Jorge Zavaleta Alegre
Una de las caras más oscura de la relación Estado-Empresa, que no
siempre ocupa amplios espacios digitales
y montañas de papel, es la corrupción. El caso Odebrecht, ha sacado a luz la crisis generalizada en Latinoamérica, con mayores
evidencias en una docena de países.
Las emergentes democracias sufren acelerada desestabilización, con
centenas de juicios y prisión para múltiples protagonistas. Presidentes, ministros,
parlamentarios, banqueros, empresarios
de toda laya junto a cómplices menores, escamotean la Justicia y
burlan los deseos y esperanzas
de pueblos afectados.
Vivimos el resurgimiento de la
violencia en calles y plazas, nuevas organizaciones regionales como partidos y
asociaciones democráticos lanzan proclamas,
entretanto las economías se
resienten y el futuro se torna más incierto.
Las cifras oficiales sobre crecimiento económico que proclaman los gobiernos de turno, no incluyen a las
mayorías. La pirámide de ingresos
se estrecha cada minuto.
Manuel
Romero Caro, economista con larga
experiencia, que se atrevió a fundar en el Perú de 1990 el primer
diario de economía y finanzas, desde su primera
edición pudo percibir y revelar el oscuro horizonte que se venía con el
remate de las empresas públicas a
poderosas firmas extranjeras.
Ese
flujo de dólares, incluyendo del
narcotráfico, nunca antes percibido,
creó el espacio para ampliar la corrupción que
hoy se conoce y se reproduce en América, con los mismos métodos y argucias. Esta afirmación
se constata en “La negociación del Acuerdo con Odebrecht, que ha sido un fracaso”, según síntesis de Romero Caro, que
forma parte de un esfuerzo
personal y de apoyo de varios especialistas y organizaciones
internacionales de periodistas, que han brindado caminos para la intervención
de la Justicia, pero que tampoco avanza como lo exige la
ciudadanía.
El Caso
Odebrecht ya forma parte de una investigación del Departamento de Justicia de
los Estados Unidos, junto con otros países más de América Latina, que detalla
coimas de dinero y sobornos, a presidentes, expresidentes y funcionarios del
gobierno de 12 países: Angola, Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos,
Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela,
durante los últimos 20 años, para obtener beneficios en contrataciones
públicas.
Odebrecht,
fundada en Brasil en 1944, creó su
«Caja B» a finales de los años 2010 con el nombre de «Sector de relaciones
estratégicas» para disimular la maraña de su delictuosa actuación, pero la
estructura ilegal venía operando desde
1987, según consta en los registros que guardó una funcionaria durante tres
décadas, hasta entregarlos a la justicia
de su país y a la Comisión del Congreso que asumió la investigación.
El Perú,
sobresale entre 2005 y 2014, cuando Odebrecht hace pagos de sobornos a
funcionarios que comprenden los Gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), Alan
García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016), según se desprende del acuerdo
firmado por la compañía con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. El
presidente Pedro Pablo Kuczynski dijo entonces que apoyaría en todo lo que sea necesario para
la investigación, y después también PPK, fue descubierto como parte de la telaraña.
Atalaya Económica, blog de Gestión, diariio que creó en 1990, permite recordar la feria o remate de empresas que propició Fujimori. Y hoy salen a luz nuevos detalles sobre los pagos secretos vinculados a 5 proyectos “nuevos”, proceso que muestra el fracaso de la negociación del Acuerdo.
Atalaya Económica, blog de Gestión, diariio que creó en 1990, permite recordar la feria o remate de empresas que propició Fujimori. Y hoy salen a luz nuevos detalles sobre los pagos secretos vinculados a 5 proyectos “nuevos”, proceso que muestra el fracaso de la negociación del Acuerdo.
Romero Caro, considera que un factor indispensable para llevar a buen
puerto cualquier negociación es el nivel de credibilidad de las partes
involucradas. Sin ese factor, o una mínima parte del mismo, las negociaciones
fracasarán o serán prolongadas y más costosas. Y en el caso del Grupo Odebrecht
(Odb) la verdad no ha sido precisamente el sello distintivo de su cultura
empresarial.
Si retrocedemos en el tiempo encontraremos muchos ejemplos de esto. Y
esta “característica “va de rey a paje. Es así que ya se han publicado diversas
mentiras e inconsistencias de parte de Marcelo Odebrecht.
Por su parte, otro directivo de la misma organización, Jorge Barata,
tampoco se queda atrás. Solo 2 ejemplos referidos al GSP: él siempre negó que
Edgar Ramírez, presidente del comité de Pro Inversión que otorgó la concesión
del GSP a Odebrecht hubiera trabajado para el Grupo Odb. Sin embargo
tanto él como el ex ministro de Energía Mayorga trabajaron para dicho grupo. Inclusive
por haber mantenido dicha vinculación hasta un período menor a dos años de la
fecha en que ambos asumieron responsabilidades en ProInversión y el MEM,
legalmente debieron de haberse abstenido de participar en asuntos vinculados
con dicho Grupo, lo que no hicieron.
Pero las mentiras no son cosa del pasado ni la nueva Odebrecht se ha
reconvertido como afirman sus defensores. Por ejemplo, un ex miembrode relaciones públicas, Gustavo
Gorriti, ha afirmado que Odebrecht es “una compañía que se encuentra
ahora en profundo proceso de reforma y que hoy colabora plenamente en la tarea
de identificar la corrupción y los corruptos” (IDL-R, “Hipócritas y bribones”,
23.1.19).
¿Ustedes creen que la vieja Odebrecht y la nueva y reconvertida
Odebrecht no son prácticamente lo mismo?. Tan es así que hasta hace
muy poco diversos representantes de Odb (inclusive en manifestaciones ante la justicia) negaron
reiteradamente que en el Gasoducto Sur Peruano (GSP) hubiera habido cualquier
tipo de irregularidades. Y ahora conocemos los pagos secretos que efectuó
“el departamento de coimas” de Odb a diversos destinatarios vinculados con
dicho proyecto.
¿Hasta cuándo vamos
a seguir bailando al son de la música que pone Odb?.
Son ellos los que decidieron qué proyectos incluir en el “histórico”
Acuerdo (los más antiguos y en los que han recuperado su inversión con creces)
y cuáles vetar su inclusión (principalmente el GSP, que es el único que tiene
cláusula anticorrupción). También deciden el ritmo y la secuencia de las
investigaciones, programando qué declaraciones dar y el momento de las mismas.
Ya que luego de las declaraciones iniciales sobre sobornos en el Metro e Interoceánica,
que solo incluyeron a funcionarios de segundo y tercer nivel; nos estuvieron
entreteniendo con los aportes electorales.
Otro ejemplo. Acaban de manifestar: que la información de los servidores
Drousy y My Web Day, sobre los que siempre se manifestó que incluían toda la
información referente a los sobornos, ahora mencionan que también contiene
información de “transacciones lícitas, privadas e internas”.
El problema es que esta nueva interpretación es un misil a la línea de
flotación del argumento central de la fiscalía en el sentido que todos los
pagos incluidos en los sistemas anteriormente referidos eran pagos ilegales.
Los “corruptos” deben de estar felices con esta nueva interpretación. ¿Los
defensores de Odebrecht también están de acuerdo con esta nueva declaración?;
¿qué tienen que decir de los, por ahora, 6 proyectos con pagos secretos que no
están incluidos en el Acuerdo y que han llegado a costo cero?
Un aspecto a destacar es que las críticas de diversos medios sobre este
escándalo de las planillas secretas son excesivamente generosas con el equipo
especial, el que evidentemente es responsables de las “negociaciones “con
Odebrecht. Y la explicación debe encontrarse en el temor que los negociadores
les cierren el caño de las informaciones privilegiadas y se las entreguen a la
competencia. Estos aprendices de Sergio Moro y Deltan Dallagnol (juez federal y
jefe de los fiscales del caso Lava Jato de Brasil, siendo el primero el actual
Ministro de Justicia) deben analizar la trayectoria de Moro, el que está siendo
investigado por las numerosas conversaciones confidenciales que mantuvo con
Dallagnol y que violan el ordenamiento legal vigente de su país.
En realidad el tratamiento selectivo de la información privilegiada de
parte de la Fiscalía es inaceptable y debe de terminar. En cualquier país
civilizado las fiscalías tienen un vocero oficial, el que da la misma
información a todos los medios.
Romero Caro expresa su
satisfacción de constatar que después de
casi 5 años en que empezó a criticar las graves irregularidades
del contrato del GSP y el desempeño de Odebrecht, el tiempo le está dando la
razón. “Lo mismo sucede con las alertas que emitió hace tiempo y reiteradamente
sobre el progresivo deterioro de la situación financiera de Odebrecht, el muy
reducido monto de la reparación civil y la falta de respaldo de la misma”,
El resto de los proyectos otorgados a Odb iba a quedar sin conocerse, ya
que la capacidad de la fiscalía de generar investigaciones propias sin estar
alimentadas fundamentalmente por las delaciones premiadas y documentos
proporcionados por los ex ejecutivos de Odb hasta el momento (y nada indica que
esto cambiaría en el futuro) ha sido nula.
Un factor indispensable
para llevar a buen puerto cualquier negociación es el nivel de credibilidad de
las partes involucradas. Sin ese factor, o una mínima parte del mismo, las
negociaciones fracasarán o serán prolongadas y más costosas. Y en el caso del
Grupo Odebrecht (Odb) la verdad no ha sido precisamente el sello distintivo de
su cultura empresarial.
Finalmente solo cabe
mencionar que cuando el equipo LJ exponía sus argumentos para justificar el
Acuerdo que se iba a suscribir con Odb su principal idea fuerza era que a
través del mismo íbamos a conocer toda la verdad. Y repetía este argumento
constantemente hasta que agarró fuerza el argumento que en el mejor de los
casos con el Acuerdo íbamos a conocer la verdad de solo los 4 proyectos
comprendidos en el Acuerdo.
Y la verdad sobre el
resto de los proyectos otorgados a Odb iba a quedar sin conocerse, ya que la
capacidad de la fiscalía de generar investigaciones propias sin estar alimentadas
fundamentalmente por las delaciones premiadas y documentos proporcionados por
los ex ejecutivos de Odb hasta el momento (y nada indica que esto cambiaría en
el futuro) ha sido nula.
Y la noticia que el
equipo especial investigará el caso de las planillas secretas, debe ser una
broma de mal gusto porque es inconcebible que ellos se “autoinculpen”. Es así
que, como ya hemos explicado, en el Acuerdo hemos dado mucho para recibir muy
poco. Y de otro lado hemos recibido mucho más que lo recibido en el Acuerdo con
Odb de parte del Consorcio Internacional
de Periodistas de Investigación y de las autoridades suizas.
Romero Caro destaca que toda esa valiosísima información
nos ha sido otorgada sin costo alguno. Por lo que es evidente que los
resultados de la negociación efectuada por el publicitado equipo LJ sobre el
Acuerdo con Odebrecht ha distado
muchísimo de maximizar los beneficios para la ciudadanía. Esa comparación muestra el fracaso de la
“negociación” del Acuerdo. Y los fracasos se pagan.
Palabras finales. Romero Caro a lo largo de un
gran esfuerzo ha logrado crear un interés general, para la prensa especializada y para la academia. Sin embargo, la lenta
justicia y las argucias
de los acusados, han creado
una historia confusa y con lenguaje lleno de esoterismos, que los
lectores van perdiendo interés,
porqué ya dejó de ser una larga novela por entregas.
Es un caso que
posiblemente en años venideros se sepa que
ese dinero ha sido para fundar nuevos
grupos con gran experiencia, como ocurrió con Mariano
Ignacio Prado. quien desertó de sus funciones como presidente de la República
del Perú el jueves 18 de diciembre de 1879. Escapó del Perú con rumbo a Estados Unidos. Evadió
con el nombre de John Christian, perteneciente a un familiar
suyo. Huyó en una nave inglesa Pacific Steam Navigation Company, según
documentos diversos que pueden ser consultados en cualquier librería o biblioteca municipal. No
se trata de ser pesimista sino de
advertir y continuar en el camino
de la justicia por el bien de
nuestras futuras generaciones.
Manuel Romero Caro: Economista
por la Universidad del Pacífico. Master en economía (Virginia Polytechnic
Institute and State University) y Bachiller en Administración de Empresas,
además de diversos cursos de post grado en BID, ESAN, University of Notre Dame,
etc. Ha sido gerente general y Presidente de la Corporación Financiera de
Desarrollo (Cofide), Decano del Colegio de Economistas del Perú y ministro de
Industria, Comercio, Turismo e Integración. Luego fundó y dirigió la consultora
Servicios para la Gestión Empresarial y en 1989 creó la revista Gestión que
luego se convertiría en el Diario Gestión.
Director Ejecutivo de la Unión de Cervecerías Peruanas Backus y
Johnston S.A.A. e integrante del Directorio en diversas compañías y gremios como
la Cámara de Comercio de Lima; la American Chamber of Commerce of Perú y la
Corporación Andina de Fomento (CAF). En la actualidad, se desempeña como
director independiente en diversas empresas.
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