Mientras unos programan
los espectáculos; otros aprovechamos la oportunidad para reflexionar sobre esta
fecha, inicio de la in-dependencia del Perú ante a España: Desde el 28 de julio
de 1821 Perú ya no tuvo la obligación de rendir las cuentas a España.
Sin embargo, la
proclamación de la libertad y la no dependencia no significó el inmediato inicio
de un nuevo orden; en muchos casos se siguió practicando la misma gestión de la
colonia porque los descendientes de los españoles siguieron beneficiándose de
los altos cargos del gobierno mientras los de la zona rural continuaron pagando
el pesado e injusto tributo por el hecho de ser indígenas.
La rebelión campesina
comandada por el alcalde pedáneo Pedro Pablo Atusparia y Pedro Celestino
Cochachín en el Callejón de Huaylas (Áncash) el 3 de marzo de 1885 fue por un
memorial pidiendo la exoneración de la contribución personal y la rebaja del
impuesto de la república. El déspota prefecto de Huaraz ordenó la detención, el
castigo y el corte de la trenza -símbolo de la dignidad- de Atusparia. La
rebelión fue sofocada sangrientamente por el ejército enviado desde Lima. El
presidente Miguel Iglesias, perdedor de la guerra con Chile; celebró la victoria
contra los indígenas mal armados.
El bicentenario es la
oportunidad para cuestionar a muchos dogmas culturales que nos impusieron los
conquistadores y genocidas europeos a través de la escuela, los libros, los medios de comunicación, los templos religiosos..
.
Colón
llegó a América ya descubierta y poblada
Cuando don Cristóbal
llegó a Abya Yala (nombre con que los kunas conocían a Indias Occidentales,
Nuevo Mundo, América) ya vivían millones de seres humanos en diferentes estados
de proceso cultural, ya tenía una milenaria historia bien o mal vivida.
Muchos viajeros de
América y de Asia (Mongolia, China Corea, Japón) siguen exclamando: ¡Parecen
hermanos! Es que los americanos y
asiáticos del Extremo Oriente se parecen mucho físicamente. Geográficamente, Asia
y América están muy cercanos. El Estrecho de Bering -nombre del explorador
danés Vinus Bering que cruzó este estrecho en 1728- separa Asia de América con sólo
85 kilómetros, y en ese estrecho hay dos islas: Diómedes Mayor en Siberia Rusa,
Diómedes Menor en Alaska, Estados Unidos.
Los cronistas de la
conquista narraron que los españoles estaban sorprendidos al encontrar gente de
diferentes colores de piel: amarilla, bronceada, blanca como en las orillas del
río Pánuco (México), negra como en Panamá. “Son
los indios de Darién y de toda la costa de Urabá y Nombre Dios de color entre
leonado y amarillo, aunque… se hallaron en Cuareca negros como de Guinea.”
(Francisco López de Gómara: “Historia general de Las Indias” p. 104. Biblioteca
Ayacucho, Caracas. Edición de Jorge Gurria).
Así que América, antes
de 1492, era un extenso territorio de islas y tierra firme poblado por gente sin
homogeneidad física y cultural.
Extra
christianismum, nula salus: Fuera del cristianismo, no hay salvación.
Los indígenas
americanos fueron obligados a vivir en reducciones para controlarlos y
evangelizarlos con mayor facilidad. Si no aceptaban la reducción y preferían
vivir lejos y dispersos, eran perseguidos y cazados. El verbo “aperrear” se
refiere a la cacería de los indígenas usando perros alanos y galgos. Si morían
los fugitivos, como sucedía muchas veces, eran comida de los perros. Vasco
Núñez de Balboa tenía dos perros muy famosos: Becerrillo y Leoncillo también
llamado Leoncico, que ganaban quinientos castellanos por cazar gente. Salario
superior al de muchos soldados.
Los indígenas, por ser
usados como bestias de carga, tenían mataduras en los hombros y espaldas. Eran
indios matosos.
Desde el siglo XVI los
conquistadores españoles, franceses, ingleses, portugueses y daneses se
repartieron las tierras con todos sus contenidos: agua, planta, animales,
minerales y gentes con sus creaciones culturales (caminos, palacios, templos…).
Entonces, todo se hizo en nombre de los reyes de España, Francia, Inglaterra,
Portugal y Dinamarca; también bajo la complacencia de los representantes de las
instituciones cristianas porque éstas también se beneficiaron.
Los
religiosos y las autoridades civiles competían ante el rey de España informando
sus hazañas y proyectos por escrito o por mensajeros. Los evangelizadores
tenían dos labores con los indígenas: evangelizarlos prometiéndoles la
salvación de sus almas, y convertirlos en vasallos leales y tributarios de la corona
europea.
Sin embargo, conviene
reconocer que, además de los dominicos Antonio de Montesinos y Bartolomé de las
Casas, hubo clérigos valientes que se arriesgaron a criticar, denunciar y
abogar por los indígenas americanos. Y, hasta aconsejaron al rey.
El
franciscano Luis Jerónimo de Oré denunció: “Las rencillas entre los
religiosos y administradores coloniales marcaron las relaciones entre los ‘dos
cuchillos’ –Iglesia y Estado, como los llamó el obispo Gaspar de Villarroel– en
las Indias españolas, y en la Florida no fue excepción” (Luis
Jerónimo de Oré: “Relación de los mártires de La Florida” p. 35. Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima, 2014. Edición de Raquel Chang-Rodríguez).
El
franciscano Toribio de Benavente o Motolinia denunció el genocidio en las islas
del Caribe: “[…] los españoles que si por los frailes (franciscanos) no
fuera ya no tuvieran de quien ser servidos, ni en casa ni en las estancias, que
todos los hubieran ya acabado como parece por experiencia en Santo Domingo y en
las otras islas, adonde acabaron los indios” (Toribio de Benavente o Motolinia:
“Historia de los indios de la Nueva España”, pp. 116-117. Editorial Porrúa,
México, 1990. Edición de Edmundo O’gorman).
El
obispo Francisco Marroquín escribió desde Guatemala un sabio consejo a Carlos
V: “Conocerlos hemos. Conocernos han”.
¡Cuánta razón tenía ese clérigo del siglo XVI!
La
Junta de Valladolid, 1550-1551, es famosa por la polémica entre dos clérigos de
ideas e intereses opuestos: Juan Ginés de Sepúlveda defendió la guerra justa de
la conquista con el argumento de que los pobladores del Nuevo Mundo no tenían
alma; ergo no eran seres humanos. Bartolomé de las Casas, quien sí conocía las
islas del Caribe y tierra firme, defendió los derechos de los pobladores del
Nuevo Mundo.
Los viajes de Colón, Universidad de Bologna |
En el
siglo XX, el poeta chileno Neftalí Reyes Basoalto también hizo referencia al
despojo y genocidio.
“Los carniceros desolaron las islas.
Guanahaní fue la primera
en esta historia de martirios”.
(Pablo Neruda: “Canto General” p. 157. Editorial Cátedra, Madrid, 2011).
En Perú, el
repartimiento de la tierra y el agua no terminó con la declaración de la
independencia (28 de julio de 1821). Continuó. Los peruanos criollos y
mestizos, que se apoderaron del poder, siguieron repartiéndose las mejores
tierras y las fuentes hídricas. Obraban libres porque ya no tenían a quien
rendir las cuentas. Valles, cerros y quebradas pasaron a ser propiedades
privadas gracias a los papeles sellados. Así las comunidades nativas fueron
reduciendo sus espacios por no contar con los títulos de propiedad otorgados
por las oficinas legales.
Hablando sobre la
rapacidad y voracidad de los conquistadores españoles surge la siguiente
pregunta y su respectiva respuesta: “¿Qué
ocurrió con la población aborigen del valle de Lima?
Esta población ha sido
eliminada para hacer desaparecer de raíz las trabas en la apropiación de la
tierra por parte de los invasores hispanos y sus descendientes”
(Mario
Cárdenas Ayaipoma: “La población aborigen en Lima colonial”, p. 23. Congreso
del Perú, 2014).
Mientras redactaba este
artículo leí una noticia: El 10 de noviembre en Los Ángeles, Estados Unidos, se
retiró una estatua dedicada al italiano Cristóbal Colón, conocido como el
descubridor de América.
En el acto de la retirada de la estatua, Hilda Solís,
supervisora del condado, pronunció el discurso en que justificó el acto: “La
estatua de Cristóbal Colón reescribe un capítulo manchado de la historia que da
una visión romántica de la expansión de los imperios europeos y la explotación
de los recursos naturales y los seres humanos” (El País, 12-11-2018).
Dibujos de Felipe
Guaman Poma de Ayala: “Nueva corónica y buen gobierno”
1. CORREGIDOR DE MINAS/
COMO LO CASTIGA CRVUELMENTE a los caciques principales los corregidores y
jueces con con poco temor de la justicia con deferentes castigos cin tener
misericordia por Dios a los pobres/ en las minas. (folio 525)
2. PADRES/ FRAILE
DOMINICO MUI colérico y soberbioso que ajunta solteras y biudas, deziendo que
[e]stánamanzabas/ Adjunta en su casa y haze hilar, texer rropa de cunbe, auasca
en todo el rreyno en las doctrinas. / doctrina/ (folio 645)
A pocos años del
Bicentenario de la Independencia del Perú, desde las urbes las autoridades siguen
dando licencias a las empresas ávidas de explotar las riquezas naturales en
áreas rurales donde hay gente que vive por siglos y milenios. Esos campesinos
viven en contacto con la naturaleza a la que aman como a su propia familia, por
algo la llaman Pacha Mama (Madre Tierra) y Yaku Mama (Madre Agua).
Cuando no hay
información y consulta previa surgen los conflictos que muchas veces terminan
en muertes lamentables. Las autoridades evaden su responsabilidad diciendo: Yo
ordené, pero no ejecuté.
*Francisco Carranza Romero
Profesor de la Universidad de Corea del Sur
Profesor de la Universidad de Corea del Sur
1 comentario:
Pa thanks for sharing.
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