Jorge Zavaleta Alegre
Lienzo de July Balarezo
Lienzo de July Balarezo
Para July Zavaleta - Roberto Camerieri, Emmitsburg. Hélida Zavaleta-Adolfo Céspedes. Rosita Zavaleta - Lolo Castillo, Trujillo-Perú, 2017.
Mi infancia transcurrió respirando el perfume de una Madreselva,
sembrada y cuidada por mi Madre. Alimentó mi sensibilidad por la naturaleza. Una noche pregunté a ella si era
necesario incendiar el cerro como una
plegaria a San Juan. Me contestó, sin mediar silencio alguno: “esas llamas, con el viento, extienden las cenizas y cubren
el cielo, pues el primer efecto dañino
recae en los ojos”. Con el tiempo estas percepciones ayudaron a entender que es
mucho mejor sembrar flores, sin descuidar la producción de alimentos. Las flores siempre han servido para buscar
y lograr armisticios.
El mercado de flores representa
uno de los negocios más grande del mundo. En los países tanto desarrollados
como en desarrollo, el valor estimado a nivel global supera US$100.000 millones al año. En varios países latinoamericanos, las flores
están conquistando terreno. Colombia, es el mayor productor después de Holanda, según su ministerio del ambiente.
En la década de los ochenta, huyendo de la violencia en
Colombia, un empresario alemán con experiencia en
floricultura llegó al Perú, y se instaló en Caraz, capital del Callejón de Huaylas, región
de nevados y lagunas, con tradición cultural y generosa gastronomía.
Pero se encontró con
la barbarie de Sendero Luminoso, que amenazó de muerte a este
visionario germano, cuyo delito fue
mejorar las condiciones de vida de más
de dos mil mujeres, que disponían de
cunas y escuelas para los niños y la Municipalidad Provincial recibía crecientes
impuestos. Su negocio de exportación de claveles a Miami, provocó la
crítica de los hombres y de una clase media enfermda de pasado,
que sintieron el efecto
de la liberación de sus mujeres asalariadas.
Las flores también han
servido de pretexto para generar conflictos. Nuestra historia de amor con las
rosas es larga. Los romanos la consideraban como el símbolo de Venus, la diosa
del amor. Se han lidiado guerras en su nombre y Shakespeare les dedicó sonetos:
“Dios nos dio la memoria para que pudiéramos tener rosas en diciembre"
A las personas que fascina vivir acompañados de las flores
cortadas, las quieren todo el año y por
precios más bajos. Es por ello que cada vez más provienen de lugares en los que
el sol rara vez se oculta.
Holanda lidera el mercado mundial de flores. Los tulipanes y
lirios encabezan la lista. Siete
millones de tulipanes se subastan cada día en el mercado de holandés.
En Colombia, la rosa es la flor más vendida para la
exportación pero, a diferencia de otros lugares, las flores exóticas son una
porción importante de la oferta.
En Ecuador, las rosas
son de lejos las líderes y unas 60 variedades se cultivan para la exportación.
En estos últimos años, el negocio se amplía a obsequiar una bella canasta de frutas. Las flores liman algunas de las asperezas de la vida y la hacen mucho más
agradable para mucha gente. También mantienen a mucha gente, en muchos lugares
del mundo.
Hasta países que nunca las habían cultivado comercialmente se
han convertido en líderes en el mercado. Kenia, por ejemplo, en cuyas
plantaciones trabaja gente que jamás había visto una rosa, logró en 30 años
llegar a disputarle el tercer lugar entre los mayores productores de flores del
mundo a Ecuador.
Además de Colombia y Ecuador, en Latinoamérica, Costa Rica y
México han emergido recientemente como productores y exportadores globales.
Historia de la Madreselva. La Estación Biológica Madre Selva
(3,37'2 "S, 72,14'8" W) es la primera y más desarrollada de las
estaciones de campo del Proyecto Amazonas, y tiene la capacidad de albergar a
los grupos más grandes. Fundada en 1994, Madre Selva protege 192 hectáreas de
terreno. A través de un acuerdo con la vecina comunidad indígena Yagua de
Comandancia, el Proyecto Amazonas maneja un área adicional de tierra
comunitaria de aproximadamente 400 hectáreas para uso de investigadores y otros
usuarios de la estación.
En Caraz, Isaías Zavaleta Figueroa, junto con el poeta Hernán
Osorio Herrera, hizo periodismo y veladas literarias en Radio Claridad, una
sonora muy apreciada por la ciudadanía, un modelo de comunicación sustentada en
la ética, las buenas costumbres y la solidaridad puesta a prueba. Muchas veces escuché poesías, canciones dedicadas a
las Madreselvas, las rosas y claveles…Mis hermanos Hélida y Adolfo, en
Trujillo, en recuerdo a su infancia también cuidan sus madreselva y buganvilias.
Recuerdos de una infancia feliz. Jorge comparte con sus padres Hélida Zavaleta y Adolfo Céspdes, Enero 2017, Cashapampa-Santa Cruz, Alpamayo. |
Aún queda en pie la casa del escritor Isaías, conocedor de la
resistencia de materiales y de la energía solar, construyó una cálida vivienda
que soportó el infausto terremoto del 70 y que sirvió de breve refugio para los
vecinos. Queda también aquel intenso perfume de las enredaderas de Madre Selva,
de claveles y jazmines que sembró y cuidó Elena, su compañera eterna. Elena, la
mayor de nueve hermanos, fue hija de Porfiria y Víctor Alegre, un juez probo,
reconocido por los pobladores de Huaylas, especialmente por los campesinos, por
la justa distribución de las aguas, sorteando la presión de gamonales.
En la ciudad de Caraz, se cultiva más de 50 variedades de
flores todos los días del año. En la actualidad existen alrededor de cuatro mil
pequeños productores, quienes todos los miércoles participan en una feria que
se realiza en el coliseo multiusos de esa ciudad.
En mi infancia escuché de las mujeres que cultivan flores la
siguiente leyenda: en las riveras del río Santa, vivía una linda mujer, de pelo
muy largo, llamada Anahí. Durante todo el día, mientras limpiaba, deleitaba a
toda la gente de su comunidad, camino a la laguna de Parón. Esta historia toma nombres distintos según el pueblo que cultiva madreselva.
Llegaron los invasores, atrevidos y aguerridos seres que arrasaron las comunidades y les arrebataron las tierras, sus ídolos y su libertad. Bolívar, en su campaña libertadora, descansó en Caraz, y quedó impresionado de la belleza femenina. De allí surge una literatura picaresca de la conducta de Bolívar, pero que no tiene ninguna relación con la historia de los comuneros nativos.
Anahí fue llevada cautiva. Paso muchos días llorando y muchas
noches en vigilia, hasta que una tarde logró escaparse. Mientras corría, se le
enganchó el pelo en un árbol. Este percance
ayudó a los invasores a poder atraparla. Como castigo por haber
escapado, la ataron a un árbol y encendieron
una hoguera. Ella sin murmurar palabra, sufría en silencio. Cuando el fuego
comenzó a subir, su pelo se fue convirtiendo en una enredadera de pelos, un
asombroso milagro.
Al amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo
de una hermosa enredadera de flores blancas y hermosas, que se mostraba en todo
su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.
La “madreselva” más conocida, es una enredadera de la familia
de las Caprifoliáceas cuyo nombre técnico es Lonicera japonica.
Lienzo de July Balarezo, Trujillo 2014 |
Las “madreselvas” en general son enredaderas de rápido
crecimiento. Todas florecen en primavera y verano con delicado perfume y son de
vigor medio, aptas para cubrir una pérgola (recordar que no pierden su follaje en
invierno) o cubrir una pared. Antes de
que empiece el verano 2017, en Emmitsburg, junto con July y Bob
hemos sembrado una MadreSelva, que ya empezó a florear y brotar un tenue perfume, como la
Madre Selva de mi infancia.
Bunganvilias en flor, Trujillo, 25/5/2017. Foto de A.Cespedes
Bunganvilias en flor, Trujillo, 25/5/2017. Foto de A.Cespedes
Fuentes de consulta:
Lienzo de July Balarezo
Holanda, Turismo, 2017. Historia y mercado de flores.
Madreselvas en flor que trepándose van/es su abrazo tenaz y
dulzón como aquél/si todos los años tus flores renacen/ Hace que no muera mi
primer amor. Tango de Gardel. https://youtu.be/gQIrPaWav2Y
Isaías Zavaleta
Figueroa, Poemas.
Revista Agro, Banco Agrario del Perú, 1987, colaboración de Mario
Vargas Llosa. Coeditor Jorge Zavaleta Alegre, con pseudónimo de Jorge Arturo
Alegre.
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