Jorge Zavaleta Alegre
Si no se alienta el respeto de cada
lengua será imposible construir la paz en la tierra. La Ciudadanía Mundial
(ECM), uno de los pilares de la Agenda 2030 de Educación, se propone que
los estudiantes, deben buscar o tener una mirada crítica, a que permanezcan
socialmente vinculados, y respeten la diversidad, sean responsables y adopten
compromisos éticos.
La creciente migración del presente
siglo invita a reflexionar sobre este proceso que no conduce a la
integración universal de las culturas, sino al creciente enfrentamiento
entre nacionalidades, religiones y credos políticos.
La propuesta de la Unesco, de
alentar el multilingüismo, como un camino sólido para entender y
construir sociedades con futuros sostenibles, comienza a tener
crecientes obstáculos.
En febrero del 2017, la
Organización Internacional de la Francofonía (OIF) para dejar su huella en
el Día de la Lengua, lanzó el lema “Hacia futuros sostenibles a través de
la educación multilingüe”. En ese discurso, el llamado Desarrollo
Sostenible (ODS) tiene que encontrar su principal sostén en
el dominio de la primera lengua o lengua materna, con la cual se
adquieren las habilidades básicas de lectura, escritura y aritmética.
Además, las lenguas locales –
especialmente las minoritarias e indígenas – transmiten culturas, valores y
conocimientos tradicionales, desempeñando así un papel importante en la
promoción de un futuro sostenible.
Veamos la experiencia de Bangladesh,
país que sigue desempeñando un papel activo en respaldar la promoción de la
diversidad lingüística y cultural. El gobierno de Bangladesh creó el Instituto
Internacional de la Lengua Materna para que funcione como polo regional de
investigación con el fin de promover y proteger todas las lenguas maternas,
incluidas aquellas que están a punto de desaparecer o que ya han desaparecido.
Otro caso es el de Bolivia. Su embajador ante la Unesco, Sergio Cáceres García, explica la experiencia, la riqueza y las dificultades de la integración de las 36 lenguas indígenas existentes en su país. Bolivia se ha comprometido con el mundo a fomentar la educación intercultural y multilingüe, y a utilizar las lenguas maternas en el aprendizaje y en todos los aspectos de la vida ya que estas contribuyen al desarrollo. Paraguay sigue defendiendo el guaraní como lengua nacional.
Los docentes bolivianos consideran
que el uso de una educación multilingüe de calidad conduce a futuros
sostenibles con miras a facilitar la participación e incidencia en la sociedad,
a dar acceso a nuevos conocimientos y expresiones culturales, y contribuir de
este modo a promover una educación para la ciudadanía mundial.
Irina Bokova, Directora General de la
UNESCO, declara: “La educación y la información en la lengua materna son
absolutamente indispensables para mejorar el aprendizaje y fortalecer la
confianza y la autoestima que forman parte de los motores más potentes del
desarrollo”.
La enseñanza y el aprendizaje de la
historia de los genocidios, recomienda el lingüista Martin
Allinger/Shutterstock. La enseñanza de cuestiones relativas al Holocausto
y la prevención de otros genocidios proporciona respuestas eficaces y una gran
riqueza de recomendaciones para los interlocutores del ámbito educativo.
En este horizonte, las
Bibliotecas, con sus preciados archivos, son las
instituciones llamadas a proteger la seguridad y los derechos de todos.
Igualmente, demostrar los peligros del prejuicio, de la discriminación y
de la deshumanización, ya sea con respecto al antisemitismo que alimentó el
Holocausto u otras formas de racismo e intolerancia.
La complejidad del fenómeno no puede
ignorar la variedad de trayectorias migratorias y orígenes de las
poblaciones, pluralidad de los modelos institucionales que fijan las relaciones
entre Estado e iglesias.
En Europa, como en EE UU, coexisten
varios grupos de musulmanes. En ambos casos, los “musulmanes históricos”
llegaron antes de las olas migratorias. Se trata de musulmanes afroamericanos,
descendientes de los esclavos en EE UU, o bien de musulmanes de los imperios
coloniales (con múltiples estatus), como en Gran Bretaña o Francia.
Luego están los musulmanes surgidos
de los movimientos migratorios posteriores a la Segunda Guerra mundial. Son los
que se denominan musulmanes poscoloniales, musulmanes “demográficos”, los
“hijos de inmigrantes” o “jóvenes procedentes de la inmigración” en Europa. Es
difícil saber con exactitud cuántos de ellos han obtenido la nacionalidad de su
lugar de residencia (si no la tenían ya, como en el caso británico). La
última categoría es la de los musulmanes “de paso”, los que no se quedan.
En ambos contextos, el europeo y el norteamericano, es imposible cuantificar las poblaciones musulmanas. Ahí el islam se ha convertido, como en Europa, en una cuestión pos migratoria, pero siempre engarzada en las problemáticas del racismo, la discriminación y las desigualdades.
En ambos contextos, el europeo y el norteamericano, es imposible cuantificar las poblaciones musulmanas. Ahí el islam se ha convertido, como en Europa, en una cuestión pos migratoria, pero siempre engarzada en las problemáticas del racismo, la discriminación y las desigualdades.
Las divisiones internas de las
poblaciones musulmanas impiden hablar de una sola y única comunidad, y generan
abundantes debates sobre el liderazgo, ya sea religioso o político, de las
comunidades musulmanas. El islam negro americano y el islam de los inmigrantes
no comparten ni los objetivos ni las estructuras. Estas líneas distintivas
coinciden de nuevo con fronteras étnicas y lingüísticas, experiencias históricas
diferentes, además de distinciones intergeneracionales y de género, nos explica
en diversos textos, Fernando F. Herrera Lima.
La historia del capitalismo está
marcada por importantes desplazamientos de grupos humanos que se han visto en
la necesidad de abandonar sus lugares tradicionales de asentamiento para
dirigirse hacia donde las necesidades de la acumulación de capital los han
convocado, escriben Castles y Miller, 2004, Hobsbawm.
La gran ola migratoria hacia
Norteamérica de los campesinos y los artesanos excluidos del nuevo mundo
industrial en el fin del siglo XIX y principios del XX, son hitos de esa
historia migratoria; que tiene otros importantes momentos en la diáspora judía
frente al ascenso y consolidación del nazismo y en los desplazamientos forzados
de campesinos rusos hacia distantes e inhóspitos destinos en la dictadura estaliniana.
En América Latina, los procesos
tardíos de industrialización en varios países (Argentina, Brasil, México)
implicaron igualmente muy importantes desplazamientos del agro a la industria y
del campo a la ciudad. Por supuesto, los procesos políticos impactaron de
manera significativa dichos procesos de traslado masivo de la población entre
diversas regiones y países.
El ascenso de las dictaduras en
Latinoamérica, por ejemplo, tuvo como consecuencia el reasentamiento de
numerosos grupos de gente de Argentina, Brasil, Cuba, Uruguay y Centroamérica y
el Caribe en varios países de acogida, entre los que destaca México, cuando
éste aún practicaba su loable tradición (hoy abandonada) de brindar refugio a
los perseguidos, como había sido el caso de los exilados españoles de la
república.
La migración internacional se dirige
principalmente, como es lógico suponer, hacia las economías del mundo que
presentan las mayores potencialidades de creación de empleos y que, pese a que
los trabajadores migrantes encuentran en ellas acomodo en los nichos laborales
más precarios, les ofrecen salarios considerablemente superiores a los que les
sería factible encontrar en sus países de origen.
.
Destaca en este campo, por supuesto,
Estados Unidos, que concentra la mayor cantidad de personas migrantes en el
mundo y que genera la mayor cantidad de remesas a nivel global.
En el conjunto, destaca la
importancia de las migraciones recientes desde América Latina y desde Asia, en
especial a partir de los años ochenta, y la pérdida de peso de la inmigración
europea.
La lucha contra la migración no autorizada es uno de los principales
ejes de la acción de toda la derecha neoliberal del mundo. Tanto en la Unión
Europea (Berlusconi y Jean-Marie Le Pen son un ejemplo destacado) como en
Norteamérica, ahora con el liderazgo de Trump.
¿Qué sucederá cuando la crisis
económica se revierta, si es que eso sucede en Estados Unidos? Predecir es
difícil, especialmente si se trata del futuro, decía más o menos el destacado
físico Niels Bohr, en una frase muy citada en los últimos tiempos de
incertidumbre. Pero difícilmente puede esperarse que se reviertan las causas de
la emigración en los principales países emisores de migrantes hacia la
potencia.
.“Los estadounidenses blancos no
quieren discutir sobre la identidad, ¿quiénes somos?”, dijo Richard Spencer, de
38 años, un escritor y activista de Montana que se dedica a estudiar “la
herencia, identidad y el futuro de las personas de ascendencia europea en
Estados Unidos”. Según Spencer, Trump “llevó la política de identidad de la
gente blanca a la esfera pública como nadie lo había hecho”.
El Diario Nueva York, destaca los
temores de la inmigración. Los expertos en demografía han advertido que en
el futuro próximo, los blancos no hispanos serán una minoría de la población
estadounidense. En estados como Texas o California, y en cientos de ciudades y
condados, el futuro ya llegó.
Esta nueva generación de
nacionalistas evita las trampas de la antigua supremacía blanca, por lo que se
apropian del lenguaje de la multiculturalidad para presentarse como personas de
raza blanca con objetivos similares a los de La Raza y otras organizaciones de
derechos civiles. Se hacen llamar “realistas raciales” o “identitarios” y son
unos conservadores que se centran más en la herencia racial que la ideología.
Pero las descripciones que Trump hace
de los inmigrantes, como transmisores de enfermedades y responsables de
crímenes violentos y la decadencia social, encontraron una resonancia
particular en el discurso de este sector de la sociedad blanca.
Y el inglés sin ser la lengua oficial, porque no figura en la Carta Constitucional, impera en todas las actividades de los EEUU, y el español, segunda lengua, es un idioma de segunda clase, adscrita a las relaciones laborales de los marginales. Inclusive, las plazas de humanidades y lenguas foráneas ya no tienen los presupuestos de años atrás, Sus Universidades habían invertido sumas altas en esa línea, pero las actuales políticas de Estado, basadas en un soterrado racismo, deja de lado la educación humanista.
Y el inglés sin ser la lengua oficial, porque no figura en la Carta Constitucional, impera en todas las actividades de los EEUU, y el español, segunda lengua, es un idioma de segunda clase, adscrita a las relaciones laborales de los marginales. Inclusive, las plazas de humanidades y lenguas foráneas ya no tienen los presupuestos de años atrás, Sus Universidades habían invertido sumas altas en esa línea, pero las actuales políticas de Estado, basadas en un soterrado racismo, deja de lado la educación humanista.
La administración Trump acaba de
proponer medidas para que el proceso de investigación de antecedentes de los
solicitantes de visas de EEUU sea la más dura e invasiva de la
historia. Las nuevas regulaciones permitirían al Departamento de Estado
investigar profundamente el pasado de cada uno de los solicitantes de
visado. Desde información de sus redes sociales, historial de empleo,
viajes hasta los números telefónicos utilizados durante los últimos cinco años.
Llegamos a la tercera década del siglo XXI y el discurso de Kafka, sobre
América deja solo recuerdos de un sueño: "En América el arte es
la única esperanza, una ficción, no obstante, que tiene más posibilidades de
ser cierta que lo que la historia registra como los quinientos años del
descubrimiento de América, forma de realización y de reencuentro que aparece a
través de la aprehensión de lo insondable, secreto y extremadamente oscuro de
la experiencia americana o el peligro latente de auto-negación y de
muerte".
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