Jorge Zavaleta Alegre
La Biblioteca Nacional del Perú se ha impuesto el reto de sembrar más arte y
humanidades para cosechar Desarrollo.
Una semilla, en este intento de articulación con la comunidad se percibe en la secuencia
de cursos orgánicos relacionados con la historia del Arte Peruano.
La respuesta no tarda. Los asistentes a esta primera jornada
del año 2015 empieza con la
exposición sobre “Arte escondido en lo precolombino: la transformación del
Perú Antiguo”.
Un lleno completo en el teatro Mario Vargas Llosa, en la nueva sede de la BNP,
ubicada en la Estación Cultura, distrito limeño de San Borja. Su director
Nacional, Ramón Mujica Pinilla, espera que
la TV, la Radio y todos los medios de comunicación concurran a
reforzar el movimiento de rescate del pasado histórico para proyectar un mejor
futuro.
Un referente de este momento lo encontramos en la terminación de la sede de la BNP en el quinquenio
2003-2008. Pues en América Latina se construye una biblioteca nacional cada 100
años.
¿Cómo entender el
arte?
“El arte es una manufactura con arte. Otra cosa es la lectura del arte. El arte se tiene
que sentir”, Charles Bell, en Juicio de
París (1639-1635.) “El libro y la lectura se escriben con la letra “L” de Libertad”, Germán Sánchez de Rupérez, Salamanca (1926-2012). La
Guernica de Picasso (Málaga, España, 1881 - Mougins, Francia, 1973) es un cuadro “no bello”, es antítesis de lo bello.
Así fundamenta su exposición Paloma Carcedo de Mufarech, quien goza de la simpatía en la comunidad
científica, museológica e intelectual peruanas, empezando por el director de la
BNP.
La doctora Carcedo es profesora de la Universidad Católica
del Perú, curadora de exposiciones, conocedora
de temas de metalurgia prehispánica. Autora de
Oro del Perú, publicado por el Banco de Crédito. Plata y Plateros, por el Patronato de la Plata del Perú. Cobre del Antiguo Perú, con los auspicios de
AFP Integra y Rain of the Moon Silver in Ancient Peru y el Metropolitan Museum
de New York.
Coparticipa en esta Jornada para el desarrollo con los arqueólogos Walter
Alva, director del Museo Brünning y del Proyecto Timbas Reales del Señor de
Sipán; Luis Guillermo Lumbreras, presidente de la Organización para América
Latina y el Caribe del International Council of Museums - Icomlac; Natalia Majluf, directora del Museo
de Arte de Lima.
En el Perú casi nadie
o son muy pocos los que han estudiado Historia del Arte para hacer análisis y comentario. “Yo he me permitido
elaborar un libro de metodología para
poder entender y conocer el
contexto. Hay que saber leer. El arte
hay que aprenderlo a descifrar. Una obra de arte es una metáfora lingüística”
Cuestiona que en el Perú se haya quitado las humanidades de
la educación. Esto explica que con esas
formas de administrar un Estado no se puede tener admiración por la belleza, ni
el sentimiento de amor, ni ser mejor persona. Si no ponemos el Arte en la escuela no vamos a
poder estimular los sentidos, las emociones.
El Arte es el formador del alma, nos enseña a vivir virtuosamente,
amar la verdad.
¿Cómo aproximarnos a una obra de arte?
Hay que tomar en cuenta el contexto geográfico, social,
político, religión, comunidad, tecnología, la importancia del río, del sol. La Flor de Loto, por ejemplo, en la cultura
Egipcia, muestra el amanecer, el cenit, el anochecer…
Lima tenía 600 pirámides, ahora quedan 250, que podrían ser
incluidas en un mapa turístico, ser parte de la vida de un barrio, de un
distrito. Son referentes de nuestra
ciudad, pero en los esfuerzos que se han hecho por su conservación, como la
Huaca Pucllana, ahora vemos que está
cercada de edificios, puro cemento gris,
cuando los antiguos pobladores la diseñaron para divisar el mar.
Nadie estudia las huacas
El vecindario podría participar en el rescate de la historia,
porque una huaca también es un valor económico. Para los estudiantes de
colegios y universidades son necesarios los
programas de visitas a las huacas. Estas muestran las características
propias de cada una de nuestras regiones: adobe, piedras y ríos,
respectivamente, en la costa, los andes
y la Amazonía.
La religión es parte
importante de la cultura. Hay conceptos universales como el Osiris, el
dios de la encarnación. El sol joven,
como escribe Guamán Poma de Ayala, se repite en diferentes tonalidades.
El arte que nos han
legado es una parte muy pequeña. El
montículo de tierra no ayuda a cómo vernos. En su tiempo todo estaba enlucido. Nos han llegado restrojos. Por ejemplo, la
labor arqueológica en El Brujo, en la
Huaca del Sol y de la Luna, en el Norte
del país, ha permitido conocer el valor de los colores fuertes y las divisiones que imperaban. Igualmente,
la zona de Batán Grande, es única en el planeta, porque en una extensión bien
definida, se concentró una extraordinaria
diversidad de técnicas en la metalurgia, cuyos hallazgos asombran a los
más exigentes investigadores y la academia.
Los objetos de oro,
con sus láminas y sus máscaras, demuestran que en una tumba todo tiene su
sitio. El arte precolombino es una representación real de lo que había entonces. Los dos museos
que se construye en Pachamanca
posibilitarán apreciar el paisaje
cultural.
Si no hay respuesta
para conocer el arte y se supera la “irreversibilidad”
del abandono, podríamos llegar a decir como el crítico de arte y profesor de
filosofía Arthur Coleman Danto (Ann Arbor, Míchigan, 1 de enero de 1924 - 25 de
octubre de 2013: “El Arte murió”: Dado que el arte ya no responde
a una necesidad interna de desarrollo, ahora todas las cosas son posibles”.
El Perú es un país de
color. La sierra es de colores. Lima es gris. Panza de burro, como diría
Ricardo Palma. Fuera de Lima es posible distinguir los mantos rosados, rojos,
amarillo, colores fuertes. Inclusive el
algodón tenía diversos colores, se teñía
la fibra. La Exposición Perú en París, promovida en setiembre 2010-febrero 2011, permitió apreciar esta visión del arte.
La metalurgia es
el ingenio de los metales, que involucra un largo
proceso. El robo de 1980 de una pieza de un Museo de Lambayeque,
permitió corroborar la conducta delincuencial
de los huaqueros que prefirieron fundir
el oro creyendo que las piezas eran estructuras compactas cuando los antiguos pobladores
dominaban el vacío y la unión de piezas.
Los tejidos peruanos precolombinos ubican al Perú como el
primer representante auténtico del arte
moderno, como país megadiverso, pluricultural y multilingüe, integrado desde la formación de la civilización
Caral.
SEMILLAS PREVIAS
En el anterior curso de arte del 2014, se abordaron lecturas
raciales de lo indio, mestizo y criollo en la pintura virreinal peruana. Templos
coloniales del Colca, Arequipa. La vida de San Agustín en la pintura cusqueña. La pintura virreinal peruana en el siglo XVIII.
Los funerales de Atahualpa y el academicismo del siglo XIX. De la dicotomía
virreinal al Estado Nación Peruano: miradas de identidad en la pintura peruana
del siglo XIX y XX. Fotografía, siglos XIX y XX, entre otros.
Del 26 de enero al 20 de Febrero del 2015, en el IV Programa de
Historia del Arte precolombino, virreinal y contemporáneo exponen Paloma
Carcedo, Walter Alva, Luis Lumbreras,
Kristof Makowski, Rafael Hastings, Constanza Toquica, entre otros.
Un Sol para la BNP
Valga esta oportunidad
para recordar que la comunidad
nacional, con apoyo de los periodistas
del Perú, los miembros de la APEP, la presidencia del BID, la asesoría de la Biblioteca del Congreso
de los EEUU, la Biblioteca Pública de Nueva York, la Biblioteca de Bronx, se realizó
con éxito la simbólica Campaña del Sol,
entre el 2005-2008.
Fue posible que el Estado, ante la abrumadora presión de
diversos frentes, decidiera asignar los
recursos para la BNP. Su entonces
director Sinesio López, el ministro de
Educación Javier Sota y la Asociación
Amigos de la BNP (presidida por el historiador Javier Tord, el economista norteamericano-peruano Richard
Cacchione, el jurista Ricardo Palma Valderrama, Susana Villarán, Raúl Vargas y
José María Salcedo de Radio Programas del Perú, y el
autor de esta crónica) contribuyeron en
la gestión de esa movilización por la Cultura,
por el Libro.
Andahuaylas se sumó al movimiento con un desfile de la población, acompañada de centenares de llamas (camélidos sudamericanos) cargando alforjas de libros. “Los Libros en Llamas” fue el título de una crónica personal (como una clara condena a Fahrenheit 451) del nazismo), publicada en el semanario Cambio16 de Madrid.
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