Papel de Arbol

sábado, 29 de octubre de 2022

Till Death. Hasta que la muerte nos separe.

 



Till Death. Hasta que la muerte nos separe
Arrastrar el matrimonio

Megan Fox, película de cazadores y cazados que, dirigida por S.K. Dale, ofrece una premisa vibrante que, adornada con un humor siniestro, se convierte  en una sólida producción de género.

Till Death. Hasta que la muerte nos separe es una obra tan firme en sus intenciones y aguerrida en el modo de expresarlas, que brilla en casi todo su metraje  y ofrece un juego tenso y sin prejuicios sobre sí mismo, con sus giros de guion fuertes y una heroína que de tan brava y estoica arranca espasmos de levantarse de la butaca con vítores y cierta expresión incrédula en el rostro. 

Porque Till Death. Hasta que la muerte nos separe se mete en diversos jardines, como el matrimonio como cárcel o las tendencias machistas y  una sociedad en crisis constante, pero donde realmente deslumbra es en su tratamiento de su acción principal y en cómo la enfoca con escasa misericordia y un gusto por lo irónico muy marcado: 

S.K. Dale no deja piedra sobre piedra en su escenario de buenos contra malos, y aunque dibuja determinadas ambigüedades morales y ciertas dudas éticas, no estamos aquí para ver a cacos y asesinos disertar sobre lo humano y lo divino, sino para dejarnos los ojos en un recorrido lleno de violencia y que no baja su ritmo ni sus ganas de llevar la voz cantante.

Una película sólida y centrada que huye de la gravedad y la compostura del thriller para entregar un espectáculo de acción y violencia divertido y áspero.

Sigamos con Till     pues sobre una mujer que, encerrada en un matrimonio venenoso y controlador, transita en etapas  complicadas cuando una buena mañana amanece en una situación  comprometida y macabra. 

De este modo, Megan Fox, se echa el peso de la película a la espalda, y aunque la actriz no brille por su profundidad emocional ni vaya a salir de aquí convertida en la nueva Frances McDormand, podemos considerar que, gracias a ella, Till Death. Hasta que la muerte nos separe es un acierto que consigue que su personaje sea tomado en serio que proporciona cierta melancolía y un subtexto sarcástico que acompaña a toda la obra, y logra subvertir el concepto del cazador y el cazado en una partida a lo Tom y Jerry que intercambia una y otra vez los roles del que persigue y el que escapa. Hay escenas que casi parecen salidas de un Chris Columbus macabro preTill Death. 

Hasta que la muerte nos separe sea la película con el cadáver más llevado a la historia del cine, algo que por otro lado, y apartando su poderosa vis cómica, podemos enlazar con el aspecto más reflexivo y subtextual de la pieza, el que conecta con el peso a cargar incluso después de la muerte—, todas ellas integradas siempre en un cómputo global bien formado que da lo justo de mitología propia y de lugares comunes como para que uno llegue al final sin haber mirado ni una sola vez el reloj. S.K. Dale, que debuta aquí en el largometraje, demuestra un pulso excelente para conjugar terror y distensión, altas dosis de ironía y furia y un gusto por el humor siniestro que se debate entre la risa culpable, la abierta y la tímida. 

Una película sólida y centrada que huye de la gravedad y la compostura del thriller para entregar un espectáculo de acción y violencia divertido y áspero. Y que además es un concienzudo tratado sobre cómo arrastrar muertos y mantener la dignidad.

La cinematografía de Bobby Bukowski nos recuerda lo hermoso que puede verse el sur a pesar de ser el telón de fondo de tantos horribles actos de racismo.

Una de las muchas cosas que el movimiento de derechos civiles exigió ver promulgada fue una ley federal contra los linchamientos. 

En 2022, dicha ley finalmente se aprobó después de décadas de intentos fallidos. Fue nombrado después de Emmett Till. Que tomó tanto tiempo, y la idea de que se están aprobando leyes para garantizar las razones por las que no se enseñan en la escuela, solo resalta por qué "Till" se siente tan oportuno. 

Odie "Odienator" Henderson lleva más de 33 años trabajando en tecnología de la información. Dirige los blogs Big Media Vandalism y Tales of Odienary Madness. 

Amante del cine negro, los musicales, Blaxploitation, el arte malo y la basura buena, Odie ha sido corresponsal de Far Flung desde 2011. Ha escrito para el blog The House Next Door de Slant Magazine desde 2006. Es el alborotador responsable de Black History Mumf. serie en Big Media Vandalism. 

Su trabajo también ha aparecido en The Village Voice, Vulture, Cineaste Magazine, MovieMezzanine, Movies Without Pity, Salon y, por supuesto, aquí en RogerEbert.com.

En 2013, Odie ingresó al mundo de la programación de festivales de cine, presentando 9 películas en el Festival de Cine Off Plus en Cracovia, Polonia.