Jorge Zavaleta Alegre. Lima - Madrid
La naturaleza se ensaña con los más pobres. Los terremotos de Nepal, Haití y Ancash, son algunos ejemplos perversos.
En el camino que atraviesa
Casma – Huaraz, a unos 350 kilómetros al norte de Lima, las viviendas construidas en tiempos remotos
quedaron intactas después del terremoto del 70. Tampoco afectó el sistema de
regadío, confirma el sismólogo Julio Kuroiwa,
en una obra premiada por las NNUU, en la
cual narra los viajes de estudio que realizó con sus
alumnos de la Universidad Nacional de
Ingeniería antes y después de la tragedia del 31 de Mayo de hace 45 años.
Una casa contra sismos.
Cimiento de piedras. Paredes de ladrillos, unidos con cemento y cal. Columnas
con varillas de fierro. Techos con
rieles comercializados por la
administración del desactivado tren
Huallanca – Chimbote. Una azotea, con un tejido de cañerías de plomo, pintadas de negro, para disponer de agua caliente. Un panel solar.
Extensión del inmueble: Unos 150 metros cuadrados. Pequeña
huerta de frutales y un criadero de
cuyes y aves. Cultivos de ajíes, rocotos, rosas, claveles, cucardas y
enredaderas. La Madre Selva abundante en el Callejón de Huaylas, con su aroma
invita a la reflexión sobre las bondades de la naturaleza.
Este fue el modelo de una vivienda diseñada en los primeros años
del sesenta en Caraz (Huaylas-Ancash-Perú), ciudad ubicada al pie del nevado Huandoy y de la laguna de
Parón, cuyo río Llullán, afluente del
Santa, es el único de caudal permanente y tributario del Pacífico
peruano y que ahora sirve para regar el neo
latifundio costero de la Región de La Libertad.
El autor de este diseño, Isaías Zavaleta Figueroa (Caraz,
1917) ubicó la vivienda en una ciudad
sísmica, que forma parte del Arco de Fuego del Pacífico. Fue incluido en un
libro sobre el Terremoto de 1970, como
parte de una investigación de un grupo
de científicos de la URSS, que visitó el
Callejón de Huaylas, según registro de la Universidad de Stamford – EEUU.
Zavaleta es profesor, matemática, escritor y poeta. Participó
en la política como docente de una pequeña célula juvenil aprista. Pero ante los
desencuentros con la praxis política derivó su capacidad oratoria y organizativa a
la promoción de la Iglesia Evangélica. Fueron
tiempos difíciles, en una época en que
la intolerancia ciudadana y de los sacerdotes era intensa.
El desarrollo local. En
los años cincuenta, el Estado decidió financiar la construcción de una
hidroeléctrica de Huallanca, proyecto
que encargó a un consorcio francés
interesado en la producción de calaminas y varillas de fierro. Pero la planta de energía, que implicó construir una gran
represa y abrir una carretera, atravesando 33 túneles de roca viva, sirvió exclusivamente para la siderúrgica del
Santa, las fábricas de harinas de
pescado y la respectiva exportación a
mercados de Europa y Asia para optimizar la alimentación de las aves. El boom
del acero y la pesca, tiene sus semejanzas con el boom del guano de las islas,
de la quinina, del caucho, del petróleo, ahora de la papa mientras avanza la desaparición de los glaciares. Ver foto de Parón y Nevados.
Pasaron 20 años para que el Callejón de Huaylas accediera a esa fuente
hidroeléctrica, mientras pequeñísimos motores a gasolina o caídas de agua,
simbolizaban un flujo energético que
convertían las calles en espacios fantasmales, poblados de luciérnagas. El agua potable con instalación
domiciliaria llegó después de los setenta. La propiedad de la tierra agrícola
estaba en manos de cuatro o cinco familias. Los campesinos, compensaban sus
magros ingresos, trasportando en burros o en sus espaldas, pedazos de hielo,
envueltos en mantas y aserrín, para ofrecer raspadillas o helados. Los
desheredados del hielo se multiplicaron
cuando llegaron las refrigeradoras, con la consiguiente merma de la renta
municipal que los arrieros dejaban cada día.
El desarrollo local fue y sigue lento, demasiado lento, sobre todo porque los recursos no son adecuadamente administrados. Con el terremoto
del 31 de Mayo de 1970, que acabó con la vida de 70 mil personas, el
futuro de Ancash se detuvo. Las
viviendas en su mayor parte se cayeron o quedaron averiadas. Una de las pocas
viviendas que no sufrió impacto fue aquella casita que diseñó Zavaleta,
y que sirvió de refugio para el
vecindario y como centro de emergencia y
de distribución de la ayuda pública.
La Comisión de Rehabilitación y Reconstrucción de la Zona
Afectada (CRYRZA) por el sismo de
1970 y las diversas instituciones
contribuyeron al retiro de millones de
metros cúbicos de desechos, señalan los
archivos de la época. El proceso de reconstrucción no ha terminado, cuarentaicinco años después.
¿De qué ha valido y de qué sirve que la Región Ancash tenga
tanto dinero del canon y sobre canon minero y presupuestos abultados?. Se preguntan los habitantes de las 22 provincias, al mismo tiempo que exigen una
cuidadosa fiscalización del sistema de tributación de las empresas mineras.
Peor que el terremoto del
70 es la intención de destruir la moral ciudadana.
La administración, en manos de una mafia, de sicarios y políticos
profesionales, sigue en la impunidad.
Persiste un retroceso mayor que el sismo de hace 45 años. La justicia camina con pies de plomo. Nada se
comenta de la escasa utilidad de un costoso túnel de Carhuaz – Brasil para acortar la distancia con el Ucayali y la pequeñísima ciudad fronteriza O Cruzeiro. Son tantos los
proyectos fantasmas que desborda cualquier imaginación.
Y cuidado con la
propuesta de parlamentarios ancashinos,
encaramados en el actual Congreso, que junto
con funcionarios del JNE, pretenden cambiar el nombre del departamento de
Ancash por Huaylas, evocando el nombre
provisional, que en 1821, decidiera San Martín. Ese cambio de Ancash por Huaylas, según juristas consultados, solo beneficiará a mafias que proyectan reemplazar el actual registro de propiedad, como estrategia para borrar lo que ocurre en el 2015 y
acumular ingresos mediante el cobro por
la renovación de los documentos de propiedad de los bienes.
Para concluir. Cuidado con los fondos del Instituto de
Estudios Glaciares, recientemente
creado, con sede en Huaraz, dado a conocer por el Ministro del Ambiente, ante quince
corresponsales de la prensa extranjera.
Ancash y sus Cordilleras Blancas y Negras, lagunas,
lagunillas, bosques y riachuelos, los
restos arqueológicos como Chavín de Huantar, un rico y variado folklore y
artesanía, y la abundancia de variedades
de papas nativas y multicolores, constituyen un paraíso para el turismo ambiental. Buenas experiencias
existen. Uno de ellas, el proyecto Matto
Groso, en Chacas, con la dirección de un sacerdote italiano y el
apoyo de universidades como Boloña y Roma Tre.
Incluso, los directivos de esa organización religiosa han sido
amenazados de muerte por los sicarios allegados a un presidente Regional, hoy
en prisión. La población comenta que van a faltar muchas celdas para tantos
presuntos responsables del descalabro administrativo que alguien
equivocadamente comparó al Callejón de Huaylas con Suiza, seguramente
después de leer al sabio italiano Antonio Raimondi.
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