la propiedad individual y la realidad del pauperismo, la realidad de la miseria sufrida por una mayoría de ciudadanos franceses.
En la parte teórica, Proudhon sostiene sus tesis igualitarias y, apoyándose en Adam Smith y sus primeros comentaristas franceses, afirma que toda propiedad es un monopolio y que sólo es legitima por el trabajo. Proudhon fue absuelto y el juicio representó una victoria personal ya que él mismo había ejercido su propia defensa:   “En toda mi vida no he escrito más que una cosa, Señores del Jurado… La propiedad es el robo.
¿Sabéis a que conclusión he llegado? A que para abolir esta especie de robo es necesario universalizar la propiedad. Soy, como veis Señores del Jurado, tan conservador como vosotros y quien diga lo contrario, probará solo por esto que no ha entendido nada de mis libros, digo más, nada de las cosas de este mundo”. Esta libertad personal tiene que estar apoyada en algo material que el ciudadano tiene que poseer soberanamente, al igual que el Estado ostenta una soberanía sobre el dominio público. Pero si fuera posible su eliminación progresiva, sería nulo el efecto de la propiedad.
A manera de conclusión  ésta sería aquella libertad que equilibra la libertad individual y el Estado, es la reflexión  de una  “utopía posible”.