La historia registra numerosas catástrofes culturales. Solo algunas: La «quema de libros y sepultura de intelectuales» que decidió el emperador Qin Shi Huang en la China del siglo III a.C. La destrucción de monumentos milenarios en Siria e Irak por el Estado Islámico en el siglo XX. Otra quema, los códices mayas en el siglo XVI por Diego de Landa, obispo de Yucatán. Las piras de libros «subversivos» en el Tercer Reich. Las tropas chilenas en el siglo XIX de la biblioteca del Perú….
En el siglo XXI, no todo el mundo tiene o puede ir a la Universidad para obtener una capacitación profesional especializada. Debido al impacto tecnológico, el panorama laboral ha cambiado. Aparecen otros tipos de formación para que los alumnos sean capaces, productivos en las nuevas exigencias del ecosistema empresarial. Por cierto, no es aceptable aquella frase de uno de los principales ejecutivos de Google: “…el expediente académico no sirve para nada”, según Diario16 de Madrid.
Siglo XXI, Costa Rica nos habla de los “bootcamps”, que nos lleva a la pregunta si los gobiernos de Latinoamérica pueden acelerar la creación de talento digital. Este país, es una de las economías más exitosas de América Latina y el Caribe (ALC), cuya tasa de crecimiento del PIB ha estado por encima del promedio de la región en los últimos 50 años. Es uno de los países más competitivos según el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial. Ocupa el primer lugar en ALC en exportación de servicios de valor agregado y en sofisticación de los procesos de producción, según un informe del BID, en el cierre del verano norteamericano 2020.
En comparación con los países de la OCDE, Costa Rica se ubica en una de las posiciones más bajas respecto a las habilidades digitales de los estudiantes. En cuanto a innovación, la falta de capital humano es uno de los principales retos. Solo un 14,5% de los investigadores se dedica a las ingenierías y tecnologías versus el 30% dedicado a ciencias sociales. Adicionalmente, la inversión costarricense en I+D con respecto al PIB fue de 0,39% en 2018, cuando el promedio en ALC es de 0,64%.
Esta limitación de América Latina nos lleva a pensar en el valor permanente de las Bibliotecas. Con la pandemia que azota a “los olvidados del planeta”, las salas de lectura permanecen vacías. Pero acercarse a los bibliotecarios y revisar con ellos las estadísticas, uno recoge gratas sorpresas. La humanidad tiene sed infinita de leer, ver películas que han hecho historia, acceder a libros electrónicos, a pinacotecas, música clásica y a nuestras orquestas nacionales.
La UNESCO nos confirma que durante siglos, el acceso limitado a textos ha supuesto una barrera para la alfabetización. La lectura requiere de libros; sin ellos, la alfabetización sigue siendo algo inalcanzable. Hoy en día, sin embargo, esta barrera está retrocediendo gracias a la difusión de tecnología móvil de bajo costo. Los teléfonos celulares básicos ofrecen un portal nuevo, asequible y fácil de usar para conseguir material de lectura.
Aunque investigaciones de la UNESCO indican que cientos de miles de personas en países como Etiopía, Nigeria y Pakistán leen en dispositivos móviles, se sabe muy poco de estos lectores. Este vacío de información dificulta los esfuerzos por ampliar la presencia de la lectura móvil y obtener los beneficios educativos y socioeconómicos relacionados con un aumento.
UNESCO, Nokia y Worldreader, han analizado recientemente iniciativas de lectura móvil, identificando sus virtudes. Visitamos Bosler Memorial Library, en Cumberland, Pensilvania,, ubicada en una de las joyas arquitectónicas de una familia Carlisle, cuyo testamento quería «darles a los jóvenes de la ciudad algo que hacer», texto que se conoció el 19 de enero de 1900, cuando se inauguró la Biblioteca. «Desde que Bosler Memorial Library abrió hace 220 años, existen las puertas al aprendizaje y la aventura para generaciones de personas en Cumberland y los condados circundantes. Hoy en día, la población del área de servicio de los ocho municipios de Bosler supera los 60,000 y sigue creciendo.
La producción cinematográfica en América Latina ha experimentado una verdadera explosión desde mediados de los años 90, afirma Jorge Zavaleta Balarezo, desde la Universidad de Pittsburg, PA: “Con la contribución de fundaciones internacionales y el apoyo de gobiernos de países europeos (España a la cabeza de ellos), se ha trazado un nuevo mapa y un nuevo destino para el cine de nuestra región”.
En su larga investigación – «Hacia un cuarto cine: violencia, marginalidad, memoria y nuevos escenarios globales en veintiún películas latinoamericanas», comenta el mensaje que dejan: El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella. Alejandro González Iñárritu, con Amores perros y Babel. Y destaca los reconocimientos a cineastas y películas de la región, como La ciénaga, Ciudad de Dios, La vendedora de rosas, La teta asustada, El secreto de sus ojos, Aquarius…
El Proyecto Especial Concurso Nacional “Cortometrajes del Bicentenario del Perú” busca encontrar los mejores proyectos de obras cinematográficas cortas que cuenten y narren de la mejor manera la identidad de este americano que conquistó su independencia política hace dos siglos.
En EEUU: La Asociación Estadounidense de Bibliotecas estima que hay 120,096 bibliotecas de todo tipo en el país. 8.956 bibliotecas públicas (en 16.766 edificios) con un total de 165,986 bibliotecarios trabajando en las bibliotecas de Estados Unidos que suman 16.766.
El gasto en bibliotecas en EEUU es de $ 11,400,000,000 (año 2011), lo que representa un gasto promedio por contribuyente de $ 31 de sus impuestos. Cada año, los estadounidenses gastan casi tres veces más en dulces que en bibliotecas públicas. Uso de bibliotecas: El 50% de los estadounidenses utilizó una biblioteca de alguna manera en los últimos 12 meses. Mejorar una biblioteca no es gasto, es inversión. Una biblioteca en un pueblo chico o grande es o debe ser una institución central para el desarrollo. Confirma la Unesco, como uno de los principales mandatos al mundo.
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Los teléfonos celulares y los “bootcamps”: ¿¡Un mañana diferente!?
Por Jorge Zavaleta Alegre (Lima) - 03/10/2020 0
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La historia registra numerosas catástrofes culturales. Solo algunas: La «quema de libros y sepultura de intelectuales» que decidió el emperador Qin Shi Huang en la China del siglo III a.C. La destrucción de monumentos milenarios en Siria e Irak por el Estado Islámico en el siglo XX. Otra quema, los códices mayas en el siglo XVI por Diego de Landa, obispo de Yucatán. Las piras de libros «subversivos» en el Tercer Reich. Las tropas chilenas en el siglo XIX de la biblioteca del Perú….
En el siglo XXI, no todo el mundo tiene o puede ir a la Universidad para obtener una capacitación profesional especializada. Debido al impacto tecnológico, el panorama laboral ha cambiado. Aparecen otros tipos de formación para que los alumnos sean capaces, productivos en las nuevas exigencias del ecosistema empresarial. Por cierto, no es aceptable aquella frase de uno de los principales ejecutivos de Google: “…el expediente académico no sirve para nada”, según Diario16 de Madrid.
Siglo XXI, Costa Rica nos habla de los “bootcamps”, que nos lleva a la pregunta si los gobiernos de Latinoamérica pueden acelerar la creación de talento digital. Este país, es una de las economías más exitosas de América Latina y el Caribe (ALC), cuya tasa de crecimiento del PIB ha estado por encima del promedio de la región en los últimos 50 años. Es uno de los países más competitivos según el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial. Ocupa el primer lugar en ALC en exportación de servicios de valor agregado y en sofisticación de los procesos de producción, según un informe del BID, en el cierre del verano norteamericano 2020.
En comparación con los países de la OCDE, Costa Rica se ubica en una de las posiciones más bajas respecto a las habilidades digitales de los estudiantes. En cuanto a innovación, la falta de capital humano es uno de los principales retos. Solo un 14,5% de los investigadores se dedica a las ingenierías y tecnologías versus el 30% dedicado a ciencias sociales. Adicionalmente, la inversión costarricense en I+D con respecto al PIB fue de 0,39% en 2018, cuando el promedio en ALC es de 0,64%.
Esta limitación de América Latina nos lleva a pensar en el valor permanente de las Bibliotecas. Con la pandemia que azota a “los olvidados del planeta”, las salas de lectura permanecen vacías. Pero acercarse a los bibliotecarios y revisar con ellos las estadísticas, uno recoge gratas sorpresas. La humanidad tiene sed infinita de leer, ver películas que han hecho historia, acceder a libros electrónicos, a pinacotecas, música clásica y a nuestras orquestas nacionales.
La UNESCO nos confirma que durante siglos, el acceso limitado a textos ha supuesto una barrera para la alfabetización. La lectura requiere de libros; sin ellos, la alfabetización sigue siendo algo inalcanzable. Hoy en día, sin embargo, esta barrera está retrocediendo gracias a la difusión de tecnología móvil de bajo costo. Los teléfonos celulares básicos ofrecen un portal nuevo, asequible y fácil de usar para conseguir material de lectura.
Aunque investigaciones de la UNESCO indican que cientos de miles de personas en países como Etiopía, Nigeria y Pakistán leen en dispositivos móviles, se sabe muy poco de estos lectores. Este vacío de información dificulta los esfuerzos por ampliar la presencia de la lectura móvil y obtener los beneficios educativos y socioeconómicos relacionados con un aumento.
UNESCO, Nokia y Worldreader, han analizado recientemente iniciativas de lectura móvil, identificando sus virtudes. Visitamos Bosler Memorial Library, en Cumberland, Pensilvania,, ubicada en una de las joyas arquitectónicas de una familia Carlisle, cuyo testamento quería «darles a los jóvenes de la ciudad algo que hacer», texto que se conoció el 19 de enero de 1900, cuando se inauguró la Biblioteca. «Desde que Bosler Memorial Library abrió hace 220 años, existen las puertas al aprendizaje y la aventura para generaciones de personas en Cumberland y los condados circundantes. Hoy en día, la población del área de servicio de los ocho municipios de Bosler supera los 60,000 y sigue creciendo.
La producción cinematográfica en América Latina ha experimentado una verdadera explosión desde mediados de los años 90, afirma Jorge Zavaleta Balarezo, desde la Universidad de Pittsburg, PA: “Con la contribución de fundaciones internacionales y el apoyo de gobiernos de países europeos (España a la cabeza de ellos), se ha trazado un nuevo mapa y un nuevo destino para el cine de nuestra región”.
En su larga investigación – «Hacia un cuarto cine: violencia, marginalidad, memoria y nuevos escenarios globales en veintiún películas latinoamericanas», comenta el mensaje que dejan: El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella. Alejandro González Iñárritu, con Amores perros y Babel. Y destaca los reconocimientos a cineastas y películas de la región, como La ciénaga, Ciudad de Dios, La vendedora de rosas, La teta asustada, El secreto de sus ojos, Aquarius…
El Proyecto Especial Concurso Nacional “Cortometrajes del Bicentenario del Perú” busca encontrar los mejores proyectos de obras cinematográficas cortas que cuenten y narren de la mejor manera la identidad de este americano que conquistó su independencia política hace dos siglos.
En EEUU: La Asociación Estadounidense de Bibliotecas estima que hay 120,096 bibliotecas de todo tipo en el país. 8.956 bibliotecas públicas (en 16.766 edificios) con un total de 165,986 bibliotecarios trabajando en las bibliotecas de Estados Unidos que suman 16.766.
El gasto en bibliotecas en EEUU es de $ 11,400,000,000 (año 2011), lo que representa un gasto promedio por contribuyente de $ 31 de sus impuestos. Cada año, los estadounidenses gastan casi tres veces más en dulces que en bibliotecas públicas. Uso de bibliotecas: El 50% de los estadounidenses utilizó una biblioteca de alguna manera en los últimos 12 meses. Mejorar una biblioteca no es gasto, es inversión. Una biblioteca en un pueblo chico o grande es o debe ser una institución central para el desarrollo. Confirma la Unesco, como uno de los principales mandatos al mundo.
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Jorge Zavaleta Alegre (Lima)
Corresponsal en Latinoamérica
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