Desde Diario16 y
siguiendo nuestra línea editorial, que no tiene más compromiso que la
conciencia social y la ética, aplaudimos y nos sumamos a este decálogo, como
muestra de la labor que venimos realizando.
Sin lugar a dudas, vivimos un momento
crítico en lo que a libertad de expresión se refiere. Los ataques persistentes
a la manifestación de ideas, posicionamientos políticos, y a cualquier puesta
en marcha de mecanismos de reflexión y debate que pudieran hacernos repensar el
mundo en el que vivimos, nos preocupa de una manera profunda. Sobre todo
si consideramos como en Diario16 repetimos una y otra vez, que la corrupción en
los medios de comunicación y en las editoriales es mucho más dañina y
destructiva para la sociedad, que la corrupción política y empresarial. En ésta
se le hurta al pueblo derechos materiales. En la primera, libertad, conciencia
y dignidad.
Y es que los medios de comunicación son,
como ya es por todos conocidos, un arma muy poderosa: solamente los pueblos
informados y formados podrán tener herramientas para la elaboración de análisis
críticos, fundamentales en la toma de conciencia, posicionamiento y acción
social. Desgraciadamente, somos también conscientes de que, sabedores del
poder, no pocos medios de comunicación han decidido ponerse del lado de quienes
ocultan, manipulan y que, valiéndose de la colaboración de éstos, someten a la
población a una oscuridad y confusión que no puede considerarse de otra manera,
salvo un ataque a la democracia.
Ejercer a día de hoy el Periodismo en
nuestro país es arriesgado y prácticamente un acto de valentía. Los ataques
recibidos por profesionales, editoras y cabeceras dignos y libres, su pérdida
de libertad , la mordaza que desde el Gobierno amenaza las plumas libres, hacen
de nuestra profesión una difícil tarea.
Y ahora más que nunca, desde Diario16
consideramos fundamental hacer un esfuerzo colectivo para que los medios de
comunicación informen de manera libre, veraz, y siguiendo siempre las pautas de
la ética periodística. Cosa que, por desgracia, en no pocas ocasiones queda en
desuso.
Suscribiendo todos y cada uno de los
puntos que en el manifiesto presentado se detallan, desde esta casa
añadiríamos uno que nos parece fundamental: la transparencia exigible en lo que
a la financiación de los medios de comunicación se refiere. Toda su
financiación. Ya sea institucional o privada. Entendemos que es precisamente en
este punto donde ha de plasmarse la honestidad de una actor informativo: sus
lectores, televidentes, radioyentes deben tener la posibilidad de saber quién o
qué hace posible que determinada información sea conocida (o desconocida), el
sesgo editorial de las opiniones que publica, así como el equilibrio adecuado
que debe existir desde las instituciones públicas a la hora de garantizar la
pluralidad informativa. Necesario, en este sentido, un instrumento de
transparencia sobre quiénes son sus accionistas finales con declaraciones
juradas y el exponer públicamente, vía auditoría externa, el origen de sus
fondos y las cuentas de venta de publicidad, de cuentas de explotación,
balances, libro mayor, registro de contratos mercantiles, relación de
patrimonio y cuenta de pérdidas y ganancias. Con la inclusión de este punto, apoyaríamos
desde Diario16 la plataforma.
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