Jorge Zavaleta Balarezo*
Research Gate, incluye una reseña de Jorge Zavaleta Balarezo, PhD Literatura Latinoamericana-Universidad de Pittsburgh, publicada en la Revista Iberoamericana (2011), sobre el libro de cine argentino contemporáneo, de Joanna Page, profesora de Cambridge.
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Vol. LXXVII, Num. 235, A b r i l - J u n i o 2 0 11, 606 - 609
ISSN 0034-9631 (Impreso) ISSN 2154-4794 (Electrónico)
JOANNA PAGE.Crisis
and Capitalism in Contemporary Argentine Cinema. Durham:
Duke University Press,
2009.
En Crisis
and Capitalism in Contemporary Argentine Cinema, Joanna Page, profesora
de Estudios Culturales Latinoamericanos de la
Universidad de Cambridge, formula
una sugestiva hipótesis según la cual los nuevos
productos del cine argentino están
enmarcados en un período de desarrollo y expansión del
modelo neoliberal y, al mismo
tiempo, se pueden considerar como un grave reflejo de
los años de crisis económica
que soportó el país en tiempos en que la globalización
comenzaba a influenciar en los
modos de vida de las sociedades del presente.
En la introducción, Page se refiere al “renacimiento”
del cine argentino, hecho
avalado por reconocimientos en festivales
internacionales y por una sólida producción
que, en términos comparativos, pasó de catorce filmes
en 1994 a sesenta y seis en 2004.
Al hecho del apoyo logrado por la nueva ley de cine
(2005) y la realización del Festival
de Mar del Plata en 1996 después de veintiséis años,
la autora agrega las difíciles
condiciones de producción de cierto cine independiente
(bajos presupuestos, equipos
menos costosos, uso del blanco y negro) que plantea su
propia expresión.
El propósito que guía el libro, entonces, es explorar
cómo el cine argentino
contemporáneo ha registrado, y de paso ha contribuido
a construir, ciertos modos de
subjetividad con relación a la experiencia argentina
del capitalismo, el neoliberalismo
y la crisis económica. El volumen se propone registrar
la manera en que pueden
ser interpretadas determinadas películas en tanto
constituyen representaciones que
experimentan en forma y contenido; y en relación a su
estatus, ya sea como artefactos
culturales o mercancías, siempre considerándolas como
parte de una industria global.
Así, una de las principales preguntas que recorre este
texto es sobre cómo y por qué
se generan significados que conducen a una crítica al
neoliberalismo al interior de
un medio (el cinematográfico) producido y distribuido
en el contexto de un mercado
mundial dominado por prácticas y políticas
neoliberales. La naturaleza de las películas
analizadas devendría autorreflexiva, y de esta
situación surgiría la siguiente paradoja: así
como varios filmes realizados en Argentina en los
últimos quince años han representado
la pobreza y el sufrimiento del llamado “Tercer Mundo”,
de similar forma estos filmes
y su gran repercusión internacional están asociados
con las aspiraciones de la nación
por pertenecer al “Primer Mundo”.
El capítulo uno se titula “Nation, State, and
Filmmaking in Contemporary Argentina”
y se inicia con una discusión sobre la relación
local-global del cine latinoamericano
así como la presencia de las coproducciones, para
continuar con un testimonio sobre la
ayuda estatal que recibió el cine argentino después de
la crisis de inicios de los años 90,
y que hasta la actualidad permite promover la
producción de filmes y crear un espacio,
aunque limitado, para su exhibición. La autora discute
opiniones de especialistas como
Michael Chanan, Julianne Burton, Néstor García
Canclini y Stephen Hart con relación a
las nuevas variables y reglas de juego alrededor de
las cuales se enmarca la producción
audiovisual no sólo argentina sino latinoamericana.
Para entrar en materia, Page nos recuerda que hay inquietudes
sobre temas de identidad
nacional y fragmentación social que vinculan al cine
argentino contemporáneo con el de
las generaciones previas, básicamente las de los años
80s y 90s. Entre los realizadores de
aquella época puede citarse a Fernando Solanas, Eliseo
Subiela y Alejandro Agresti. La
primera crítica es sobre La nube, dirigida por
Solanas, y entendida como una evocación
nostálgica de las cercanas relaciones entre arte y
política que caracterizaron a las décadas
de 1960 y 1970 y que ahora están irrevocablemente
olvidadas. El filme de Solanas,
como una defensa de un arte en retirada, cuestiona la
influencia de la modernización
impuesta por el capitalismo.
El
capítulo dos, “New Argentine Cinema and the Production of Social Knowledge”
discute la relación entre las películas actuales y el
neorrealismo italiano, hecho que Page
entiende como una reconstrucción del movimiento
artístico de posguerra bajo lentes
posmodernos: el que cintas como Pizza, birra, faso,
de Adrián Caetano y Bruno Stagnaro,
“citen” al neorrealismo remiten con nostalgia a un
periodo en el cual el cine enfrentaba
una crucial revitalización en su forma y jugaba un
significativo rol en la articulación del
cambio social. El fi lmedeCaetano y Stagnaro es
considerado como el texto fundacional
del “Nuevo Cine Argentino”. La historia narrada en Pizza,
birra, faso –la experiencia
de jóvenes marginales que sobreviven en Buenos Aires–,
es teorizada por la autora
como una experiencia de “velocidad”, una característica
de la posmodernidad que se
advierte en el tráfago incesante de personas y autos
en la urbe a la vez que el constante
desplazamiento caracteriza la vida de los
protagonistas.
En este capítulo también se analiza Mundo grúa,
de Pablo Trapero, un cineasta que
ha destacado a nivel mundial con posteriores trabajos
como Leonera y Carancho, y
quien busca asimismo el registro realista, casi
documental, alrededor de la cotidianidad
de un obrero, tema que bien puede remitir a Ladrón
de bicicletas (1946).
El capítulo tres, “Labor, Bodies and Circulation”
centra su atención en la trilogía de
Lisandro Alonso conformada por La libertad, Los
muertos y Fantasma, y en tres películas
de Martín Rejtman, de las cuales destaca Los
guantes mágicos. Alonso representa quizá
el mejor ejemplo de un tipo de reflexión que no está
lejano del compromiso social al
tiempo que se plantea como una mirada muy personal.
Sus filmes exploran la relación
entre trabajo y subjetividad, tema que se extiende al
rol de los protagonistas vinculados
con el propio realizador, partidario de un tono
minimalista, sin rehuir los estados de crisis.
En el caso de Rejtman, sus obras más bien se alejan
del neorrealismo y se expresan,
deliberadamente, como antinaturalistas, partidarias de
una economía en la narración y
una rápida transición entre escenas.
El capítulo cuatro, “Crime and Capitalism in Genre
Cinema” parte del hecho que a
comienzos de este siglo la injusticia económica y el
abuso de poder por parte del Estado
han producido la aparición de héroes criminales cuyas
acciones los vinculan con sus
respectivas comunidades a la vez que provocan la
retribución del propio Estado o de
oscuras fuerzas representadas por intereses
corporativos, capaces de premiar y sancionar.
Joanna Page se refiere, en este sentido, a una
apropiación de géneros establecidos por
Hollywood (el thriller, el film noir,
las historias de gánsteres y el western) presentes en
las películas de Marcelo Piñeyro (Caballos salvajes)
o en las del desaparecido Fabián
Bielinsky (Nueve reinas, El aura),
culminaciones de ejercicios expresivos cuyo referente
permanente es la crisis social y económica argentina.
El capítulo culmina con el análisis
deUn oso rojo, otro exitoso filme de Adrián
Caetano, que se inscribe con claridad en
la narrativa del western, en cuanto a los temas
de las promesas y fidelidades a partir de
la vida de un individuo marginal.
El capítulo cinco, “Nation, Migration and
Globalization”, sugiere que uno de los
efectos de la crisis ha sido promover cambios en el
espacio imaginado de la nación. Esta
sección alude a las consecuencias de las políticas de
privatización implementadas durante
el gobierno de Carlos Saúl Menem, en los años 90s, y
el rol de los organismos financieros
internacionales, los cuales provocaron el surgimiento
de un discurso nacionalista que
solicitaba prestarle atención a la representatividad
del ciudadano. El interés del cine
argentino contemporáneo por acercarse a la migración y
a la globalización puede ser
entendido como una efectiva meditación acerca de la
cultura argentina en el mundo. Y
éste es el tema que desarrollan Hoteles, de
Aldo Paparella, y Bar El Chino, de Daniel
Burak. Por otra parte los trabajos de Carlos Sorín (Historias
mínimas, Bombón, el
perro)
enfatizan la interdependencia cultural y económica entre el campo y la ciudad.
Bolivia, tercer
filme de Adrián Caetano en este volumen, incide en las taras del racismo
y la xenofobia contra un inmigrante ilegal en un
ambiente claustrofóbico que revela
discriminaciones y venganzas personales.
El capítulo seis, “Memory and Subjectivity”, vuelve
sobre temas que marcaron la
historia contemporánea del país y propone análisis
sobre Potestad y Los rubios, dos
largometrajes que releen, desde una nueva óptica, los
años de la dictadura y la realidad
de las torturas y desapariciones causadas por las
juntas militares (1976-1983). Potestad,
a diferencia de otras películas que han tratado el
tema, particulariza ideológica y
estéticamente su mirada y no pretende, al menos como
primera intención, testificar contra
los abusos de la dictadura. Su autor, Luis César
D´Angiolillo, en lugar de continuar con
el acto político de recordar se concentra en
determinados estereotipos establecidos sobre
esta época, convirtiéndolos, a su vez, en rígidos y
opacos. El argumento, como en la hoy
célebreLa historia oficial, se refiere al
origen de una niña, hija de “desaparecidos”. La
opción de Albertina Carri en Los rubios es
igualmente peculiar y sugerente, procura un
testimonio que se va armando como un puzzle, un
permanente work in progress, en el que
la cineasta se autorrepresenta y reconstruye, hasta
donde le es posible, la desaparición
de sus padres a manos de las fuerzas militares.
El capítulo siete, “ThePolitics of PrivateSpace” está
dedicado a los dos primeros
largometrajes de Lucrecia Martel, una joven
realizadora que ha alcanzado renombre
internacional por plantear no sólo una mirada sui
generis de la clase media alta argentina
sino los elementos que contribuyen a sus alteraciones
y descomposición. Ello ocurre en
La ciénaga y La niña santa, películas donde ronda el fantasma del incesto, y
que plantean
una nueva conceptualización de la importancia política
del cine argentino de estos años.
En la sección de conclusiones, Joanna Page afirma que
debido a que Argentina forma
parte del Primer y del Tercer Mundo (si contrastamos
su proceso de desarrollo urbano e
industrial con sus niveles de pobreza) y experimenta
la realidad del capitalismo global
“desde la periferia”, la relación entre la experiencia
individual y la colectiva en el cine
argentino contemporáneo está lejos de seguir la
propuesta planteada por FredricJameson.
De esta manera, los filmes analizados no permiten
desarrollar lecturas simplistas en
las cuales el individuo representa “lo colectivo” o a
la nación. Texto a la vez expresivo
y de sugerente lectura, con profusas fuentes de
información, Crisis and Capitalism in
ContemporaryArgentine Cinema nos acerca al panorama de un arte cuya notoriedad
aumenta alrededor del mundo y que ya constituye una
escuela, una forma de hacer,
entender y representar el cine desde un país central
de América Latina.
https://www.researchgate.net/publication/271333181_Crisis_and_Capitalism_in_Contemporary_Argentine_Cinema._Joanna_Page_%28Book_Review%29
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Research Gate, incluye una reseña de Jorge Zavaleta Balarezo, PhD Literatura Latinoamericana-Universidad de Pittsburgh, publicada en la Revista Iberoamericana (2011)m sobre el libro de cine argentino contemporáneo, de Joanna Page, profesora de Cambridge.
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