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Escriben Adolfo Céspedes Thorndike – Hélida Zavaleta Alegre, Trujillo-Perú
Artística y
sentimental crónica de
nuestro dilecto amigo Jorge
Zavaleta Alegre, en la que con colorido y amplio repertorio nos muestra como
“la Música unida a la Poesía y la Literatura, son las columnas más estables
para desarrollar las ciudades”.
Tiene toda la razón, pues no hay pueblo ni cultura, remota o
actual en que la Música como arte que sublimiza el alma, haya tenido especial
atención y también haya sido muchas veces el reflejo del adelanto cultural del
pueblo o cultura que la practicó unida o no a la Danza, y al quehacer
cotidiano de los pobladores que felices
o tristes se abandonaban a sus notas, para olvidar los sinsabores, o colmar las
alegrías que depara la vida diaria que vivimos.
Excelente el recuerdo que nos brinda de la música folklórica
de su tierra natal, exaltando a sus compositores, entre ellos a quienes
conforman la “Lira Huaylina”; notas que
sin duda acompañaron sus años de
adolescencia y juventud y por qué no decir sus primeros amoríos y recuerdos
felices de la tierra que lo vio nacer. Toda canción nos ubica en un espacio y
tiempo especial, y nos hace rememorar acciones, personas o episodios ya vividos
que vuelven a tener actualidad en el ahora que vivimos.
Con el permiso del autor de la crónica quisiera recordar algunos
aspectos significativos de este arte universal. Fueron los griegos (maestros en
todo), los que consideraron a la Música como un arte mayor, y así la ubicaron como una de las nueve musas del Olimpo.
Euterpe se convirtió en protectora de este arte, el que practicó con genialidad
Orfeo, a quien por su maestría en ejecutar la música, se le permitió descender a los
infiernos para recatar a Eurídice, su gran amor, que había muerto, al ser
infectada por una víbora. Y ya en la Edad Media, (Música y Literatura), como no
recordar la Leyenda ficticia o real del Flautista de Hamelin, que nos llega
narrada por los hermanos Grimm, Hamelín con la música de su flauta, libró al pueblo de
la plaga de ratones, que sin duda amenazaban con una epidemia, tan similar o
parecida a la que en la actualidad nos agobia universalmente, tal vez la música
como lo manifiesta el autor de la crónica, ayude a mitigar en algo las
consecuencias de la pandemia que ahora experimentamos.
Hablar de la Música y sus variadas expresiones es un tema muy
amplio y complejo, que necesitaría de variados especialistas; recordemos sí,
que es un arte que se conecta con la parte espiritual de nuestro ser, y nos hace más sensibles, esto
se ha probado aún con los animales.
Quisiera terminar este comentario, rindiendo el reconocimiento debido, a todos los grandes compositores que con sus creaciones dan vigencia a este arte, sea clásico folclórico o tropical, siempre será apreciado por quienes tenemos el papel de auditorio, es decir el complemento de la música; sin olvidar que fueron los “Beatles”, quienes con sus creaciones y su música, marcaron un nuevo amanecer, un comportamiento distinto para las nuevas generaciones.
Y, en lo que respecta a mi país, al tratar este tema, rendir el homenaje debido a todos los compositores, en especial a Felipe Pinglo Alva, y Chabuca Granda, cuyas composiciones son verdaderos poemas hechos canción, recordaremos siempre “El plebeyo”, “El huerto de mi amada”, “La flor de la canela”, “José Antonio”, entre los cientos de composiciones de estos u otros compositores nacionales excelentes.
La Música siempre estará presente en nuestras vidas. Y, por qué no hablar de la Marinera, que como Danza unida a la Música (Euterpe y Tepsícore juntas), se ha convertido en un Concurso Mundial, que cada año se celebra en Trujillo, Perú, mi ciudad natal.
papeldearbol asociado a Diario16 de Madrid.
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