Papel de Arbol
martes, 17 de abril de 2018
MENOS PROMESAS, MAS REALIDADES
17 Abr, 2018
Manuel Romeo Caro
Fundador de Gestión, primer diario de economía y negocios del Perú
El 13 y 14 de Abril, se desarrolló en Lima la Octava Reunion de las Américas, cuyo temario principal, a propuesta del país anfitrión fue el cómo afrontar la corrupción y la gobernabilidad.
Imaginémonos por un momento que al inaugurarse la Cumbre, PPK no hubiera renunciado ni tampoco hubiera podido ser vacado por estar moralmente incapacitado. ¿Se imaginan el papelón si PPK hubiera inaugurado el evento?
De otro lado, ¿qué éxitos puede exhibir el país en materia de lucha contra la corrupción?; por ejemplo, en el caso Odebrecht: ¿cuántos acusados ha denunciado el Ministerio Público? (ninguno); ¿y el papel del Congreso, que luego de quejarse que la Fiscalía no informa sobre las negociaciones con Odebrecht; a través de la Ley 30737 lo autoriza a disminuir las reparaciones establecidas por la Procuraduría?
Y en el otro itemn sobre cómo afecta la corrupción a la gobernabilidad, creo que nuestra experiencia en los últimos meses es el mejor ejemplo que han podido analizar los invitados a la Cumbre.
Afortunadamente, se procesó un cambio de mando constitucional. Pero tampoco es que seamos un ejemplo de gobernabilidad. Ya que todos sabemos que el Gobierno de Martín Vizcarra depende fundamentalmente de las “buenas relaciones” con la mayoría del Congreso (especialmente con Fuerza Popular).
En lo que a la Cumbre se refiere, luego del escándalo de corrupción regional de Odebrecht, había una obligación de pronunciarse al respecto. Por lo que, a diferencia de las dos últimas Cumbres, se logró el Compromiso de Lima. Ahora de lo que se trata es de ejecutar lo acordado para que no se repita lo de las recomendaciones de la Comisión Presidencial de Integridad. Ya que de las 100 medidas propuestas solo se ha ejecutado un porcentaje ínfimo.
Por lo que se esperan hechos y no promesas de parte del presidente Vizcarra. El, desde el primer mensaje, apenas asumiera el cargo, le otorgó la primera prioridad a la lucha contra la corrupción. Las encuestas demuestran que ese objetivo es más urgente que la reactivación económica y la seguridad ciudadana.
Se trata es de recuperar el tiempo perdido en gobiernos anteriores y en el de PPK, que lejos de avanzar, puso obstáculos. Estamos en un país sobre diagnosticado poco dipuesto a luchar contra
la corrupción. Por lo que resulta imperativo pasar de los discursos a la acción, la ciudadanía está cansada de promesas y exige realidades.
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