Jorge
Zavaleta Alegre.
TIME. -Estados Unidos fue el primer país de América en independizarse, declarando las 13 Colonias reunidas en varios "congresos continentales" su independencia de Gran Bretaña en 1776, la cual fue reconocida después de una guerra, mediante el Tratado de París en 1783. Y ese acontecimiento relacionado con el respeto a la libertad ciudadana hoy se reitera con un pronunciamiento de la Casa Blanca.
Haití fue el primer país en lograr la independencia en América Latina. Tras una ardua lucha contra el colonialismo francés, la revolución de los esclavos triunfó y se proclamó como República en 1804, abriendo el camino de independencia de los países de América Latina.
El Perú, celebra el 28 de Julio del 2021 el II Siglo de su Independencia como nación. Y en esta oportunidad, coincide con la juramentación de un nuevo Presidente elegido por el voto mayoritario de obreros y campesinos de una nación con cerca de 35 millones de personas.
La
institución oficial de elecciones informa que el candidato Pedro Castillo,
Profesor de Educación, es el ganador del último proceso electoral
con 835 970 501. Ha recibido el mayor respaldo, en
la población de menores ingresos y regiones fuera de Lima, la capital nacional poblada por el
tercio nacional de habitantes.
El conteo
oficial del 100% de votos: el 50.12% es para el profesor Castillo, mientras la
candidata de los ciudadanos más conservadores y empresarios, obtuvo el 49.87%
de votos. Esta candidata es hija del expresidente Alberto Fujimoril, quien
cumple prisión por quiebra de los Derechos Humanos y corrupción.
Los últimos cinco presidentes acusados y/o sentenciados por corrupción son: Alberto Fujimori, Alán García Pérez (preso de una intensa depresión se suicidó), Alejandro Toledo (exiliado en EEUU durante el gobierno republicano del presidente Trump, Ollanta Humala, prohibido dejar su país por favorecer contratos con empresa brasileña y Pedro Pablo kuzcinski por los mismos cargos.
El presidente del Perú, Francisco Sagasti, desestimó el pedido
de Fujimori para que la OEA hiciera una auditoría internacional. La Unión Europea,
el Departamento de Estado de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido han declarado
que las elecciones en el Perú fueron transparentes.
El candidato de
Perú Libre, Pedro Castillo, obtuvo el 50,125% de los votos frente al 49,875% de
Keiko Fujimori, de Fuerza Popular. La
Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) precisa una ventaja de
alrededor de 44.000 votos.
La
candidata Fujimori pidió anular 200.000 votos porque quería “defender el voto”
ante un “fraude en mesa”. Lo paradójico es que el frente de las fuerzas
conservadoras tienen como única voz a la candidata que encarna los aspectos más
negativos que arrastra el Perú desde 1990. Los grupos empresariales han
desaparecido de los medios de comunicación.
La CEPAL y otras instituciones han publicado
comentarios y tesis sobre las elecciones de Latinoamérica y El Caribe.
Esta oportunidad, explica la socióloga peruana Ariela Ruiz Caro, consultora del
Instituto Latinoamericano de procesos de privatizaciones en el Perú, con
incidencia en el período 1991-2002:
Después de haberse iniciado el proceso de privatización
de empresas públicas, invadió al país la sensación de pérdida irreversible del
control sobre las empresas del Estado, que algunas fueron vendidas a precios
subvaluados.
La crisis financiera y de gestión que atravesaban
las empresas públicas, y las dificultades económicas que impedían dar
cumplimiento al servicio de la deuda externa durante la década de los ochenta,
fueron los factores determinantes que impulsaron el proceso privatizador.
El escenario hiperinflacionario, agravado por
grupos terroristas y amplio descontento de la ciudadanía nacional
fue argumentos para subvaluar algunas empresas que fueron privatizadas a través
de la subasta pública.
El proceso de privatización determinó un cambio
significativo en la composición pública y privada de la deuda externa. La deuda
privada aumentó como consecuencia del hecho que las empresas tomaron préstamos
del exterior para comprar los activos públicos.
Los organismos creados para regular los servicios
privatizados no tuvieron la necesaria independencia para llevar a cabo su
misión con el alcance y la profundidad que exigía el resguardo del interés
público involucrado.
Años después de haberse iniciado el proceso de
privatizaciones, se ha puesto en evidencia que el mercado no constituye
automáticamente garantía de calidad y precio.
En opinión del Premio Nóbel de Economía,
Joseph Stiglitz, la visión de privatizar hoy y regular mañana puede ser
particularmente dañina, especialmente porque puede consolidar grupos con un
gran poder económico. Responsabiliza a los economistas a cargo de estas
reformas de crear estos intereses económicos porque se olvidaron de las fallas
del mercado.
Es importante destacar, asimismo, que en muchos
casos, la deuda externa e interna de las empresas públicas fue transferida al
Gobierno Central antes de ser privatizadas, por un monto que ascendió a 1.460
millones de dólares.
Según información del BID, el 63% de los
latinoamericanos tiene una opinión desfavorable respecto a las privatizaciones
de empresas estatales realizadas por los gobiernos en la década de los noventa.
En el Perú, dicho porcentaje es aún mayor, lo cual dificulta seriamente el
relanzamiento del programa de privatizaciones.
En los países de la región se crearon los Bancos
Centrales que se encargaron de la emisión de moneda, control y supervisión de
las entidades financieras y crediticias, de la política cambiaria, entre
otros. Se puede recordar, que al finalizar la segunda guerra mundial, en
algunos países latinoamericanos, especialmente en Argentina, Brasil, México y
Bolivia, se dio inicio a un proceso de nacionalizaciones en diversos sectores
de la producción de bienes y servicios, dando lugar a una creciente
participación del Estado en la actividad económica.
En el Perú, este proceso se inició recién a fines
de la década de los sesenta. Las nacionalizaciones, en algunos casos, fueron
efectuadas en empresas que habían dejado de ser rentables por el elevado grado
de obsolescencia que presentaban, ya que requerían ser modernizadas y
reequipadas.
Durante la década de los sesenta, organismos
multilaterales como el Banco Mundial promovieron la creación de empresas
estatales como una manera de generar estructuras empresariales dentro del
Estado a las cuales prestarles fondos, con posibilidades de lograr mayor
eficiencia en relación a las que podrían lograr las entidades privadas.
Esta orientación prevaleció básicamente en
infraestructura, especialmente en electricidad. En el Perú, el origen de la
mayor parte de empresas públicas, tanto nuevas como por resultado del proceso
de nacionalizaciones, se remonta a inicios de la década de los setenta, cuando
el gobierno militar presidido por el Gral. Velasco Alvarado aumentó
significativamente la participación del sector público en la economía.
El proceso de privatización determinó un cambio
significativo en la composición pública y privada de la deuda externa.
La experiencia viene demostrando que, al menos en
el caso del suministro de los servicios públicos, las ganancias en
productividad y eficiencia no han sido transferidas debidamente a los usuarios,
no solamente en cuanto a precios y tarifas sino también respecto del incremento
de la calidad de los servicios.
Es creciente el número de economistas que reconocen
y señalan la existencia de fallas del mercado, lo cual hace necesario
intervenciones correctivas del Estado, en tanto este tenga la capacidad técnica
y Etica.
Este es el reto y la misión supervisora del
nuevo gobierno. La pandemia
que aparece en el 2019 convirtió al Perú como el país con mayor población
afectada…La nueva administración tiene
mucho por hacer.
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