En el Perú la imagen de la FAO está sufriendo un intenso y rápido deterioro, porque su director general viene entorpeciendo el ejercicio de la Justicia. El caso de Odebrechet, la empresa más grande de Brasil, es cuestionada por multimillonarias inversiones sobrevaluadas en el Perú de los últimos diez años.
Pero los documentos públicos de la FAO, respecto a la Etica, son contundentes y en la práctica se espera que esa filosofía no sea violentada con la incorporación en el seno institucional de personas con dificultades en la Justicia, cuando hay miles de miles de personas con hojas de vida extraordinarias que pueden y deben ser llamadas.
Estas son algunas de sus disertaciones de José Graziano da Silva, Director General de la FAO:
"El razonamiento moral siempre está relacionado con los intereses básicos de las personas y otras criaturas sensibles y con el valor del entorno que sustenta la vida humana y no humana. Un análisis ético puede tener una gran importancia para la identificación de los intereses humanos y no humanos y el valor del ecosistema en su totalidad. También se pregunta cómo pueden verse amenazados o socavados estos valores e intereses y cómo se pueden impulsar o proteger. El bienestar del ecosistema tiene una importancia decisiva tanto por sí mismo como para los intereses humanos básicos y los beneficios sociales a largo plazo. La atención principal de este estudio se concentra en la manera en que las políticas y prácticas afectan a las condiciones de vida, los intereses y el bienestar de las comunidades, así como al bienestar del ecosistema. Esto está en consonancia con el desarrollo sostenible, concepto predominante de la ética ecológica, englobado en el concepto de la FAO"
José Graziano da Silva, Director-General de la FAO, ex ministro del presidente Lula, en la 34 ava Conferencia regional para América, en México:
FAO reconoce el compromiso político y los esfuerzos del Gobierno mexicano para la erradicación del hambre y para lograr un sector agroalimentario más sostenible e inclusivo.
Sus observaciones, Señor Presidente, de que actualmente conviven dos Méxicos: uno muy avanzado, que compite a nivel mundial, y otro con muchos rezagos, es esencial para fundamentar políticas que buscan “la democratización de la productividad”
Y así como existen diferencias en México, hay también disparidades en el resto de la región de América Latina y el Caribe. Alrededor de 34 millones de personas siguen sufriendo de hambre en la región que es la mayor exportadora neta de alimentos.
La región necesita capitalizar aún más su rol como potencia agroalimentaria, apoyando a la agricultura familiar y desarrollando las zonas rurales, ya que ahí es donde aún se concentran los mayores focos de pobreza y hambre.
Por otro lado, la obesidad creciente, sobre todo entre mujeres y niños, nos recuerda la necesidad de cambiar hábitos de producción y consumo alimentario. Nos obliga a diseñar políticas públicas que promuevan sistemas alimentarios sensibles a una buena nutrición, y que mejoren la nutrición de niños a través de alimentos frescos y nutritivos.
Señor Presidente,
Para evitar que un menor crecimiento económico afecte los avances hechos en la reducción del hambre y la pobreza, los gobiernos necesitan fortalecer sus programas de inclusión social. Hay que aumentar la voluntad política que sostiene estos programas. El camino del desarrollo sostenible es también el camino para un mundo más justo, seguro y pacífico, donde nadie se puede quedar atrás.
Además, el inmediatismo de la información genera un proceso de fragmentación y dificulta el desarrollo de perspectivas, explicaciones y entendimientos sobre el mundo y el tiempo en que vivimos. Un mundo de incertezas marca lo que se podría llamar la “nueva normalidad”, entre comillas.
Necesitamos, por lo tanto, de fuerza y coraje para enfrentar las incertidumbres y penetrar en sus complejidades. No podemos desistir ante las dificultades de nuestros tiempos.
Señor Presidente, señores Secretarios,
FAO considera muy importante el enorme potencial de cooperación sur-sur de este país. México tiene mucho que dar y una historia envidiable de solidaridad con el mundo. Es cierto que quien tiene hambre, tiene prisa, pero no nos olvidemos que no es fácil alcanzar resultados rápidos combatiendo una enfermedad como el hambre. Lo que importa es que empezamos el camino y hacemos el camino caminando sin parar, hasta llegar a la total erradicación del hambre.
Muchas gracias por vuestra atención.
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