Fe y la alegría son palabras que alientan a que la humanidad emprenda buenas relaciones. El sacerdote José Carlos Garaycochea, SJ, explica que Fe y Alegría es una organización que convoca en el Perú a 89 mil niños, niñas y jóvenes, quienes comparten un modelo de educación estrechamente vinculado entre la familia y la comunidad.
Recordemos que la iglesia romana, en un momento de la historia de América Latina, consiguió convertir la representación de dios en la tierra en la persona del dueño de la hacienda o de la mina, y de quienes formaran parte del grupo dominante de la comarca.
Llegamos al siglo XXI, y esa misma Iglesia, cambiando formas y mensajes, ha logrado el reconocimiento de amplias colectividades en torno a su capacidad para brindar educación de calidad, contando con un parcial apoyo del Estado, alianza que los teóricos del mercado llaman subsidios y por lo tanto deberían ser eliminados.
¿Por qué razones la administración pública no puede conseguir los resultados que la sociedad espera? La respuesta no puede ser contestada con la necesaria claridad y amplitud por los apasionados del mercado. Una forma de comprender es visitar un colegio de Fe y Alegría:
Por ejemplo en Andahuaylillas, a 45 kilómetros al sur de la ciudad del Cusco, la Iglesia de San Pedro Apóstol, tiene una réplica, una arquitectura símil a la del Vaticano, de cuyo altar brotan los cantos y el arte religioso. La iglesia solía utilizar el vocablo en su significación de entonces:
“maravillar”, “asombrar hasta el límite”, al visitante, pues la decoración en pan de oro y los murales, no deja casi espacio libre.
La iglesia de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas debe de haberse construido a finales del siglo XVI, pues uno de sus murales, que firma Luis de Riaño, lleva la fecha de 1626. Estas pinturas fueron encargadas por el párroco, Juan Pérez Bocanegra, autor del Hanacpachap cussicuinin ( Hanaq Pachap Kusikuynin = Alegría del Cielo), la primera obra polifónica vocal compuesta en todo el continente americano, con letra mayoritariamente escrita en quechua.
Los jesuitas cuidaron de la Iglesia en algunos años del siglo XVII. En Andahuaylillas no solo es el templo, sino la extensión de su mensaje. El colegio Fe y Alegría, frente a un Colegio Nacional, solo los separa una estrecha vía para caminantes y arrieros que suben y bajan de las comunidades.
La diferencia entre ambas instituciones es abismal. Los pobladores se quejan ante los visitantes sobre el ausentismo de los maestros, de lo difícil que es conseguir una plaza en un plantel del estado. Inclusive se ha detectado consumo de bebidas alcohólicas. Por lo general, los profesores son nombrados por recomendación de un parlamentario, el ministerio o un delegado del partido político en el poder. El cuadro de docentes tarda meses.
En cambio, los comentarios en torno a Fe y Alegría son el polo opuesto. La plana de profesores está cubierta desde el primer día del año escolar. Si tardara el nombramiento, el director y una delegación de profesores y vecinos, se dirigen a las instancias provinciales y regionales. Y esperan de pie hasta que la autoridad entregue las respectivas resoluciones. La puntualidad es una norma vigorosa.
Sus profesores mantienen un cálido clima de relaciones con los alumnos y padres de familia. Tienen mística. El director sabe el nombre de cada al alumno y saluda con especial cariño y autoridad.
El plantel de Fe y Alegría dispone de un auditorio especial para presentaciones de coros, teatro, cantos. Canchas deportivas, granjas con aves, vacas lecheras, con una autoridad que tiene registrado en libros de caja y en su memoria personal el número de litros de leche, de huevos y otros productos para garantizar la dieta diaria de los alumnos.
Los directivos mantienen estrecha relación con las grandes empresas. Reciben donaciones nacionales y del exterior. Las placas de agradecimiento aparecen en un muro especial.
Andahuaylillas tiene una fértil campiña, en las cercanías del Vilcanota, en los primeros tiempos de la colonia, se instalaron vecinos que construyeron casonas que todavía conservan algún vestigio, de propietarios muy cercanos a la autoridad.
Fe y Alegría de Perú inicia sus actividades en 1966 con la creación de cinco colegios en las zonas pobres que circundaban el perímetro de Lima… El P. José María Vélaz vino de Venezuela en compañía de Ignacio Marquínez y José Luis Alcalde para trabajar en esta obra.
Fe y Alegría se trazó como su principal objetivo, en la educación integral de calidad para los sectores marginales. Entre 1967 y 1974 fueron tiempos de organización, constitución de equipos de trabajo con la dirección del Movimiento, el acompañamiento pedagógico de los centros, el cultivo de relaciones con el Estado y la búsqueda de las bases de financiamiento.
Entre 1975 y 1979 se enfatiza el trabajo de fortalecimiento del equipo y el accionar pedagógico, se potencia la educación técnica a través de talleres y una formación más integral, y se sientan pautas de una política de construcciones.
Así surgen los “Programas de Autoempleo”, con la fundación de colegios en la selva, la expansión de la educación rural a través de redes escolares, la “Defensoría del Niño”, la Escuela de Padres y la Educación Radiofónica.
Con similar organización y filosofía también el movimiento San Juan Bosco ha pasado a la historia como maestro de educadores. La Pedagogía de las Virtudes en Don Bosco se configura en una estructura especial. La virtud peculiar del educador es la caridad, con las características de los Corintios que debe ser una caridad palpable, visible por los educandos. “No basta que améis”. Constelación virtuosa en trabajo y templanza en el horizonte de «pan, trabajo, paraíso».
En suma: Fe y Alegría es un Movimiento de Educación Popular Integral y Promoción Social, basado en los valores de justicia, libertad, participación y fraternidad, dirigida a la población empobrecida y excluida para contribuir a la transformación de las sociedades.
Aunque el modelo no es completo. Las comunidades alejadas también comentan que los colegios creados por la Iglesia Católica en las principales urbes del Perú son muy caros, a los cuales no pueden acceder los sectores que no tiene ingresos altos y las pocas becas que existen no es garantía para poner evidencia las limitaciones y sutiles formas de discriminación en la población estudiantil.
Jorge Zavaleta
Jorge Zavaleta Alegre, es Periodista, Licenciado en Ciencias Sociales y Filosofía. Co-fundador de Gestión, primer diario de economía y negocios del Perú. Oficial de prensa del BID, autor de cinco libros sobre America Latina y ahora, Corresponsal del Diario16 de Madrid, desde Washington.www.papeldearbol-papeldearbol.blogspot.com
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