Jorge Zavaleta.
Lima-Caracas-Madrid
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela ha
anunciado que auditará todos los votos recogidos el pasado 14 de abril durante
la celebración de los comicios presidenciales en los que resultó elegido el
candidato chavista, Nicolás Maduro. Mientras tanto, Unasur ha reconocido al
presidente electo y ha pedido al candidato de la oposición, Henrique Capriles,
que acepte los resultados
El modelo de democracia participativa que empezó a construir
en Venezuela, el comandante Hugo Chávez Frías, hace catorce años, atraviesa por
una nueva prueba de afirmación popular, después de su reciente muerte y la
elección de Nicolás Maduro como su sucesor, quien juramentó este fin de semana.
El Consejo Nacional Electoral
(CNE) de Venezuela ha anunciado que auditará todos los votos
recogidos en las urnas, mientras el candidato vencedor tomapa posesión de su
cargo ante la aceptación de la comunidad internacional. “Hemos acordado ampliar
la auditoría al 46% restante sobre las cajas de resguardo que no fueron
auditadas en el día de la votación”, dijo la presidenta del CNE, Tibisay
Lucena, en un comunicado a la nación.
Es decir, ya se ha relizado la auditoría del 54% de los
votos y ahora ese porcentaje se ampliará al 100%. Es la respuesta a la
impugnación oficial de los resultados por parte de la oposición. Alegando
“irregularidades”, la oposición también solicitó que se comparen los cuadernos
de votación, las papeletas ingresadas en las urnas y
las actas de escrutinio emitidas de forma electrónica. La
presidenta del CNE no se ha pronunciado a este respecto. “Este poder electoral
es absolutamente transparente y el resultado refleja de forma pulcra la
elección. El sistema electoral ha sido durante mucho tiempo sometido a
auditorías y a las pruebas que dan garantía de su robustez”, dijo Lucena, que
señaló que el proceso llevará varias semanas. “Se hará bajo un proceso de 400
cajas al día”, explicó, al tiempo que aclaró que el “lapso para la impugnación
se inicia después de la proclamación del candidato electo”.
La reacción del líder opositor, Henrique Capriles, no se ha
hecho esperar. Poco después de la comparecencia de Tibisay Lucena, Capriles
aceptaba públicamente la decisión. “Nosotros aquí, el comando Simón Bolívar,
acepta lo que el Consejo Nacional Electoral le ha anunciado al país”, indicó
Capriles en una declaración pública, en la que pidió que cese la violencia en
las calles de Caracas. La Revolución Socialista Bolivariana, alentada con 17
procesos electorales, ha sido rechazada por la derecha más conservadora y los
grandes grupos empresariales que fueron aislados, sobre todo, del control del
petróleo, principal recurso nacional.
Los ataques al gobierno inciden en los peligros de la
inflación por excesos del gasto social, con el fin de reducir presupuestos en
educación, cultura, salud, construcción de viviendas e infraestructura rural.
Pero, contradictoriamente, el candidato opositor prometía en calles y plazas
aumentos salariales de hasta el 40%
a todos los servidores públicos. Estos sectores tratan de
recuperar el poder político con violencia y fingiendo coincidencias y simpatías
con las reformas sociales, económicas y políticas, promovidas por el gobierno
de Chávez con el respaldo de los venezolanos, incluyendo sus Fuerzas Armadas,
como se pudo corroborar a lo largo de las dos semanas que fue el breve plazo
del proceso para elegir al nuevo presidente de la República.
Ventaja muy ajustada Según el CNE de Venezuela, Maduro se
impuso en las elecciones del 14 de abril con 7.575.506 votos (50,78 %) frente a
los 7.302.641 (48,95 %) alcanzado por el opositor Henrique Capriles. Hace siete
meses, Hugo Chávez tuvo una ventaja de 1.5 millones de votos.
La oposición venezolana cuestiona los resultados de las
elecciones. Los detractores y su líder, Henrique Capriles, vienen incitando a
actos violentos que han causado en una semana la muerte de al menos ocho
ciudadanos en las calles, entre ellos un policía y algunos simpatizantes
chavistas, y una centena de heridos.
La solidaridad con la democracia no se ha dejado esperar. La
OEA, cuestionada por el comandante Chávez, ha respondido con prontitud. La
mayoría de los países de América Latina y el Caribe elecha manifestado su
reconocimiento y su felicitación a la decisión
del pueblo venezolano
y a Nicolás Maduro como presidente. El secretario general del organismo
regional, José Miguel Insulza, desea al presidente electo, “el mayor éxito en
el cumplimiento de sus funciones”, recordando que la OEA es respetuosa con los
órganos internos de los países.
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