Papel de Arbol

viernes, 17 de febrero de 2017

EL MIGRANTE, por Jorge Zavaleta Alegre



Jorge  Zavaleta Alegre
Miles y miles de emigrantes irlandeses, rumanos o italianos llegaron a Estados Unidos  a  principios del siglo  XX.  Lo hicieron porque en el país de origen se vivía mucho peor que en nuevo  destino. Fueron tiempos  en los cuales  las capas más pobres de la sociedad europea  cruzaron el Atlántico. No es necesario retroceder más la memoria escrita con sangre.

La decepción fue grande cuando llegaron con unas esperanzas al país de las oportunidades y se encuentran finalmente con que son explotados de la manera más brutal por los grandes capitalistas neoyorkinos, y en muchas ocasiones acaban como vagabundos recorriendo los caminos y carreteras de los distintos estados que forman parte del país, como Delamarge, Robinson, recuerda Rómulo  Gallegos al analizar la obra  de Franz Kafka  y el Valle de Oklahoma.

Hoy, los estudiantes de las principales universidades norteamericanas  tienen el  discurso mucho más claro de solidaridad con la migración que los propios latinoamericanos, que al lograr su legalidad, sienten que la agresión del gobierno republicano no es un asunto de ellos. El individualismo, llega a la indiferencia. Los medios de comunicación de habla hispana  tampoco apoyan con el énfasis necesario. 

El NY Times, por ejemplo, es mucho más claro y elocuente que respalda el aporte económico y cultural de la migración a los  EEUU. Más que solidaridad parece aprovechamiento político  de los parlamentarios de la  Comunidad Andina, con sus cifras  y sus comunicados de prensa. 

Peor aún las sedes de las embajadas  con su silencio y su personal  contagiado de anomia.  La anunciada  visita a la  Casa Blanca, de  los presidentes de Perú y Argentina,  no pasará de gestos diplomáticos, porque la convocatoria tiene propósitos de  dividir a  la Región  Sur.

Las  agencias  europeas destacan cifras del Centro de Estudios Migratorios (CMS) de Nueva York. Informa que entre 15 % y 20 % de los  11 millones de inmigrantes indocumentados  que viven los EEUU, (unos  2,2 millones) podrían regularizar su situación migratoria con las leyes actuales. Lo importante es arrancar esta decisión antes que las propuestas del  gobierno republicano lleguen al Legislativo. Los senadores demócratas promueven anulación de la orden ejecutiva de Trump contra inmigrantes.

Se asegura que, con la legislación actual, un gran número de indocumentados podría lograr un permiso de residencia en Estados Unidos si conocieran bien todas las posibilidades que tienen a su alcance. CMS indicó que el actual grupo de profesionales que trabajan en favor de los inmigrantes puede suponer un “antídoto” a su situación, y recomienda hacerlo antes de que la Administración del presidente Donald Trump impulse “políticas draconianas” que pueden causar “devastación”.

Entre otras cosas, señala el informe que  Trump podría acabar con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), del que se benefician cerca de 750,000 jóvenes inmigrantes que llegaron al país de la mano de sus padres indocumentados.

CMS aboga por “expandir y apoyar” a la comunidad de profesionales en leyes que trabajan con inmigrantes para que  tengan más opciones de lograr la residencia y una futura ciudadanía.  

LA ONU, SOLO DISCURSOS 
En el  Día Internacional del Migrante, 18 de Enero, la ONU, a través de su secretario general,  dice: “Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que adopte medidas en relación con el pacto mundial para una migración segura, regular y ordenada como contribución importante a la creación de un mundo de paz, prosperidad, dignidad y oportunidades para todos».

Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, recuerda que a lo largo de la historia de la humanidad, la migración ha sido una expresión valiente de la determinación individual de superar la adversidad y buscar una vida mejor. En la actualidad la globalización, junto con los avances en las comunicaciones y el transporte, han incrementado en gran medida el número de personas que tienen el deseo y la capacidad de mudarse a otros lugares.

Esta nueva era ha creado retos y oportunidades para sociedades en todo el mundo. También ha servido para subrayar el vínculo que hay entre migración y desarrollo, así como las oportunidades que ofrece para el co-desarrollo, es decir, para la mejora concertada de las condiciones económicas y sociales tanto en el lugar de origen como de destino.

La migración atrae en la actualidad cada vez más atención. Mezclados con factores de incertidumbres, urgencia y complejidad, los retos y dificultades de la migración internacional requieren una cooperación fortalecida y una acción colectiva. Las Naciones Unidas están jugando de forma activa un rol catalizador en esta área, para crear más diálogos e interacciones entre países y regiones, así como para impulsar el intercambio de experiencias y las oportunidades de colaboración.

El 19 de septiembre de 2016, la Asamblea General aprobó un conjunto de medidas durante la primera cumbre en la historia sobre los desplazamientos de migrantes y refugiados. Estas obligaciones contraídas por los Estados Miembros se conocen bajo el nombre de la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes (o simplemente la Declaración de Nueva York). En ella se reafirma la importancia de la protección internacional de estas personas y se subraya la obligación de los Estados de mejorarla. Este documento allana el camino para la aprobación de dos nuevos acuerdos mundiales en 2018: uno sobre refugiados y otro sobre la migración organizada, regular y en condiciones de seguridad.


La ONU, al parecer, más allá  de sus comunicados de prensa  y sus voceros, no  es la  entidad que articula el significado  social, económico e histórico de la migración. La ONU, con sede en Nueva  York, es un edificio sin concurrentes.  Las  manifestaciones más elocuentes de solidaridad son jóvenes  y  empresarios con éxito  de algunos comercios  de las principales calles  de Nueva York que  cerraron sus  puertas. 

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