Bolivarianos vs Sanmartinianos
Comenta Ricardo Pons Muzzo. Ver cartas a El Mercurio. http://www.elperuano.pe/Edicion/noticia.aspx?key=XnynL5LKNrI%3D
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Arq. y urbanista peruano Santiago Aguto Calvo |
Casi
dos
siglos
después dos
siglos
de la
Inde-
penden-
cia de
España,
las repú-
blicas
latino-
ameri-
canas siguen discrepando sobre el papel
de Bolívar y San Martín, en un intento
de proteger el patrimonio histórico y cultural tangible e intangible de la región. Más aún en estos tiempos en que las identidades nacionales son afectadas por el peso de la globalización económica, los procesos de migración y el libre comercio.
Una de esas manifestaciones es el desencuentro de diferentes sectores sociales y políticos por definir el Himno Nacional del Perú, cuyo contenido, declarado intangible en 1913, por Ley 1801, sigue creando más de una discrepancia.
El arquitecto y urbanista Santiago Agurto Calvo, peruano descendiente de vascos, es Master por la Cornell University, Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Ingeniería y la Universidad Wiener. Ha librado varias batallas cívicas como el proyecto urbanístico “Descabalgando a Pizarro” que implicó, hace cinco años, el retiro de la Plaza Mayor de Lima del monumento del conquistador español. Sigue adelante con un movimiento sustentado en una profusa investigación de veinte años, titulada “Levantando la humillada cerviz”.
Esta iniciativa revive ahora, porque han surgido condiciones para que el actual Congreso del Perú defina el contenido del Himno Nacional del Perú, aprobado en 1821 en un concurso convocado por San Martín.
El Tribunal Constitucional, por resolución del 28 de mayo del 2005, señala tres elementos: Que debe ser eliminada la Primera Estrofa del Himno Nacional. Recuperar la V Estrofa (aquella que algunos hispanófilos de la Primera República Aristocrática consideran que es lesiva a España o la “Madre Patria”). Le corresponderá al Congreso determinar qué estrofa deberá acompañar al coro.
Otro elemento a favor es que el 28 de Julio último el Presidente de la República, inició su mensaje a la nación con las siguientes, que tácitamente constituyen una propuesta para legitimar el fallo del máximo organismo que vigila la Carta Magna del país con respecto al Himno:
“Dignas autoridades, hombres y mujeres en todos los hogares del Perú. Permítanme primero dejar constancia de mi profunda emoción al escuchar en la voz de los Representantes del Pueblo el Himno Nacional cantado con rotundo orgullo”.
A renglón seguido dijo. “Hemos cantado en él, que los Andes sostienen la bandera bicolor, anunciando a los siglos el esfuerzo, de ser libres por siempre. Queda pues atrás la apócrifa letra que nos llamaba oprimidos, de cerviz humillada, de indolencia de esclavos y consagramos así la estrofa del orgullo nacional, que hará vibrar en el corazón de los jóvenes nuestra convicción de triunfo”.
Agurto Calvo, argumenta que al actual Congreso, solo le restan once meses para poder legislar, tiempo que debe ser aprovechado para atender la demanda popular, porque ya hay varios antecedentes, que con diferentes artificios, siguen distorsionando la Historia.
Refiere que en el segundo gobierno del Presidente Fernando Belaúnde (1980-85), con el aval del Consejo de Ministros, que entonces lideraba el senador Manuel Ulloa, se elevó al Legislativo una iniciativa similar a la que busca acabar con la apócrifa, falaz, depresiva e ilegítima primera estrofa.
El gobierno del general Velasco Alvarado (1968-75) intentó modificar parte del Himno y también el régimen del general Morales Bermúdez (1975-80), pero no pudo concretar porque al no existir el Poder Legislativo, la decisión no tenía valor. En un diálogo entre Belaúnde y Morales Bermúdez, quedó la promesa que el gobierno democrático lo haría. Pero cuando el debate llegó a la Cámara Alta, el propio Manuel Ulloa, cambió el fondo de la propuesta y el tema pasó al olvido.
Agurto Calvo, manifiesta su aprecio al trabajo que hicieron el musicólogo y periodista Carlos Raygada, fallecido en 1853, quien teorizó la problemática del Himno. Igualmente, a los historiadores Gustavo Pons Muzzo y Juan José Vega, el primer estudioso peruano que proclamó las victorias de los Incas sobre los conquistadores, quien por muchas décadas batalló por la restauración del Himno Nacional. En igual forma resalta a todos los historiadores que ratifican que desde la Rebelión de Manco Inca, en 1553, hasta la llegada de San Martín en 1820, en el Perú nunca se dejó de luchar por el yugo español… Hasta hace tres décadas, en todos los aniversarios patrios, el Himno Nacional era cantado en todos los cines de Lima.
Santiago Agurto no cesa en su tarea cívica, no como chauvinista sino para alentar el amor al país, afectado profundamente por la ausencia de reformas sociales y económicas de contenido popular. Alista una nueva cruzada en torno al rescate de la Covadonga, embarcación chilena que zozobró durante la Guerra del Pacífico, y que se encuentra en las costas del norte de Lima, en la localidad de Chancay. Solo el mayor conocimiento de la historia permitirá seguir construyendo los sueños de San Martín y Bolívar.
El HIMNO
Letra: José de La Torre Ugarte. Música: José Bernardo Alcedo.
VI ESTROFA
En su cima los Andes sostengan,/la bandera o pendón Bicolor,/que los siglos anuncie el esfuerzo/que ser libres, por siempre nos dio./A su sombra vivamos tranquilos,/y al nacer por sus cumbres el sol,/renovemos el gran juramento/que rendimos al Dios de Jacob.
Nota. Tampoco esta estrofa que hoy se canta oficialmente, goza de consenso, por ese verso “del dios de Jacob”, en un Estado laico y con diversidad de credos religiosos, y porque la iglesia católica también es responsable de la muerte de millones de indios y de la destrucción del Tahuantinsuyo.
Aún perviven admiradores de la República Aristocrática, que recuerdan el intento reformista de 1901, aprobado por el gobierno de Eduardo López de Romaña, para elegir una nueva letra, considerando que la del poeta iqueño Torre Ugarte, era agresiva hacia España. Dicho concurso lo ganó el poeta José Santos Chocano, cuyas estrofas con el mismo coro llegaron a cantarse en las escuelas y se publicaron en los cancioneros populares. La primera de las seis estrofas del poeta limeño fue un hermoso poema que valora por igual la acción de Bolívar y San Martín:
Si Bolívar salvó los abismos/ San Martín coronó la altitud;/y en la historia de América se unen/como se unen arrojo y virtud/Por su emblema sagrado la Patria/ tendrá siempre, en altares de luz/ cual si fuesen dos rayos de gloria,/dos espadas formando una cruz.
V ESTROFA
Excitemos los celos de España/Pues presiente con mengua y furor/Que en concurso de grandes naciones/Nuestra patria entrará en parangón./En la lista que de éstas se forme/Llenaremos primero el reglón/Que el tirano ambicioso Iberino,/Que la América toda asoló.
Nota. El Tribunal Constitucional se ha pronunciado por la reincorporación de esta estrofa.
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COMENTARIO DEL SEÑOR RICARDO PONS MUZZO
Una consulta vía http://elmercuriodigital.es de:
Ricardo Pons Muzzo
Estimado Sr Zavaleta: complacido por su artículo en la lucha por la recuperación de la letra original del Himno Nacional comparto con usted dos carta: la primera escrita por mi padre en el 2003 y la segunda por mi familia al Sr Althaus por una entrevista al arquitecto Agurto sobre el mismo tema y quién acompañó a mi padre en una etapa de esta cruzada. Si me facilita un correo con gusto le adjunto algunos archivos de interés.
Saludos cordiales
Ricardo Pons Muzzo
PRIMERA CARTA
Jesús María, 27 de septiembre del 2003
Señor Jaime de Althaus
Conductor de “La Hora N”
Canal N
Ciudad.-
Estimado Señor de Althaus:
Tengo la gran satisfacción de dirigirme a Usted para hacerle llegar mi cordial saludo y a la vez enviarle mi reciente obra titulada “LA DECLARACIÓN Y LA PROCLAMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA Y LOS SÍMBOLOS DE LA PATRIA” que he escrito con el trabajo cuidadoso de algunos años por tratarse de un tema muy delicado y cuya finalidad es contribuir al robustecimiento del sentimiento nacional en peruanos y peruanas que se fue formando a través de la etapa revolucionaria y tuvo su expresión patriótica con las primeras instituciones y símbolos patrios que fueron apareciendo como manifestación viviente de la nacionalidad.
El primer símbolo patrio fue el que el General San Martín estableció en Pisco el 21 de octubre de 1821 que como sabemos era de líneas diagonales con los colores rojo y blanco y un escudo en el centro. Los colores rojo y blanco han quedado permanentemente.
La primera institución nacional independiente establecida por el pueblo de Lima en representación de todo el Perú fue el Cabildo que el domingo 15 de julio de 1821 declaró POR LA VOLUNTAD DEL PUEBLO LA INDEPENDENCIA DEL PERU DE LA DOMINACIÓN ESPAÑOLA Y DE CUALQUIERA OTRA EXTRANJERA. El sábado 28 de julio de 1821 el General San Martín PROCLAMO ANTE EL MUNDO por esta voluntad del pueblo expresada el día 15 LA INDEPENDENCIA DEL PERU.
El 3 de agosto el General San Martín estableció transitoriamente su Gobierno Protectoral y el día 7 convocó a un concurso para establecer la Marcha Nacional del Perú (págs. 34 y 35). Después de varias circunstancias, el domingo 23 de septiembre en una gran ceremonia patriótica fue aprobada por el General San Martín en vista del gran entusiasmo que despertó en el pueblo la Marcha Nacional escrita por don José de la Torre Ugarte, música de don José Bernardo Alcedo y cantada por la Cantatriz doña Rosa Merino. Sin aprobación de decreto que la oficializara, por ser muy conocida por el pueblo, fue cantada en las ceremonias oficiales y por los escolares,
pero desgraciadamente la letra no fue publicada en la Gaceta, lo que creó un gran problema que todavía continúa.
Durante su gobierno, el 15 de marzo de 1822 por acto del Supremo Marqués de Torre Tagle, se estableció la bandera y el estandarte de franjas horizontales reemplazando a la primera bandera que dió en Pisco, la que no duró mucho tiempo pues el 31 de marzo del mismo año fue reemplazada por la bandera de franjas verticales la cuál, sin el sol que tenía en la franja blanca, fue aprobada por el Congreso en 1825 y es la que tenemos hasta la ahora como símbolo de la patria.
A partir del gobierno de Don Simón Bolívar, las leyes que se han dado para establecer los símbolos de la patria son las siguientes:
1.- La ley del 25 de febrero de 1825 que establece el Escudo de Armas de la Nación Peruana; el Gran Sello del Estado; La Bandera Nacional; El Pabellón; El Estandarte y La Escarapela. (Pag. 45).
2.- El decreto-ley Nº 11323 del 31 de Marzo de 1950 que establece normas para el empleo y confección de los símbolos patrios establecidos por la ley anterior.
3.- La ley Nº 1801 del 26 de febrero de 1913 que establece equivocadamente el Himno Nacional del Perú; hoy en debate (pag. 96).
4.- La ley Nº 24615 del 19 de diciembre de 1986, modificando el Gran Sello del Estado (pag. 72).
5.- Decreto supremo del 4 de Julio de 1901 autorizando el uso de la Bandera Nacional de Guerra en los cuerpos de las tres armas. Este decreto supremo fue ampliado por el del 23 de junio de 1953 (pags. 92-93).
De todas estas leyes consideramos que el error e incumplimiento cometido en la ley Nº 1801 es el mas grave de todos, pues esa ley dispone en su artículo primero que se declara “oficial e intangible” la letra del Himno Nacional debida “a la pluma” de don José de la Torre Ugarte y adoptada como tal en 1821 por el Supremo Gobierno del General San Martín. Pero en el artículo cuarto de la misma ley se considera como estrofa una no escrita por de la Torre Ugarte ni aprobada en 1821 por el Supremo Gobierno de San Martín, de autor desconocido y ofensiva a la dignidad del pueblo, como sabemos.
Con respecto a los Símbolos de la Patria, y para mejor explicación de lo que decimos en la obra, hemos publicado el libro totalmente ilustrado para poder apreciar mejor los incumplimientos y errores que frecuentemente se han cometido y se cometen en su confección y aplicación. Por lo tanto es conveniente advertir, Señor de Althaus, que el lector o lectora deben poner la atención conveniente de lo que se dice entre las páginas 75 a 94, observando cuidadosamente las fotografías con la explicación que se hace en cada una. Así tenemos que el Pabellón está conformado por la Bandera teniendo en el centro el Escudo de Armas con su timbre cerrado abrazado de una palma a la derecha y una rama de laurel a la izquierda, entrelazados en su parte inferior y abrazando el Escudo y se usa en las instituciones oficiales. Cuando el Pabellón está colocado en una asta, inmóvil, conforma el Estandarte de la institución pública o privada y en éste caso el Escudo debe verse inclinado sobre la franja blanca, pues de lo contrario está mal. Errores muy comunes son que no usen el color verde en la corona cívica así como en la palma y la rama de laurel, sino el color dorado para hacerlo mas atractivo, cuando debe ser verde, tal como lo produce la naturaleza. Es también otro error muy común que tanto la Bandera como el Pabellón, al igual que el Estandarte tengan fleco dorado para hacerlo mas elegante. También es otro error que en las casas particulares, automóviles e instituciones particulares se usen flameando la Bandera con el Escudo, lo que no es correcto. En los desfiles escolares es frecuente ver, como se presenta en fotografías de la obra, estos errores en los Estandartes de las instituciones escolares. Por lo Tanto, es urgente la expedición de un Reglamento que norme la confección y uso de los símbolos patrios y eso es lo que pedimos.
El penúltimo artículo está destinado a considerar “EL HIMNO NACIONAL SÍMBOLO DE LA PATRIA SEGÚN EL ARTICULO 49 DE NUESTRA CONSTITUCIÓN POLÍTICA”, y que contiene el mas grave error que se tiene que solucionar para afianzar rotundamente el sentimiento nacional y la tradición histórica.
La ley vigente Nº 1801 tiene su origen en el proyecto de ley del 4 de septiembre de 1910, fecha en que el senador por el Departamento de Ancash Señor César A. E. Del Río, presentó a su cámara un proyecto de ley declarando intangibles y oficiales la letra y música del Himno Nacional debidas respectivamente a don José de la Torre Ugarte y don José Bernardo Alcedo y adoptado como tal en 1821 por el supuesto gobierno. El proyecto del señor del Río dice lo siguiente:
Artículo 1º: Declárese intangible la letra y música del Himno Nacional debidas respectivamente a la pluma de Don José de la torre Ugarte y a la interpretación del maestro don José Bernardo Alcedo y adoptado como tal en 1821 por el supremo gobierno”.
Artículo 2º: Declárese así mismo oficiales la letra y la música del Himno.
Los Artículos tercero y cuarto se refieren a cuestiones administrativas, pero en el Artículo quinto se decía lo siguiente: “La Comisión de Redacción al presentar el respectivo proyecto para la aprobación de las Cámaras, acompañará la letra del Himno Nacional a que refiere el Artículo 2º.” O sea que el señor del Río no acompañó en su proyecto de Ley la letra correspondiente a “la pluma” de don José de la Torre Ugarte debido a que entonces, el Himno Nacional se publicaba con cuatro o cinco estrofas debido a haber fallecido los dos autores y no se podía controlar el número de estrofas, que podían ser tres, cuatro o cinco según la fuente utilizadas en el álbum de Ayacucho tiene 4 estrofas.
El documento fidedigno para conocer la autenticidad de la letra está en la carta, que conservaba Alcedo para que le pusiera música, con la letra auténtica del Himno, que solo se pudo conocer por la investigación histórica en 1921, cuando el 28 de Julio de ese año, la revista “Mundial” lo dio a conoce en su edición extraordinaria del 28 de Julio de 1921 con motivo de conmemorarse el centenario de la Proclamación de la Independencia del Perú, cuando ya se había publicado la Ley 1801. Este documento fundamental sobre la letra del Himno, fue conservado por la familia de la Torre Ugarte y uno de los familiares que conservaba el documento, se lo obsequió en 1924 al Presidente Leguìa, quien lo envió el Museo Nacional de Historia, en tiempos que era director del Museo el entonces joven historiador don Jorge Guillermo Leguìa, y en ese Museo se conserva en la caja fuerte, este documento que es la prueba fundamental de lo que en 1821 escribió don José de la Torre Ug arte, en agosto de 1821 para que Alcedo le pusiera música, y que se cantó en la ceremonia patriótica del 23 de Setiembre de 1821 con la presencia del general San Martín.
En 1862 se publicó el ALBUM DE AYACUCHO por el capitán de caballería don José Hipólito Herrera con importantes documentos de la independencia del Perú y en las primeras páginas se publica una primera canción patriótica de autor desconocido, pero de influencia negroide, con siete estrofas, siendo la primera la que empieza con el desdichado verso de “LARGO TIEMPO EL PERUANO OPRIMIDO”. Este libro fue publicado antes de que Alcedo regresara a Lima desde Santiago en 1863, y esta desdichada canción fue empezando a cantarse por el pueblo negroide y la que la Comisión de Redacción del Congreso utilizó. Como hemos dicho, esta Comisión debió presentar al Senado de la República así como a la Cámara de Diputados, la Letra auténtica del Sr. de la Torre Ugarte, al discutirse en ambas Cámaras el proyecto de ley del Sr. del Río, pero nunca lo hizo, de manera que las Cámaras no conocieron la Letra y por lo tanto no aprobaron la Letra del Sr. de la Torre Ugarte, sin o que posteriormente los miembros de la referida Comisión señores J. Matías León y Rafael Grau la pusieron por su propia voluntad, y para ello tuvieron que quitar de la Letra de de la Torre Ugarte la primera estrofa que pasó a ocupar el segundo lugar, y para que el Himno siempre contara con seis estrofas le quitaron la quinta y como primera estrofa pusieron la publicada en el Álbum de Ayacucho de autor desconocido. Buscando el motivo de este cambio sin haber una opinión del Sr. del Río que la autorizara, creo encontrar la razón por la cual retiraron la primera estrofa escrita por de la Torre Ugarte, el verso que dice “POR DOQUIER SAN MARTÍN INFLAMADO”,debido a que es un elogio al general San Martín y seguramente para que no se cantara esa estrofa los miembros de la Comisión de Redacción, que serían Bolivarianos, la quitaron.
En consecuencia, me parece que para la solución de este conflicto sobre la primera estrofa lo conveniente sería derogar la ley 1801, que como hemos dicho, la Letra que contiene en su artículo cuarto, no fue aprobada ni por la Cámara se Senadores ni por la de Diputados, y no fue escrita por de la Torre Ugarte y expedir otra Ley conteniendo el artículo primero del Proyecto de Ley del Sr del Río y luego poner en el segundo artículo el íntegro de la Letra que está escrita por don José de la Torre Ugarte que se ha conservado con toda autenticidad en el Museo Nacional. Esta nueva ley tendría que ser reglamentada a continuación para que no cantara la primera estrofa escrita por de la Torre Ugarte, que no es del gusto de los Bolivarianos y reglamentar que se cantara las sexta estrofa que es muy activa y de sentido patriótico, pero como muchas personas objetan que esta sexta estrofa termine con los versos “renovemos el gran juramento/ que rendimos al Dios de Jacob” p orque dicen que el Dios de Jacob era el Dios de los judíos. Pero según lo que nos enseña la Historia Eclesiástica, el Dios de Jacobo era Jehová que en lengua hebrea quiere decir Dios, esto es, EL GRAN HACEDOR DEL UNIVERSO. Además en el coro del Himno se dice: “QUE LA PATRIA AL ETERNO ELEVÓ”, por lo cual nuestro Himno en el coro invoca al Eterno, o sea al Gran Hacedor del Universo, que es el Dios de Jacob. Por lo tanto, El Gran Hacedor del Universo debe estar al final de nuestro Himno lo que no sería cambiar la letra del Himno sino interpretar mejor lo que el autor ha querido decir.
Atentamente,
Gustavo Pons Muzzo
SEGUNDA CARTA
Lima, 29 de julio del 2010
Señor Magíster D. JAIME DE ALTHAUS GUARDERAS Director y Conductor del programa “La hora N” Ciudad
Asunto: Entrevista al Arq. Santiago Agurto Calvo e Investigación sobre la letra auténtica del Himno Nacional del Perú y la VI estrofa.
De nuestra mayor consideración:
Me dirijo a usted, por especial encargo de mi madre, Aurea Díaz Vda. de Pons Muzzo y hermanos para manifestarle que hemos visto con agrado la entrevista efectuada al arquitecto Santiago Agurto Calvo en la cual se destaca la importancia de restablecer la legalidad de nuestro Himno Nacional, respetando la letra de su autor Don José de la Torre Ugarte y que nuestro pueblo cante la sexta estrofa, de su autoría y deje finalmente de entonar la I estrofa ilegítima, denigrante y apócrifa.
El Arquitecto Agurto, amigo personal de mi padre Gustavo Pons Muzzo (somos familias amigas y fuimos vecinos en Jesús María durante 40 años por lo que apreciamos mucho a Don Santiago, quién durante todos estos años tuvo a su disposición la biblioteca personal de mi padre, viniendo a consultarle siempre sobre temas históricos hasta sus últimos meses de vida) ha dedicado algunos años a sumarse a esta cruzada, estoy seguro por su significado y tal vez contagiado por la tesonera labor de investigación y divulgación que mi padre venía realizando de mucho tiempo atrás. Fue y es un gran apoyo al sumar su valioso nivel intelectual a esta campaña patriótica de defensa de los Símbolos de la Patria.
Sin embargo, es necesario aclarar que esta es una lucha continua y centenaria que empezó en 1913 con el autor de la ley N° 1801, Senador César del Rio, quien se planteó ordenar las diferentes “versiones” del Himno Nacional. Lamentablemente las buenas intenciones del Senador se estropearon al legalizar una estrofa ilegítima. Luego en 1921, a los 100 años de nuestra independencia la revista “Mundial” publicó la letra original e íntegra, escrita en una carta autógrafa de Don José Bernardo Alcedo (GPM, 2003; pág 103) dirigida a su amigo Don Juan D. Rivera en 1863, descubriendo y llamando la atención sobre este error garrafal. Luego, desde 1937 fue Don Carlos Raygada quien llamó la atención nuevamente sobre este lamentable desliz. También el Dr. Alberto Tauro del Pino fue un destacado investigador sobre este hecho en los años 50.
En los años 70 fue mi padre quien tomó la posta gracias a la investigación que desarrollo para la “Colección Documental de la Historia del Perú”. Toda esta labor de los 70 e inicios de los 80 llevó a que el Gobierno de Don Fernando Belaunde Terry designara una comisión oficial “encargada de proceder a la investigación oficial para determinar la autenticidad relativa a la letra del Himno Nacional y los alcances a que se refiere la Ley N° 1801” y que pusiera fin a estas irregularidades. El pronunciamiento de esta comisión oficial que presidió el Dr. Jorge Trelles Montero como representante de la Presidencia del Consejo de Ministros (mi padre la integró como representante del Instituto Sanmartiniano del Perú) fue confirmando lo conocido desde 1921. Esto llevó a que el Senador Don Oscar Trelles Montes y otros senadores presentaran un proyecto de ley que rectifique el art 4° de la ley 1801; lamentablemente este proyecto fue rechazado al final porque consider aron que la estrofa apócrifa “forma parte de la tradición nacional”. Como hecho anecdótico, mi padre publicó su libro La Ley N° 1801 y la letra auténtica del Himno Nacional” en 1983 y en el ya daba por descontado el éxito del proyecto (GPM, 1983; página 54) producto del trabajo riguroso de varios intelectuales y autoridades peruanas.
Al ver el desenlace en el Congreso en 1984, retomó tenazmente la lucha y la llevó hasta que le dieron las fuerzas antes de fallecer en febrero del 2008. Se preocupó de divulgar en su entorno intelectual y públicamente la misma carta autógrafa de Alcedo de 1863 que demostraba que la primera estrofa no era de autoría de Don José de la Torre Ugarte y que había sido mostrada por Don César Pacheco Vélez (GPM,1983; página 52, 2° párrafo) en 1982 en una Mesa Redonda organizada por el Instituto Sanmartiniano del Perú que mi padre presidía. Mi padre encontró nuevamente la famosa carta, celosamente guardada en una caja fuerte, en su paso como Director del Museo de Historia de Pueblo Libre en 1983 y gracias a ello pudo fotocopiarla y divulgarla dándole su verdadera dimensión y valor.
Fue por el 2001 que se sumo con mucho entusiasmo el Congresista Edgar Villanueva Nuñez (a quien mi padre tuvo el placer de recibirlo en casa) ver y luego el Congresista Jonhy Lescano Ancieta, quienes desde su importante cargo apoyaron y apoyan la modificación de la Ley 1801. Fue Don Johny Lescano quien llevó la iniciativa hasta el Tribunal Constitucional. El día que el Tribunal da su fallo en mayo del año 2005 mi padre (a sus 89 años) asistió invitado y, sin estar programado en la agenda los Señores Miembros del Tribunal le otorgaron unos minutos, ante la gestión del Congresista Lescano, para que diera su versión histórica y opinión del tema tratado. De esto fue testigo presencial mi hermano Federico quien animó a mi padre a asistir a la sesión y lo acompañó. En el acta del fallo de Tribunal Constitucional hacen la referencia bibliográfica respectiva a mi padre.
Pero no solo a través de sus investigaciones y sus libros luchó mi padre por el restablecimiento de la letra original y legítima. Tuvo otros aportes y aquí es de justicia precisar que ante las dificultades legales (que siempre hubieron y que hasta la actualidad no se solucionan) fue mi padre quien tuvo la iniciativa de plantear en el prólogo del libro (que adjunto) sobre los símbolos de la patria de la Colección Documental de la Independencia del Perú a principios de los 70 (GPM, 1983; pág. 49, párrafo superior) se cante la sexta estrofa en lugar de la apócrifa. Esto tuvo eco en esos años y se dispuso su cumplimiento oficialmente en 1979. Fue la Benemérita Sociedad Fundadores de la Independencia quien hizo el pedido formal y se aceptó, para el sector educación y los institutos armados. Era una salida legal e inteligente ante los inconvenientes de décadas y por el tipo de gobierno de entonces. Lamentablemente en 1984 se interrumpió producto del fallo Congresa l como ya se ha señalado, pero felizmente esta idea ha sido retomada y restablecida hace un año por el actual Ministro de Defensa Ingeniero Rafael Rey para los institutos armados. Ahora vemos con entusiasmo que esta decisión del Señor Ministro de defensa está siendo adoptada por todo el gobierno, creemos con bastante aceptación y éxito y hemos visto congratulados como el mismo Dr. D. Alan García Pérez, Presidente Constitucional de la República, además de entonarla con gran fervor hizo una importante referencia al himno al iniciar su Mensaje a la nación el día de ayer. Entonces, pues, es el Congreso quien tiene la palabra final.
Mi padre, en sus actos personales, era consecuente con su pensamiento. En cuanta actividad cívico patriótica u oficial en que se entonaba la estrofa apócrifa, guardaba silencio mostrando su malestar respetuosamente y solo cantaba el coro. Mi padre tenía un colegio en Barranco (el “San Julián”) y en esos claustros, desde los años 70 se cantaba y se continuó cantando la sexta estrofa hasta que se cerró, a los 49 años, en el 2004. Cualquiera de sus miles de ex alumnos puede dar fe de ello. También en instituciones que él presidió como el Instituto Sanmartiniano o el Club Departamental Tacna se cantaba siempre desde esos años la sexta estrofa en sus actividades.
En todos estos más de 30 años son muchas las personas que han apoyado este trabajo de amor a la patria y defensa de los símbolos nacionales por lo que esperamos que Usted continúe apoyando esta empresa patriótica, desde su importante labor periodística, ante el Congreso Nacional. Estoy seguro que le serán útiles los libros publicados por mi padre, por ello le adjunto archivos de los libros editados en 1983 y el año 2003 sobre este tema. También le adjunto el archivo de una carta que mi padre le envió a Usted (entre otros líderes de opinión) acompañando su libro del 2003 (el resaltado en negrita en el archivo es mío). El archivo digital de esta carta lo tengo porque fui yo quien la mecanografío ante el dictado de mi padre, ya a sus 87 años.
Finalmente manifestarle que como familiares de Gustavo Pons Muzzo tenemos gran orgullo al ver que finalmente se ha entendido su mensaje y el de todos los que trabajaron y trabajan en esta cruzada; pero más aún porque la iniciativa que tuvo mi padre en los 70 respecto a no entonar la estrofa apócrifa y con mensaje denigrante y en su reemplazo entonar la sexta, a finalmente tenido eco quizá al darnos ya cuenta y respaldados por el optimismo desbordante de nuestro futuro como país, que somos capaces de llevarnos por nosotros mismos a destinos mejores, ideales que tuvieron los peruanos de los momentos de la lucha por nuestra independencia y la fundación de la República y que, el gran maestro e historiador Don Jorge Basadre explica muy bien en su ensayo “Este Perú, dulce y cruel”. Esperemos en conclusión que esta alternativa de cantar la sexta estrofa sea plenamente oficializada y la lucha centenaria por la legalización de la letra legítima del himno algún día y pronto, llegue a su fin.
Reiterando mis sentimientos de especial consideración.
Muy atentamente
Ricardo J. Pons Muzzo Díaz
DNI 07214729
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