La inversión de los EEUU en educación
y cultura es
descomunal e imposible comparar con los recursos públicos que los
países del sur destinan a estas dos áreas esenciales, si pensamos
en el desarrollo armónico de sus ciudadanos con una salud mental ampliamente
atendida que permita soñar en un futuro emocionalmente estable para las
familias y los jóvenes.
El proyecto de Obama para el año fiscal 2016, que comenzará
el próximo 1 de octubre, contempla un gasto de 3,99 billones de dólares y unos ingresos de 3,53
billones, con un pronóstico de déficit de 474.000 millones de dólares.
“Quiero
trabajar con el Congreso para reemplazar la austeridad sin sentido con
inversiones inteligentes que fortalezcan a Estados Unidos. Y podemos hacerlo de
una forma fiscalmente responsable”,
afirmó Obama en la sede del Departamento de
Seguridad Nacional (DHS), en Washington.
En el capítulo del gasto, junto con defensa e
infraestructura, el plan de Obama quiere potenciar también las
inversiones en salud y educación.
El presidente aspira a que sean gratuitos los dos
primeros años de “community college” (centros públicos de educación
superior) y pide más dinero para ayudar a las familias de ingresos medios y
bajos a pagar la educación preescolar de sus hijos.
En cuanto a la salud, Obama solicita más gasto federal para
combatir las infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos,
así como inversiones públicas por 215 millones de dólares para la medicina de
precisión, que apuesta por tratamientos personalizados basados en el estudio
genético y otros factores.
AMERICA LATINA
Desde hace 10 a 15 años, en América Latina se ha intentado imitar el esquema norteamericano, cuyos frutos son tardíos en tanto y en cuanto el interés del sector público y/o el lucro desmedido de la empresa privada, impiden soñar en un futuro emocional relativamente estable para las familias y los jóvenes.
Desde hace 10 a 15 años, en América Latina se ha intentado imitar el esquema norteamericano, cuyos frutos son tardíos en tanto y en cuanto el interés del sector público y/o el lucro desmedido de la empresa privada, impiden soñar en un futuro emocional relativamente estable para las familias y los jóvenes.
En América Latina los empresarios de la educación suelen
ocultar que el lucro es su objetivo. Un solo dato para entender la ecuación. La
facultad de letras de una de las principales universidades del Perú cuenta con
sesenta mil libros. En el país del Norte, una universidad pública solo de la
Facultad de Literatura, pone a disposición de sus estudiantes 60 millones de
textos.
En los Estados Unidos de Norte América el control de
muchas funciones públicas, como la enseñanza escolar, depende primordialmente de los estados y las
comunidades locales.
El sistema educativo estadounidense comprende 12 años
o “grados”(del 1º al 12º) de educación previos al ingreso a la
enseñanza superior. Estos se dividen en Elementary school que abarca cinco grados de los 6 a los
11 años. Middle school en tres grados, de los 11 a los 14 años. YHigh School, cuatro grados, de
los 14 a los 18 años.
Una vez concluido el grado 12, los alumnos pueden
seguir con la educación superior, que puede ser vocacional y/o técnica (2
años), profesional y universitaria (4 años).
En las universidades (también llamadas colleges) los
alumnos pueden obtener un título de grado, llamado Bachelor’s
degree, y a los estudiantes que
lo obtienen se les considera undergraduates.
Los estudios posteriores a dicho título son los
másteres y a los alumnos que lo obtienen se les considera graduates. A
continuación, también se puede seguir un doctorado (PhD), que suele durar tres
años y está basado en la investigación.
INVESTIGACION Y CULTURA
Estas áreas, podemos singularizarlas abordando, por ejemplo, el rol del Instituto Smithsoniano (Smithsonian Institution), que es un centro de educación e investigación que posee además un complejo de museos asociado. Es administrado y financiado por el Gobierno de EEUU, además de los fondos que recibe vía donaciones, ventas, concesiones, licencias para actividades y revistas.
Estas áreas, podemos singularizarlas abordando, por ejemplo, el rol del Instituto Smithsoniano (Smithsonian Institution), que es un centro de educación e investigación que posee además un complejo de museos asociado. Es administrado y financiado por el Gobierno de EEUU, además de los fondos que recibe vía donaciones, ventas, concesiones, licencias para actividades y revistas.
La mayoría de sus instalaciones están en Washington, D.C. Cuenta con 19 museos, nueve centros de
investigación y un zoo, algunos situados en Nueva York, Virginia y en Panamá (único centro Smithsoniano ubicado en
Latinoamérica), entre otros lugares.
El Smithsoniano tiene más de 136 millones de bienes en
sus colecciones, publica las revistas Smithsonian y Air&Space, y posee una
fuerza de seguridad propia para proteger a los visitantes, trabajadores y
propiedades de los distintos museos. El emblema de la Institución es un sol
estilizado.
El Instituto Smithsoniano fue fundado en 1846 para el “aumento
y difusión” del
conocimiento con fondos legados a los Estados Unidos por el científico
británico James Smithson (1765–1829) para la creación de una “fundación
que facilite el aumento y difusión del conocimiento entre los hombres”.
El Congreso aprobó el acta que constituía el Instituto Smithsoniano, un híbrido entre asociación pública y
privada, convirtiéndose en ley el 10 de agosto de 1846 con la firma del
Presidente James Polk. El proyecto de ley fue redactado por
el congresista demócrata por Indiana Robert Dale Owen, socialista e hijo de Robert
Owen, padre del cooperativismo.
La arquitectura del edificio principal del Instituto
Smithsoniano en Washington DC es
conocido como “El
Castillo”, construido por el arquitecto James
Renwick Jr. y
terminado en 1855. Muchos de los otros edificios de la Institución son hitos
históricos y arquitectónicos.
El primer secretario del Smithsonian,
Joseph Henry, quiso hacer de la institución un centro para la
investigación científica, pronto se convirtió en depositaria de diversas
colecciones gubernamentales.
La expedición que la Armada de los Estados Unidos realizó circunnavegando el globo entre
1838 y 1842 acumuló miles de especímenes de animales, un herbario de 50 000
ejemplares, conchas, minerales, aves tropicales, muestras de agua de mar y
piezas etnográficas procedentes del Pacífico Sur. La Institución se convirtió en un imán
para los naturalistas desde 1857 a 1866, quienes formaron un grupo llamado “Club
del Megaterio”. La
lista de instituciones es virtualmente interminable si hablamos del Museo
Nacional de Historia Natural. El Centro
de Aves Migratorias (Parque
Zoológico Nacional del Smithsonian). Instituto de Conservación de Museos. Cuenta con más de 20 librerías.
En el mundo globalizado de hoy, la diversidad cultural
está al orden del día. Se habla insistentemente de pluralismo cultural y
multiculturalidad, de culturas híbridas y sincretismos culturales, del derecho
a la diferencia y de las políticas culturales diseñadas para respetar la
diversidad y promover el entendimiento mutuo entre culturas, tal como postula laDeclaración Universal sobre Diversidad
Cultural, adoptada
por la UNESCO en noviembre 2001.
La economía no se queda atrás. Los consorcios
fabricantes de artículos y servicios de consumo identifican –y crean—nichos
culturales para sus productos y orientan su publicidad hacia estos mercados
específicos para aumentar ventas y beneficios.
La “diversidad cultural” es una estrategia para conquistar
mercados. En Estados Unidos, por ejemplo, los afronorteamericanos y los “hispánicos” constituyen más que grupos o
comunidades étnicas—ahora son categorías específicas de consumidores.
En las grandes ciudades globales de nuestro
continente, los barrios chinos, italianos, griegos, árabes, africanos, indios,
mexicanos etc. son espacios de “identidades” mantenidas y construidas en base a
tradiciones y prácticas culturales, relaciones sociales y mundos simbólicos
diferenciados pero al mismo tiempo compartidos.
Sin duda el mayor impacto sobre estas identidades lo
han tenido las industrias culturales de audio y video (radio, TV, cine) que
generan corrientes masivas de sonidos e imágenes, es decir mensajes, para todos
los gustos y todas las particularidades.
La nueva importancia que se atribuye a la heterogeneidad
cultural tiene consecuencias profundas para las políticas culturales y
educativas, así como las económicas y comerciales.
Hay quienes afirman que en este mundo globalizado
vamos hacia la uniformización cultural por lo que estarían en juego las identidades
nacionales de los países, y al peligrar estas peligraría también la soberanía
nacional.
El fenómeno cultural tiene muchas vertientes. Los
hechos culturales son complejos porque en ellos intervienen tanto las
voluntades humanas individuales como los procesos colectivos y el peso de los
fenómenos estructurales e históricos.
Referencias
http://papeldearbol-papeldearbol.blogspot.pe/2016/07/hacia-un-sistema-global-educativo-jorge.html
Unesco
Smithsonian
Los pioneros, Jorge Zavaleta, Fundación Ebert, Alemania
http://papeldearbol-papeldearbol.blogspot.pe/2016/07/hacia-un-sistema-global-educativo-jorge.html
Unesco
Smithsonian
Los pioneros, Jorge Zavaleta, Fundación Ebert, Alemania
ETIQUETASCOMMUNITY COLLEGEDIVERSIDAD
CULTURALEDUCACIÓN Y
CULTURAINSTITUTO
SMITHSONIANOOBAMAROBERT OWEN
ACERCA DEL AUTOR
JORGE ZAVALETA
Jorge Zavaleta Alegre, es
Periodista, Licenciado en Ciencias Sociales y Filosofía. Co-fundador de
Gestión, primer diario de economía y negocios del Perú. Oficial de prensa del
BID, autor de cinco libros sobre America Latina y ahora, Corresponsal del Diario16
de Madrid, desde Washington. *
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