Papel de Arbol

domingo, 31 de mayo de 2015

Guerrillas del 60 y unidad de la izquierda en el 2015. BM y la inversión en proyecto minero de Conga







Escribe: Jorge Zavaleta Alegre | Nacional - 01:02h


El mercado es la palabra que divide al mundo, cuando debiera unir. Esta palabra y sus connotaciones pasan por una necesaria innovación. El neoliberalismo que se proclamó a sí mismo como la solución para los males del continente y del planeta, ha generado la crisis social más intensa y el empobrecimiento de los sectores populares, sin mayor expectativa de superación.

Fueron y son los gobiernos altamente corruptos y autoritarios que impulsan el monopolio como carta pragmática desde fines del siglo XX: Menem, Fujimori, Collor de Mello, Uribe.

Las experiencias de este siglo en Uruguay, Argentina, Brasil y Chile, al sur de los EEUU y Europa, revelan como el mercado, en una reinterpretación del análisis económico, demanda la producción de bienes en manos de amplios sectores y que el comercio sea también liderado por las mayorías.

Para ello, la ciencia y la tecnología ofrecen posibilidades de acceso para que sectores juveniles accedan al conocimiento y por lo tanto a la organización del proceso productivo, sin intermediación especulativa y con el apoyo de un Estado moderno. "Al final, el fundamento de la ética es la resistencia a la crueldad del mundo", afirman filósofos contemporáneos.

Este es un tema central que Vanguardia Revolucionaria planteó en un foro con motivo del 50 aniversario de su fundación. Ricardo Letts, en un extenso poema, y Edmundo Murrugarra, en meditada exposición, nutrida de testimonios, fueron los expositores que respaldaron los puntos de vista sobre la Unidad expresada también por los expositores convocados. Un foro, en el cual abundaron ideas, música, danza, poesía, documentales. Una fiesta cívica, en la sede de la Derrama Magisterial de Lima, cedida por sus directivos.

Concepto previo. El estereotipo del oligarca se resume al sujeto sin ética ni moral, dispuesto a incurrir en la corrupción y la violencia para sostener su poder, que considera como un derecho adquirido. Los partidos políticos de izquierda suelen tener a la oligarquía como principal enemigo. La oligarquía es un concepto opuesto a la democracia. Un claro ejemplo de la actualidad son ciertas empresas multinacionales.

Los cincuenta años que cumple Vanguardia Revolucionaria en Mayo 2015, una de las primeras organizaciones juveniles de los sesenta, se pregunta ahora si la filosofía y acción de la izquierda siguen siendo válidas para edificar sociedades con mejores condiciones de vida local, en armonía con las sociedades vecinas o lejanas que son parte inseparable del intercambio múltiple y global.

Jan Lust, economista holandés, considerado por el Instituto de Estudios Peruanos, como el investigador más acucioso del proceso político peruano 1967-1998, invitado al mencionado foro, sostuvo que antes de hablar del futuro, prefiere esbozar los Ecos de los sesenta para los sueños de hoy”: Piensa que los revolucionarios de la década de sesenta no solo tenían sueños sobre un futuro sin explotación y sin opresión sino también pesadillas sobre lo que significa el sistema capitalista para las grandes mayorías. Leamos sus planteamientos, respaldada por una bibliografía al alcance de todos:

- Los revolucionarios de la década de sesenta fueron combatientes y no soñadores. Califica a muchos de la izquierda como soñadores porque piensan o esperan que se pueda humanizar el capitalismo.
Frente a esta hipótesis prefiere el realismo, ver el mundo capitalista con los ojos abiertos, tal como es: Detener el análisis a ver sus dinámicas internas, su lógica, sus contradicciones. Y ver dónde y cómo se puede iniciar un proceso que ayude a un cambio revolucionario de nuestra sociedad.

Se pregunta si los planteamientos de la guerrilla de sesenta son ¿válidos para la lucha de hoy? Tales planteamientos, remarca, no son tan “actuales” y no se aprende de eso. La problemática que la guerrilla quería combatir en sus años fundacionales sigue siendo actual, si consideramos el problema de la tierra, otra vez catalizadora para las actividades de la izquierda.

¿Sobre qué izquierda hablaríamos hoy si no es protestar contra los proyectos mineros anti ambientales. Tia María en el sur, un caso reciente?

Recuerda conceptos de los sesenta: «Desde que Belaúnde, presidente del Perú desde 1962 ningún cambio fundamental se produjo, se olvida las promesas en el proceso electoral, cediendo más a la presión oligárquica. Belaúnde continúa el camino de sus antecesores, permite que la International Petroleum, la Cerro de Pasco y otros monopolios norteamericanos saqueen petróleo, cobre, hierro, plomo y zinc; […]»

Lust, se traslada al 2015 y reemplaza a “Belaúnde” por Humala, y compara a la situación de hoy. ¿Realmente la historia se repite, pero ahora como parodia? Según Luis de la Puente, en los sesenta el Perú estaba subordinado a los intereses de los EU: «El grado de dependencia de Perú del imperialismo norteamericano es inmenso y creciente. Nuestras principales riquezas están en sus manos; nuestra economía depende de la exportación; somos una verdadera semi colonia yanqui».

En el texto “La Revolución en el Perú” se lee: «El proceso insurreccional iniciado por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), corresponde a una revolución nacional, popular, anti-oligarquía y antiimperialista, llamada a establecer el gobierno democrático que siente las bases para la instauración del socialismo en nuestra patria».


Más preguntas. ¿Son válidos estos planteamientos? ¿La lucha por el socialismo es válido hoy? ¿Cómo está la dependencia del imperialismo?

Responde que persiste la necesidad del socialismo. Un cambio revolucionario, un cambio hacia el socialismo, puede ser defendido sobre la base de los objetivos de desarrollo generalmente aceptados:

- Si eso significa la mejora constante y estructural de las condiciones sociales de una parte cada vez mayor de todo el mundo, debería implicar una ruptura con la mercantilización de las necesidades sociales básicas de la población.

- Si también apunta a un incremento cualitativo de la participación de la población en la toma de decisiones políticas y económicas, debería significar dar a las masas explotadas y oprimidas la propiedad, el control y la gestión de los medios de producción.

- Este cambio radical del curso del desarrollo significaría una ruptura de la base del poder político y económico de las clases dominantes, es decir, la propiedad privada sobre los medios de producción.

Respecto a la lucha contra la minería. Lust coincide con una agenda que incluya la necesidad del socialismo en relación con nuestra dependencia del imperialismo como explicaba Luis de la Puente: 

-Un cambio del modelo de desarrollo dentro de las leyes universales del capitalismo, parece ser muy complicado:

- Por un lado el país enfrenta la dominación económica de las empresas transnacionales y los países del “Norte”, y por otro lado el país necesita mantener el volumen de sus exportaciones de minerales con el fin de eludir la posibilidad de una crisis de balanza de pagos y además para financiar sus proyectos sociales y de infraestructura.

BANCO MUNDIAL Y MINERIA
Destaca un detalle muy importante para el contexto local e internacional. No olvidar que el Banco Mundial y el FMI, estarán presentes en Lima en octubre, con anuencia del Gobierno humalista. El BM tiene sus acciones, su participación, en el proyecto Conga. ¿Qué significaría si Conga realmente no va? ¿Vamos a tener un problema con el Banco Mundial?

- El sector minero es uno de los mayores contribuyentes a los ingresos del impuesto de la renta y de esta manera tiene un rol importante en la “financiación” de proyectos sociales y de infraestructura del gobierno.

- La dependencia del imperialismo no significa que la burguesía no tiene intereses propios. Sin embargo, los intereses fundamentales de la burguesía peruana son similares a sus homólogos en el extranjero.

Las diferencias en los intereses económicos y los objetivos políticos de corto plazo de la clase dominante mundial se dejan de lado cuando el sistema se pone en duda o se encuentra en peligro: - Piensan por ejemplo qué para el Estado peruano fue fácil financiar la contraguerrilla a través de los bonos emitidos para estos fines en la década de sesenta.

En forma general, la situación interna de un país no es un mero reflejo de factores externos. Sin embargo, la situación política y económica de un país “subdesarrollado” está condicionada por el imperialismo.

LA UNIDAD
Lust, analiza la guerrilla y la unidad de la izquierda para la toma del poder: - La guerrilla no pensaba llegar al poder solo sino consideraba la necesidad de la unidad. Esta era necesaria, según el ELN, porque «solamente un pueblo unido y organizado revolucionariamente será capaz de derrotar a las poderosas fuerzas de la oligarquía y del imperialismo norteamericano. El divisionismo y la desunión siempre han sido el arma más efectiva de los opresores. El enemigo siempre trata de crear la discordia dentro del movimiento revolucionario porque sabe que así paralizará y neutralizará su acción».

¿Qué pensaba Luis de la Puente sobre el Frente Único?: «.. hay que tener presente que el Frente Único no se logra como resultado de una conferencia de mesa redonda, sino como un proceso. El grupo revolucionario, en base a su poder real, irá aglutinando a los sectores revolucionarios, progresistas y patrióticos, y paulatinamente irá surgiendo el Frente Único.

En una etapa muy posterior, cuando las fuerzas políticas y sociales del país se hallen completamente polarizadas, ya serán posibles los acuerdos entre partidos o grupos, para darle forma institucional al Frente Único. Este mismo proceso debe ser aplicado, para la formación del Frente de Izquierda o de Liberación Nacional. No se trata de algo que pueda surgir de una o varias reuniones. La unidad de la izquierda, siendo conveniente y hasta indispensable solo se logrará dentro de un proceso…».

¿Son válidos estos planteamientos para el día de hoy? ¿Pero en la década de 80 había una unidad electoral de la izquierda, basado en negociaciones?. ¿Porque está unidad establecida mediante una mesa de negociaciones Unidad fracaso?

No era posible establecer esta unidad. Si el objetivo es el socialismo, no es posible la unidad solo a través de una mesa de negaciones. Y eso justamente también la diferencia con Izquierda Unida y con la unidad que hoy en día se trata de establecer a través del frente de izquierda Únete. La unidad del Frente Amplio es algo diferente.

-La unidad de la izquierda. ¿Para qué?
Considera necesaria  la unidad de la izquierda. Pienso que necesitamos una unidad en base de temas programáticas. Pero estos temas programáticos deben enmarcarse dentro de una estrategia de largo alcance. No debe ser una confluencia programática solamente en visto a las elecciones. Y esta estrategia debe apuntar a la toma del poder por el pueblo, a la toma de poder para instalar el socialismo.

La unidad de la izquierda se ve únicamente en términos electorales. Además, no tiene nada que ver con la problemática de un cambio del sistema. Lust menciona a Raúl Wiener cuando señala que todos aquellos que dicen “la unidad se hace en la acción”, es decir “los que contestan con generalidades”, “están muy despistados en relación a una disputa de envergadura nacional, contra grandes poderes, o no tienen ninguna intención de “disputar” y prefieren quedarse como predicadores incomprendidos”.

En relación con el tema de elecciones, el ELN, a través de su líder Héctor Béjar, decía lo siguiente: «En otras palabras, hay que decirle claramente al pueblo, que con elecciones no se conquista el poder y que hacer de la recolección de votos, el objetivo fundamental no pasa de ser una tarea divisionista e ilusoria. No creo que la constitución de una fuerza política capaz de enfrentarse a los partidos de la burguesía sea, de por sí, un hecho negativo. Lo negativo es reemplazar la lucha política revolucionaria por la lucha electoral. Hay que distinguir entre el éxito inmediato y los principios. Ganar amigos, conquistar varias decenas de miles de votos para una candidatura de izquierda puede ser, efectivamente, un éxito. Pero suele ser un fracaso a largo plazo, una derrota de los principios frente a las limitaciones de una lucha circunscrita de antemano a un plano “legal” que es ilusorio y mentiroso para un pueblo que, como el nuestro, ha sido arrojado a la ilegalidad permanente. Quienes se lanzan entusiasmados a la construcción de una gran maquinaria electoral se niegan a reconocer que la tolerancia del poder oligárquico hacia la actividad electoral de la izquierda, está íntimamente ligada a la estabilidad del sistema en su conjunto, a su perdurabilidad; en la medida en que participemos en el juego y obtengamos pequeñas ventajas, contribuiremos al fortalecimiento de un régimen político que es, precisamente, el que debemos destruir».

El MIR: «Decíamos alguna vez que si el pueblo del Perú en una campaña gigantesca y millonaria hubiera conocido y creído las plataformas de los distintos grupos de izquierda y hubiera votado mayoritariamente por revolucionarios; decíamos, que aún en ese caso hipotético, los problemas del Perú no hubieron podido ser encarados ni menos resueltos. [...] Es que el poder político es expresión del poder económico, contando con la garantía de la fuerza armada. El sistema imperante está perfectamente acondicionado con métodos, medios e instituciones, que sirven únicamente para defender los intereses de la minoría privilegiada. Es ilusorio, ingenuo, infantil pensar que la oligarquía y el imperialismo se van a dejar arrancar el poder real con sonrisas en los labios, pactos, componendas o nobles invocaciones».

¿Son válidos estos planteamientos? ¿La lucha electoral es válida para una organización que busca contribuir a instalar el socialismo? Pienso que la unidad no debe buscarse con cualquier partido que se denomina izquierda, y, en relación con eso, la participación en las elecciones deben estar determinadas por los planes de la organización en relación con el objetivo final.

- Es necesaria la unidad de izquierda revolucionaria: ¿Qué es? En el número 1 de Vanguardia Revolucionaria de 1964, se lee lo siguiente:

«Los auténticos izquierdistas son revolucionarios. Creen que la reforma del capitalismo es imposible como lo prueba una infinidad de experiencias históricas y afirman que el enfrentamiento popular a la violencia capitalista conduce al poder, apelando a lucha insurreccional. El nuevo orden social así creado no podría ser otro que el socialista. La izquierda revolucionaria es, por lo tanto, socialista y marxista».

- La unidad de la izquierda no debe ser un tema de debate sino la consecuencia de una confluencia programática y de la acción de las diversas organizaciones y grupos de la izquierda. Eso es un proceso muy concreta y de ninguna manera una generalidad.

Pero eso significa estar enraizada en la sociedad, tener organizaciones de base y, sobre todo, tener la confianza de los pueblos peruanos. Si la izquierda no logra eso, estaríamos solamente capaces de participar en procesos electorales bajo el nombre de unidad y en base de un programa de alcance tan corto que una victoria en las elecciones se convertiría en una derrota estratégica del programa del cambio revolucionario.

Algunos pasos. Los expositores coinciden en la unidad de la izquierda. Por cierto, este propósito tiene que ser un mecanismo para llegar al poder para nunca más dejar este poder e iniciar un proceso que irrevocablemente cambie las relaciones sociales de producción. Algunos pasos se ven, con sus características propias, en Bolivia, Uruguay, Argentina, Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Ecuador.

EL VERBO TRENZAR
El Comité Malpica, que suscribe su presidente Ricardo Letts, proclama la necesidad de desarrollar la lucha política enarbolando, trenzando espacios, formas y niveles de confrontación, teniendo siempre al centro como el alma de acero de la Trenza, al movimiento consciente y organizado de las masas populares, trabajadoras y productoras, independiente y soberano, correctamente liderado; procurando siempre mantenerlo enlazado con todo el desarrollo político y social que se pueda lograr-con los mismos objetivos- a nivel de la súper-estructura del Estado en los espacios legales, formales que existan; trenzando estos primeros aspectos con una autentica y muy correcta capacidad de desarrollar acciones de autodefensa que signifiquen violencia justa y legítima y que aseguren mantener y consolidar lo alcanzado.

Los años sesenta representan la insurrección guerrillera de Cuba, el nacimiento orgánico del feminismo, las primeras reformas sociales en Perú, empezando por la reforma agraria, la efervescencia sindical, los movimientos juveniles, Mayo 68, la revolución cultural china. Al foro convocado por VR "Voces de los sesenta para los sueños de hoy" participaron en cuatro mesas: Amandina Quispe, con el tema campesinado y pueblos indígenas. Gustavo Espinoza, Movimiento Obrero y CGTP. Mujeres y feminismo, Victoria Villanueva.

La mirada desde las ciencias sociales fue explicada por Nelson Manrique, Jan Lust, Ernesto Toledo, Ricardo Caro. Los protagonistas políticos: Hugo Blanco, Alberto Moreno, Verónica Mendoza y Ricardo Letts Colmenares. En otro momento: Ricardo Gadea, Héctor Béjar, con un mensaje grabado, Guillermo Bermejo y Edmundo Murrugarra.

HOMENAJE:
Alfonso Barrantes, presidente de Izquierda Unida, 1983. Jorge del Prado, Horacio Zeballos, Javier Diez Canseco, Gustavo Mohme, Laura Caller, Magda Portal, Rosita Alarco, Manuel Scorza, Javier Heraud, Isidoro Gamarra, Efraín Franco Guardia, César Benavides Carrasco, Pedro Huillca, fallecidos.
Ricardo Napurí, Genaro Ledesma, Aníbal Quijano, Delfina Paredes. Artistas populares. El Jilguero del Huascarán, Manuel Acosta Ojeda, Gonzalo Rose, Delfina Paredes…

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