Papel de Arbol

jueves, 8 de septiembre de 2016

CIUDADES INVISIBLES APOSTANDO EL FUTURO







Jorge Zavaleta Alegre.- ¿Cómo será el mundo más allá de 2020?. Los diseñadores de las ciudades consideran que el futuro es más incierto de lo que pensamos. Solo los sectores de altos ingresos si tienen la seguridad para afirmar. Los centros comerciales serán un entretenimiento para los ricos. Nace una nueva cultura regida por el "lo quiero ahora y lo quiero barato". Es un mundo en el que correr riesgos es más seguro que hacer nada.


¿Qué serie de escenarios transformarán la sociedad actual? ¿Tiene sentido pensar qué pasará después de 2020?

La empresa FutureWorld cree que "el futuro nunca es urgente hasta que intrépidos líderes comienzan a hablar”. Su fundador y autor Wolfgang Grulke, asegura: "Vemos un mundo más allá de 2020 más competitivo que nunca.

Son muy pocas organizaciones se están preparando para un futuro radical: Se reinventan los servicios minoristas y profesionales. "Hay esteroides digitales" en los negocios. Todo puede automatizarse. El 90% de los negocios, de los procesos empresariales, se realiza en línea y se audita en tiempo real.



Los servicios al cliente se han "externalizado" y están dirigidos por las personas que mejor lo conocen: los propios clientes. Gran parte del mundo “moderno” está conectado - y es un derecho humano básico.

La mayoría de gobiernos proporciona acceso a la banda ancha como un servicio básico. No hay razón para no formar parte de este mundo hiperconectado -a menos que se escoja deliberadamente no participar en él.

El trabajador ya no es el activo más importante de una empresa, lo son las relaciones. Los menores de 30 años pueden manejar veinte relaciones más que una persona mayor. Las industrias de biología y nanotecnología han revolucionado la atención sanitaria y la prevención de enfermedades.

Los que vivirán 200 años ya han nacido. El crecimiento de la población se limita a los países pobres. En cambio, en los países ricos, su ausencia se complementa con la inmigración.

En este contexto surge una gran pregunta: ¿morirá antes de que se quede sin dinero?

El agua es el nuevo recurso escaso y la nueva oportunidad.

Más allá del conocimiento. Tendrá valor cero porque estará al alcance de todos desde su nacimiento. El conocimiento no será poder en un mundo en el que está a manos de cualquier persona. Lo verdaderamente importante será convertirlo en inteligencia y creatividad.


CIUDADES FANTASTICAS

Ítalo Calvino, publicó por primera vez en 1972 por la editorial Einaudi en Italia, una colección de descripciones de ciudades fantásticas que son contadas por el viajero Marco Polo al rey de los tártaros Kublai Kan.

Las descripciones son similares a pequeños cuentos con temáticas como el deseo, la muerte o los símbolos, entre otros. A lo largo de la obra se encuentran diferentes categorías de ciudades, correspondiendo a cada una de ellas una temática diferente en su descripción:

Las ciudades continuas, que son urbes confusas en su extensión. Las ciudades escondidas, con múltiples cualidades. Las ciudades sutiles o abstractas o aéreas. Las ciudades y el cielo, con propiedades divinas. Las ciudades y el deseo, que despiertan el deseo y la pasión de las personas.



Las ciudades y el nombre, espacios con cualidades semánticas. Las ciudades y la memoria, que nos traen recuerdos manifiestos en sus habitantes o estructuras. Las ciudades y los intercambios: de mercancías, deseos, recuerdos, etc. Las ciudades y los muertos. Ciudades que rememoran la muerte.

Y las ciudades y los ojos, revelan ante los ojos propiedades visuales. Y las ciudades y los signos de la semióticas, con el fin de desentrañar el sentido que otorga el habitante común al espacio público en el caso de la zona centro de la ciudad.

Esta visión de Calvino y muchos de sus seguidores va cambiando de manera muy rápido, especialmente en las ciudades del sur del planeta, donde la globalización del comercio, ha creado estructuras urbanas impersonales.

No es extraña, la denominación de la multiplicación de los No Lugares, donde los transeúntes revelan prisa, indiferencia frente al prójimo, que lo único de común que los anima, la impaciencia para ir en busca de espacios remotos apacibles, donde vivieron la infancia.

Las ciudades latinoamericanas, especialmente, van dejando pensamientos impropios para la razón. Los edificios o moles de cemento y hierro, no forman parte del viejo habitante de la ciudad. Son estructuras de trazos copias de urbes del Norte, con la grave convicción mental que esos espacios forman el entorno del ambiente que los cobija. Y confunden a sus interlocutores que esas torres de ladrillo son tan ajenos al yo, como Marte con respecto al yo ciudadano.

El crecimiento de barrios con torres de cemento no son en absoluto expresión de desarrollo. Generan rentismo y una imagen de rentismo y no de crecimiento social. Los nuevos barrios se van convirtiendo en cuevas para nuevos ricos, con fortunas del contrabando, de la evasión de impuestos, obras públicas sobrevaloradas, con cúpulas burocráticas con acceso al crédito privilegiado a cambio de contratos de reciprocidad en los presupuestos públicos. La corrupción endémica es un lacra muy difícil de atacar.

COPIANDO A NUEVA YORK

Lima, podría ser considerada como un mamotreto de la improvisada copia de torres de Nueva York, Rio de Janeiro, Estambul o Sicilia, etc.

Mientras los nuevos ricos informales, consecuencia del contrabando, incluyendo drogas, evasión de tributos, aprovechamiento ilícito de fondos públicos de municipios o relaciones de tercer tipo con las superintendencias, se cobijan en zonas relativas nuevas.

La acelerada migración de las provincias a las capitales han trastocado la ilusión de creer en la “modernización de la arquitectura”. Las moles de cementos, sobre terrenos públicos trasferidos en valor mínimo al capital trasnacional, truncan sueños de ser herederos de viejas manzanas destartaladas por el tiempo.

Al capital no le importa la Historia. Los Centros de las Urbes seguirán abandonados o reemplazados por propietarios de ultramar que vuelven a rescatar la propiedad conquistada con violencia, procesos que se reconstruyen con método vedados, tan miserables como siglos atrás.

La muerte del pensamiento es una realidad ante las avalanchas de los neo-virreinatos. Los gobiernos locales, en nombre de los nuevos afortunados, levantan muros de cemento armado y vallas metálicas para “frenar” imaginarias invasiones de la miseria de los pueblos azotados por los fríos arenales.

Este fenómeno, cruel, deformación de la estética del paisaje, se repiten con prisa en diversas ciudades de América Latina, como Colombia, donde la violencia de las FARC o el narcotráfico, influenciaron en el cambio de la visión urbanística.

O Lima, donde el contubernio de un puñado de capitales nacionales entregan la administración a empresarios especializados en multiplicar el dinero, con anuencia o complicidad de gobiernos dóciles o socios.

EL VIEJO CANAL DE PANAMA

En un foro convocado por Panamá, ciudad que disfruta de un aire tradicionalmente latinoamericano, con un centro histórico de arquitectura colonial, poblado de rascacielos, el país ofrece un área de la competitividad con extensa inversión en infraestructura. Ha creado regulaciones e incentivos innovadores para atraer compañías internacionales.

Como resultado, durante los últimos 10 años, Panamá ha desarrollado una economía, con tasas de crecimiento sostenidas, principalmente en base a los servicios.

Latinoamérica tiene enormes recursos naturales y un importante capital humano. En Brasil, por ejemplo, el Programa de Inversión Logística, una cartera gubernamental de concesiones con valores de $121 mil millones de dólares, se basa en las asociaciones estratégicas con el sector privado, y en México un amplio paquete de reformas en la ley laboral, en la educación y en sectores económicos estratégicos ha abierto grandes oportunidades en las industrias de la energía, las comunicaciones y la manufactura.

Este es un aparente modelo que podría usarse en otros países, tanto dentro como fuera de la región. Pero es importante abordar los retos estructurales que aún están pendientes.

Los países latinoamericanos deben diversificar sus impulsores de crecimiento. Las exportaciones de materia prima representaron 60% de los exportaciones de la región comparado con 40% de hace diez años.

Más que de la expansión de su volumen, en gran medida, se ha obtenido el beneficio de los altos precios de los productos, pero esa es una base volátil para una economía, ya que la demanda ha decrecido, sobre todo de China, debido a la desaceleración económica global.

También ha significado la sustitución de productos fabricados localmente por importaciones, en algunos casos afectando la capacidad de la manufactura y la competitividad de la región.

Otra gran preocupación es el grado de inequidad de la región. Es cierto que los programas de alivio de la pobreza han generado ciertos resultados, bajando relativamente los niveles de pobreza y que han permitido el crecimiento de una “clase media”, más concebida como imagen que realidad.

El mercado tiende a demandar “arquitectos” a secas. edificación, que articula la cadena de producción urbana arquitectónica como nunca antes se había visto. Sin embargo, el proceso de descentralización es demasiado lento frente0 a las competencias, que según las leyes, deben ser asumidas por el Ejecutivo a los Gobiernos Regionales y la relativa pérdida del poder de las capitales nacionales.

LOS CENTROS HISTORICOS

Guatemala, Panamá, Colombia, Lima, Quito, México tienen centros históricos, que no son adecuadamente cuidados. Predomina el comercio de mala calidad, ha disminuido el valor patrimonial. Procesos débiles de gobernanza, ineficiencia en administración, bajos niveles de participación ciudadana. Congestión vehicular. Estampas lacerantes, de hambre, discapacidad, marginalidad total.


La mayoría de estos centros tienen alto potencial para el desarrollo del patrimonio material e inmaterial. Generar ciudades compactas, propiciar la equidad, oportunidades para todos con actividades económicas inclusivas. Pero para los presidentes, cuyas sedes o palacios se ubican en el corazón histórico de las urbes, la miseria es un paisaje cuasi natural, cuyas autoridades no logran acercar sus ojos. Sus sentidos se han adormecido, en tanto caravanas de coches oficiales o de empresarios entran y salen después de concretar lesivos acuerdos para los magros ingresos fiscales.

IMÁGENES DE CIUDADES LATINOAMERICANAS

http://blogs.iadb.org/urbeyorbe/2015/10/15/centros-historicos-por-que-revitalizar-es-una-apuesta-de-futuro/

https://www.youtube.com/watch?v=3hTCkUJgfoA

https://www.youtube.com/watch?v=aNRtmkDsEWc



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