Papel de Arbol

lunes, 27 de febrero de 2017

ECUADOR EN LA LINEA MERIDIONAL



Pinturas:   July Balarezo Alayo - Lima, Una aldea en los Andes
Oswaldo  Guayasamín, Ternura, Museo en Quito
Texto: Jorge Zavaleta Alegre 
Mi infancia  fue influenciada por la radio. Las emisoras del  Ecuador  cubrían, con extraordinaria claridad, el  firmamento. Las ciudades del Callejón de Huaylas, al pie de una cadena de nevados, tenían como compañía, los pasillos y   sanjuanitos,  y pasajes literarios de Huasipungo. Eran tiempos en los que la  enemistad oficial, alimentada por los gobiernos de Perú y Ecuador, era una  fuente de corrupción, en una incontenible carrera armamentista.  Cuando, años después, en 1965,  viajamos con mis compañeros  de la  Universidad de Trujillo, comprobamos que la solidaridad ecuatoriana era amplia, generosa.

En las líneas siguientes,  una pequeña  explicación. Un compañero de promoción, que nos daba  lecciones de periodismo gráfico,  Gustavo Álvarez, llevó una exposición de fotografías del  Gran Pajatén, ciudadela de piedra y madera, construida antes de la  cultura Inca, en la Amazonía del departamento  de La Libertad, en el Norte del Perú, cruzando el caudaloso Marañón.

El nacionalismo alimentado en las aulas peruanas nos traicionó. Visitamos al  entonces  embajador peruano en Quito para solicitarle  un espacio que permitiera  la exposición gráfica. Y el diplomático de Torre Tagle, prácticamente nos expulsó  de su recinto. Nos dijo que sería una provocación para alejar aún más las relaciones. Y con la puerta en la cara, nos fuimos  a la  Casa de la  Cultura de Ecuador donde nunca nos imaginamos que la acogida iba ser tan generosa. “Gracias por  venir a esta casa, que es de todos, regresen mañana para darles respuesta”, nos dijo su Director.

Estuvimos en la cita, antes que se abrieran las puertas de la institución.  Y coincidimos con el Director. “Pasen, pasen, este  es el ambiente asignado”. Las  cincuenta imágenes del Pajatén estaban colgadas  en marcos de madera y con una pormenorizada explicación de lo que significaba el  trabajo del periodista.  Les agradezco por su contribución.  Y luego invitó a GA a firmar  un recibo  como pago por la contribución al conocimiento  y la necesidad mantener  la unidad de los pueblos vecinos.

El Ecuador ha sido y es tierra de artistas. Esta tradición hunde sus raíces en el remoto pasado, que reaparece con múltiples creaciones de cerámica y metalurgia, que ha rescatado la arqueología.

Hacia finales del siglo XIX, varios artistas conformaron  la avanzada de un arte, la pintura, que ocupará un papel predominante en el panorama de la cultura contemporánea del país. Obras importantes como Capilla del hombre, El tamaño sí importa, del artista Roberto Jaramillo, obtuvo el premio Adquisición Salón Mariano Aguilera, 2005. Otra muestra famosa es Perchero, de la artista Mariana Fernández de Córdova, el mismo que está elaborado en metal, hierro forjado y aserrín encolado.

Sin duda el pintor contemporáneo  es Oswaldo Guayasamín, cuyo museo en Quito es  un lugar de imprescindible visita.

La literatura ecuatoriana se ha caracterizado por ser esencialmente costumbrista y, en general, muy ligada a los sucesos exclusivamente nacionales, con narraciones que permiten vislumbrar cómo es y se desenvuelve la vida del ciudadano común y corriente.

De escritos antes de la llegada de los españoles, no se tiene ningún registro. En la época colonial en cambio, existen varios escritos de indígenas ecuatorianos en quechua. El más famoso de ellos es la llamada Elegía a la muerte de Atahualpa, atribuida a Jacinto Collahuazo, un cacique nacido en las cercanías de la ciudad de Ibarra. En  poesía, el máximo representante en Ecuador para esta época es el padre Juan Bautista Aguirre (1725-1786), nacido en Daule. Otros artistas  coloniales ecuatorianos son Antonio Bastidas y Jacinto de Evia.
July Balarezo, (Trujillo-Lima 2013) Taller Mestres Barcelona-Lima

Precisamente, la novela Cumandá con las rebeliones indígenas de la época,  es un  libro de A. La Costa como correlato del afán integrador alfarista, el realismo social, el relato urbano, las corrientes narrativas a partir de los setenta o el joven relato actual con la migración como fenómeno sociodemográfico de referencia. 

Tal vez el argumento más convincente a favor de la rebelión de Jorge Icaza es que la miseria del indio es incesante; el sufrimiento del indígena en sus relatos aún persiste. Fue el representante de la novela indigenista.  En 1933 su obra teatral El dictador recibió duras críticas de las autoridades, por lo que comenzó a escribir novelas y, aunque abrió una librería, nunca abandonó su cargo gubernamental.

La publicación de su primera novela, Huasipungo (1934), es la novela indigenista.  La crítica despiadada de los abusos del capitalismo y de la explotación de los indígenas, fue recibido con desagrado por las clases más pudientes de la sociedad ecuatoriana y por la Iglesia, y muchos lo criticaron afirmando que era un libro pobremente construido y escasamente interesante, mientras que otros alabaron la fuerza y la belleza del lenguaje, y su maestría a la hora de describir los ultrajes a los que eran sometidos los pueblos indígenas.


Los tiempos no  han cambiado  mucho. Solo una muestra:  Chevron, adeuda a las  comunidades del  Ecuador la suma de 19 mil millones de dólares, según el fallo judicial,  por la muerte de centenas de pobladores durante la explotación de petróleo con tecnología inadecuada  y la contaminación de las  fuentes de agua. Esta seguirá siendo una de las tareas más  importantes  del nuevo presidente del  Ecuador, Lenín Moreno, como  sucesor de Rafael Correa, según  las explicaciones de los pueblos fronterizos como la región de Tumbes, en  Perú, donde Lenin Moreno apoyó a través de la Misión Manuela Espejo, que brinda ayuda a la gente discapacitada en todo el Ecuador, sentimiento que emerge en las filas de  Alfaro Vive, movimiento popular que formó parte en su juventud, según nos explica el sociólogo Julio Rojas, en  La Aldea de Oro, en coautoría del sismólogo Julio Kuroiwa, libro que la Comunidad Andina presentó en su  sede en Lima, a fines del 2013.

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