Jorge Zavaleta Alegre,
Cambio16, Madrid
El movimiento
estudiantil de Chile o Revolución de los Pingüinos, ha puesto al descubierto no
solo la crisis de la educación sino la denominada “Hiper-gobernabilidad”, señal de los nuevos
tiempos que es la falta de respuesta
oportuna de una “frágil democracia de consensos”.
La explosión de las
demandas de los jóvenes chilenos ha revivido algunas prácticas restrictivas de
a la libertad de prensa, vigentes en los tiempos de la dictadura, y que
permanecieron ocultas durante veinte años del gobierno de la Concertación.
Según la clase
gobernante, toda intervención de ‘masas’ es vista como potencialmente peligrosa
para el sistema democrático; y las instituciones públicas quisieran una suerte de apatía política que permitiría
avanzar rumbo a la utopía de Estado. En este sentido es ilustrativa la reciente
publicación (http://d-scholarship.pitt.edu/10729/)
de la Universidad de Pittsburgh sobre un cuarto cine latinoamericano y la
violencia, marginalidad, memoria y nuevos escenarios globales, del escritor
peruano Jorge Zavaleta Balarezo.
La reacción de los pingüinos
ha repercutido entre los periodistas de los medios internacionales.
Recientemente, la Asociación de Prensa Extranjera de Chile convocó, en Santiago,
a las diez instituciones similares de
América Latina: Bolivia, Ecuador, Brasil (Sao Paolo, Rio de Janeiro y Nacional),
Venezuela, Uruguay, veedores de Paraguay y Colombia; y de Perú, países donde existen
interrogantes pendientes de respuesta para garantizar el libre el ejercicio de
la prensa. La impecable organización del evento fue apoyada por sus miembros, Unesco, Unicef, Cepal, no así por ninguna
empresa privada ni por los Estados.
En el Perú, el
Ejecutivo ha devuelto al Congreso, la
“Ley Mordaza”, una vieja iniciativa, desempolvada por el Legislativo, que
tendría el propósito de evitar la publicación
de documentos “privados” como una forma de limitar la lucha contra la corrupción, uno de los más
grandes problemas estructurales de este país andino, del hemisferio y de la
geografía globalizada. Además, los tecnocrátas y los mercantilistas consideran que el cuidado del agua y de la minería formal son o deben ser responsabilidad única del Estado y no de la sociedad. Pero eso es un sofisma. La Marcha del Agua que ha recorrido por tierra más de 1500 kilómetros - de Cajamarca a Lima- es un hermosa lección cívica de los pueblos de este país de razagos patrimonialistas del siglo pasado.
Las restricciones a la
libertad de prensa, en apariencia son más difíciles de ser aplicadas, debido a
la revolución tecnológica y las
múltiples voces. Pero no se puede ignorar que las Asociaciones de Corresponsales representan
a las agencias noticiosas, diarios,
semanarios, radioemisoras, y canales de TV ligadas a la producción
cinematográfica más grandes y de mayor prestigio del mundo. Por lo tanto, como
lo indican sus encuestas internas, demandan respeto y mayores facilidades para
el ejercicio de sus funciones.Las democracias latinoamericanas, en la praxis, quisieran demostrar que todas las demandas de la ciudadanía pueden ser resueltas por un gobierno “legítimo y eficiente”, y que las movilizaciones de la sociedad civil son innecesarias. Los defensores del híper liberalismo, consideran que los movimientos sociales podrían afectar las finanzas públicas, las inversiones y las alianzas público - jurídicas.
La participación ciudadana es esencial para respaldar, aclarar, orientar el mejor rumbo de las decisiones de un gobierno, sobre todo cuando no existen partidos orgánicos, ni reformas de Estado con cuadros de alta competencia, comprometidos con el quehacer nacional. En la Región, el discurso oficial reconoce la importancia de la participación ciudadana, pero la praxis es incipiente. La Democracia será más sólida cuanto más profunda es la participación ciudadana.
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