El autor de este comentario, abogado egresado de la Pontificia Universidad Católica del Perú y músico, es promotor indesmayable de Huaylas, la Aldea de Oro, cimiento del desarrollo de los valores locales.
En un momento de su vida, desde la Empresa Pública, alentó el turismo, a partir de su tierra natal. Junto con sus seis hermanos y amigos impulsó la educación cultural. La Lira Huaylina con 71 años de actividad ha logrado que los pueblos vecinos sean visitados por viajeros de mundos lejanos, lección de vida para la diáspora y la necesidad de voltear los ojos a los caminos andados.
El giro social del Club Unión, ubicado en la Plaza de Armas de Lima, explica su aporte a la integración del migrante andino. Desde hace varias décadas, ha dejado de ser un auditorio que antaño simulaba ser una versión del excluyente Club Nacional. Con el intenso trabajo de huaylinos, esa institución pudo abrir sus ambientes a poetas, escritores, músicos, pintores de lejanas tierras. Fidel Villegas, parlamentario ligado a los programas de Cooperación Popular, fue distinguido con la Lampa de Oro, que el arquitecto Fernando Belaúnde, entregó a la Municipalidad de Huaylas. (NE)
Por David Flores Vásquez*
Muy plausible la labor de Rómulo Pajuelo desde El Inka, revista de la provincia de Huaylas, cuya larga trayectoria es todo un mérito sobre todo su se tiene en cuenta los espacios tan difíciles en donde se desenvuelve.
Respecto al cambio de nombre del Departamento de Ancash por Huaylas, independientemente de quien lo preconice, ya es un tema antiguo. Creo que una seria propulsora de la idea fue doña Teresa Espinoza de Martínez, distinguida historiadora caracina. A ella han seguido otras personas. Creo que sobre el particular conviene una pincelada:
Conocí a Teresa cuando ingresé al Colegio "2 de Mayo" en 1948. Ella estaba ya en 5° de media en donde era su condiscípulo, Marino Martínez, el actual Notario, con quien formó familia. Ella con muchos fundamentos arguyó que Huaylas es un nombre que corresponde a la Región por cuanto, en primer lugar, existió la Cultura Huaylas que se asentó en el actual Distrito de Huaylas y, desde allí, se extendió por todo el Callejón. Por eso le dio su nombre. El nombre de Región Chavín que se le dio y conserva, siempre fue cuestionado.
Al proclamarse la Independencia del Perú, uno de los cuatro Departamentos que creó San Martín fue el Departamento de Huaylas que comprendió el actual Ancash y parte de Junín. Soy de la idea que el vigoroso "huayllash" que se baila en Huancayo y en Junín en general, tiene su nombre en ese hecho. Tenemos que recordar que los Huaylas siempre fueron vigorosos y guerreros. Fueron los únicos que intentaron detener el avance de Pachacutec y cayeron valientemente en Yahuarpampa, ceerca de Jimbe. Fue grato que me recordaran este hecho distinguidos amigos cusqueños, conocedores de la historia, en uno de los innumerables viajes que hice a la Capital Imperial.
Que los Huaylas fueron rebeldes siempre lo confirma Luis E. Valcárcel en su monumental obra "Historia del Perú Antiguo" pues como "mitimaes" fueron llevados al altiplano. Es obvio que hubo un intercambio como se estilaba entonces. Unos puneños fueron a Huaylas. Eso explica que en Huaylas existan palabras aymaras como "Peka" o "Yaku".
Con estos antecedentes resulta minimizada la razón que tuvo Agustín Gamarra para después de su triunfo de Pan de Azúcar, (Yunagy) cambie el nombre de Huaylas por "Ancash", nombre de un modesto riachuelo que discurre al pié del Pan de Azúcar.
La rebeldía huaylina continuó a lo largo de la historia. Tengo el honor de ser descendiente de un soldado huaylino (infante) que, reclutado por Bolívar, peleó en Ayacucho de donde salió herido. Dado de baja en el Cusco, dice que tuvo que caminar algunos años, de pueblo en pueblo, ganándose unos centavos para poder sobrevivir, hasta volver a su tierra.
Más tarde en la guerra con Chile, el Abanderado del Batallón Pucará fue un huaylino, Germán Ivanhoe Alba Jurado que se inmoló en Huamachuco defendiendo el bicolor nacional. Por su decidida acción ha sido declarado Héroe Nacional de la Juventud. Para no cansarte, solo te diré que recuerdo a mis paisanos que retornaron victoriosos después de la guerra con el Ecuador. Desfilaron en la Plaza de Armas de Huaylas uniformados y con sus medallas. Mi recordado padre me preparó un discurso que memoricé en mis cortos años y desde el atrio de la Iglesia los recibí diciendo "Licenciados Huaylinos Bravos..."
Creo estos hechos y otros acontecimientos justifican o explican afanes reinvindicacionistas de algunas personas que, finalmente, tienen sustento.
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