Jorge
Zavaleta Alegre/ Cusco
El incendio de la Iglesia San Sebastián del Cusco, ocurrido el sábado 16
de Setiembre del 2016, revela que el
pasado histórico de esta parte de América Latina, carece de una mínima protección. Es una cruda realidad, que agrede a la civilización occidental y
cristiana, porque los ingresos del turismo solo terminan en las arcas de un puñado de agentes
internacionales, y que solo dejan un equívoco imaginario de que los pobladores
son dueños de ese idílico espacio en el ombligo del mundo.
Pero
esa visión cada día va cambiando. Los ciudadanos del Cusco ven con preocupación
el abandono sistemático del Centro Histórico,
según una Exposición del Centro Guamán
Poma, y que plantea cómo mejorar las
condiciones urbanas y el Cusco del futuro, “con la visión de modernizar sin
tomar en cuenta las características culturales locales o solo como elemento decorativo”, advierten
arquitectos y arqueólogos locales.
Juan
Tomás Tuyro Tupa fue el artista Arquitecto y escultor indígena creador de esta
hermosa iglesia de San Sebastián. El nació en el Cusco y al ser reconocido como
descendiente de la nobleza inca obtuvo el título de Sargento Mayor de la
nobleza indígena. Este artista fue quien también trazó la planta de la Iglesia
de San Pedro en el Cusco, la misma que era anexa al Hospital de los Naturales
en el año de 1699, habiendo tallado la imagen de Nuestra Señora de la Almudena,
así como el púlpito y el retablo principal.
En
la Iglesia de San Blas talló el retablo de Nuestra Señora del Buen Suceso y se
le atribuye la preciosa labor del púlpito de San Blas tallado en una sola pieza
de madera.
En
la catedral del Cusco labró retablos así como la imagen de Nuestra Señora de la
Almudena en la iglesia del mismo nombre y varias imágenes para los templos de
San Sebastián y Santa Ana.
Tragedia
nacional. El incendio ha sido calificado por el Ministro de Cultura como una “tragedia
nacional”. Pero, poco o nada sirve ese discurso oficial, cuando el templo ya fue destruido en gran parte, debido a un
incendio en la madrugada en una ciudad dominada por un frío intenso.
El
Ministerio de Cultura confirmó que el 80% del presbiterio y el 60% de la nave
central de la iglesia han sido consumidos por las llamas. Además, el retablo y
el altar mayor, hechos de cedro y pan de oro, resultaron destruidos en su
totalidad.
También
se han convertido en polvo ocho pinturas de escenas religiosas pertenecientes a
Diego Quispe Tito, emblemático representante de la escuela pictórica cusqueña
en la época virreinal.
El
Ministerio de Cultura informa que asumirá la custodia de la iglesia de San
Sebastián y elaborará un proyecto de inversión pública de emergencia para
desplegar acciones de restauración arquitectónica y de las obras de arte
religioso.
Las
autoridades no indican aún el origen de las llamas, pero no se puede descartar
la intencionalidad del siniestro para sustraer obras de un
gran valor. La Biblioteca Nacional
del Perú, en un foro reciente, dio
a conocer las grandes utilidades
que genera el comercio
ilícito de obras de arte,
junto con el narcotráfico y sustracción
de piezas arqueológicas.
El incendio en la iglesia San Sebastián
se inició aproximadamente a la 1 de la madrugada y la falta de agua en
la zona dificultó el trabajo de los bomberos. Esta ausencia elemental de previsión, indigna a los vecinos que ayudaron a salvar algunos bienes del templo. El Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Cusco, indicó que el Servicio de Agua abrió las válvulas de agua luego de 2 horas de iniciado el siniestro.
En
el Cusco destacan las iglesias de mediados del siglo XVII y sus vistosos
altares, como el del Templo de San Sebastián, que ya desapareció por las llamas. Este altar repujado en pan de
oro guardaba características únicas y primorosas, que lo hacían uno de los más
bellos de todo el continente.
Esta
verdadera obra de arte de estilo barroco con columnas corintias muy decoradas y
con hermosos detalles adosados en toda su fachada era inmensamente apreciada en
el mundo del arte, sus hornacinas, escudetes y detalles de conchas lo hacían
único y especial dentro de la arquitectura religiosa de Cusco.
En
este altar descansaban imágenes en yeso de San Juan y San Agustín, además de
una pequeña imagen de San Sebastián, la primera que llegó a Cusco en 1560.
Después del incendio no quedó ninguna de estas.
Tal
vez para regocijo de los creyentes y devotos de San Sebastián, la mayor joya
que guardaba este templo en su interior, la escultura del llamado Patro San
Sebastián fue retirada justo a tiempo y se 'escapó' de correr con la misma
suerte que los otros santos.
Pinturas
del siglo XVII, bienes con más de 200 años de antigüedad y otras incalculables
pérdidas históricas ha dejado el incendio ocurrido esta madrugada en la iglesia
San Sebastián, en el Cusco.
“Todo el pueblo de San Sebastián está
llorando. La iglesia está en escombros, no existe nada, todo el patrimonio
cultural del distrito de San Sebastián se ha consumido”, declaró, entre
lágrimas, el alcalde Andmar Sicus Cahuana.
Hace
solo cuatro años, la iglesia que data del siglo XVI había sido restaurada con
un presupuesto de 5 millones de soles. Fue declarado como Patrimonio Cultural
de la Nación - Monumento Histórico Artístico en el año 1972. No obstante esta
inversión pública, la anomia impregnada en la burocracia del Cusco (y del país) los servicios
de custodia, no funcionan.
Y
LA UNESCO QUE DICE
El
año pasado, en junio, se realizó en Cajamarca, IV Encuentro Nacional de Centros Históricos
del Perú, promovido por la Unesco. Sus
directivos indicaron “que el encuentro fue una oportunidad para fortalecer la
gestión de los centros históricos, mejorando el cuidado y conservación de estos
a través del intercambio de experiencias de las diferentes ciudades históricas
del país”
La
UNESCO facilitó un taller con representantes de Lima, Rímac, Trujillo,
Cajamarca, Chachapoyas, Arequipa, Cusco, y el Ministerio de Cultura, con “el
fin de realizar un diagnóstico participativo de las necesidades de
fortalecimiento de capacidades para la gestión sostenible de los Centros
Históricos”.
Este
diagnóstico servirá para informar al proyecto “Apoyo a la gestión de la Red de
Ciudades Patrimoniales”, financiado por AECID.
Las autoridades que participaron
en dicho taller se comprometieron en participar activamente en la red y
compartir entre sus miembros todas las experiencias y materiales relevantes
para generar buenas prácticas a nivel nacional.
"Otros resultados importantes
del evento", según Unesco fueron la firma de convenios de cooperación entre Cajamarca y Trujillo, y entre Trujillo y Cuenca con el
fin de compartir experiencias y fortalecer su gestión.
Habría que preguntarse
para qué tanto gasto en congresos cuando los
resultados son escasos. San Sebastián es el mejor testigo de la inercia
de la Unesco y del Perú, uno de los estados miembros.
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