Diversas  fuentes académicas coinciden que un banco de
desarrollo es aquel que financia, normalmente a una tasa de interés inferior a
la del mercado, proyectos cuya finalidad es promover la economía de bienestar
en una determinada región o grupo de países.
Por lo
general el capital de este tipo de Banca es consecuencia de las contribuciones
de los estados nacionales miembros, los cuales tienen un voto ponderado, en
proporción del aporte en el Directorio y las decisiones.
En el caso
del Banco Mundial nació como el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento
de la Europa destruida por la segunda guerra mundial, con la sigla  BIRF (en inglés: International Bank for
Reconstruction and Development o IBRD). 
En la
actualidad  se mantiene mediante pagos
regulados por sus Estados miembros. Opera sobre tres ejes: contribuir a la
reconstrucción de los países, ayudar a elevar el nivel de vida de los
habitantes de los países miembros mediante el crecimiento equilibrado y
cooperar en la transición de una economía de guerra en una economía de paz. 
El BIRF
entró formalmente en funcionamiento el 27 de diciembre de 1945, luego de la
ratificación internacional de los acuerdos de Bretton Woods, realizada entre el
1 y el 22 de julio de 1944, en Bretton Woods (Nuevo Hampshire), Estados Unidos.
LATINOAMERICA
El Banco
Interamericano de  Desarrollo – IADB,
nació  en 1959, funciona en
Washington  y su primera operación fue  crear la Autoridad del  Agua 
en Arequipa, ciudad al  sur del
Perú, parte  del Arco de Fuego  del Pacífico, que había sufrido un
violento  sismo que destruyó incluso los
canales de distribución  del  agua.
Atendiendo
la solicitud del  Alcalde  de la Ciudad Blanca, al  pie del 
Volcán Misti, el  BID promovió una
moderna administración del sistema de distribución del agua, que permitiera
crear una estructura ágil que  brindara
un servicio a todos los habitantes. Así fue. Cincuenta y cinco años, ese
proyecto  funciona  y ha servido de referente para otras  urbes.
En la
actualidad el BID es el banco regional de desarrollo más grande a nivel mundial
y ha servido como modelo para otras instituciones similares en la región y
subregión. Aunque nació en el seno de la Organización de Estados Americanos
(OEA) no guarda ninguna relación con esa institución panamericana, ni con el
Fondo Monetario Internacional (FMI) o con el Banco Mundial. 
La
proyección del  BID, se sustenta en la
visión de  Enrique Iglesias, ex canciller
del  Uruguay y uno de los más destacados
americanistas promotores del desarrollo Regional. 
BANCO ANDINO
DE FOMENTO
La CAF   es un banco de desarrollo constituido en
1970 y conformado por 19 países - 17 de América Latina y el Caribe, España y
Portugal- y 14 bancos privados de la región. 
Promueve un
modelo de desarrollo sostenible, mediante operaciones de crédito, recursos no
reembolsables y apoyo en la estructuración técnica y financiera de proyectos de
los sectores público y privado de América Latina. Con sede en Caracas, Venezuela,
cuenta con oficinas en Buenos Aires, La Paz, Brasilia, Bogotá, Quito, Madrid,
México D.F, Ciudad de Panamá, Asunción, Lima, Montevideo y Puerto España.
Sus socios y
diversos alcaldes se preguntan: ¿Son inclusivas las ciudades latinoamericanas?.
 La respuesta es que el 80% de los habitantes
de América Latina vive en zonas urbanas, por lo que las ciudades son el objeto
central de las agendas de desarrollo e inclusión. 
En los
últimos años,  el debate sobre el
desarrollo que anima la CAF se ha centrado más en definir cuáles son las
mejores políticas para el crecimiento y la inclusión y  en las capacidades de las agencias encargadas
de poner en marcha esas iniciativas.
 Uno de los obstáculos más notorios que
enfrenta América Latina para aumentar el bienestar general de una manera
inclusiva es la falta de conocimiento sobre cuál es la mejor manera de diseñar
e implementar una política pública. 
Por esta y
otras explicaciones, la  CAF, en varias
de sus investigaciones, analiza la Participación electoral y no electoral en
América Latina. La importancia que tiene el ciudadano como auditor externo del
Estado es una idea ya establecida tanto en la región como en el mundo entero.
Cada vez son más los ciudadanos que se deciden a cumplir un rol cívico más
activo, demandando una relación productiva entre los países  y sus gobiernos democráticos.
Hay  otros 
bancos  de desarrollo nacional,
que no siempre marchan  en función de los
grandes objetivos nacionales.  De  allí la 
trascendencia de ALIDE, Asociación Latinoamericana de Instituciones
Financieras para el Desarrollo, organismo internacional, sin fines de lucro,
que representa a la banca de desarrollo de América Latina y el Caribe.
Opera desde
Lima (Perú), a través de prácticas financieras que impulsa entre sus asociados,
como el financiamiento de proyectos inclusivos, responsables y sustentables.
Cuenta con más de 80 miembros activos en Latinoamérica, el Caribe y en países
fuera de la región como Alemania, Canadá, China, España, Portugal, Suecia y Rusia.
Su sistema de gestión de calidad cuenta con certificación ISO 9001-2008.
EL  GREMIO REGIONAL
En ALIDE se
practican tres valores fundamentales: La integridad, El compromiso y El trabajo
en equipo. Todos apuntan   o deben
fortalecer la acción y participación de las instituciones financieras de
desarrollo en el proceso económico y social de América Latina y el Caribe, así
como de su propia condición de organismo representativo de la banca de
desarrollo de la región.
 Recientemente Alide ha renovado su secretaria
general,  tras el  fallecimiento 
de su tenaz funcionario y el 
temporal reemplazo de  Ricardo
Palma Valderrama, abogado y  banquero,
cuya conducta institucional  sobresale en
medio de un país con una profunda crisis moral, ética, política  y administrativa en el Estado y el sector
privado. 
Durante su
breve gestión, Alide  creó  el premio sobre banca de desarrollo “Rommel
Acevedo”.  El  15 de abril de 2016 finalizó la convocatoria
con el fin de impulsar los proyectos de investigación sobre la banca de
desarrollo en América Latina y el Caribe.
El nuevo
Secretario General de ALIDE, desde el 20 de mayo de 2016, reconocido en la 46°
Reunión Ordinaria de la Asamblea General de dicha entidad, es Edgardo
Álvarez,  quien asume en un acto  especial con la participación en
videoconferencia de la Presidenta de ALIDE, María Soledad Barrera, de
nacionalidad ecuatoriana, y miembros del Consejo Directivo y personal de la
Secretaría General.
Álvarez
agradece el respaldo y felicita a los jefes de programas y colaboradores de la
Secretaría por el accionar y coordinación que vienen realizando. Así también,
indicó sentir una gran responsabilidad y orgullo de incorporarse a una
institución que está comprometida con el crecimiento de los países, a través
del fortalecimiento del sistema de financiamiento del desarrollo en la región.
Ello debido a que considera que ALIDE contribuye con la visión de banca de
desarrollo creadora e incentivadora de mercados para la inclusión de personas,
proyectos y territorios excluidos del financiamiento de fuentes tradicionales y
del apoyo a la transformación estructural de las economías de sus respectivas
naciones. 
El flamante
secretario general expresó su determinación para contribuir con el crecimiento
de ALIDE, que ha sido,  y está llamada a
servir de vaso comunicante entre sus asociados, para trasmitir las mejores
prácticas y gestión del financiamiento del desarrollo. 
Así, dentro
de las acciones que espera implementar está la elaboración de un plan
estratégico para los siguientes cinco años, que incorpore la temática
desarrollada en las Asambleas Generales y que se pueda llevar a niveles de
acciones operativas. 
Con sede en
Lima, ALIDE es el organismo internacional representativo de la banca de
desarrollo de América Latina y el Caribe. Tiene casi un centenar de miembros en
Latinoamérica, el Caribe, Alemania, Canadá, China, España, Francia, Portugal y
Rusia. ALIDE es el primer organismo internacional con sistema de gestión de
calidad certificado con la ISO 9001.
La entidad
financiera Cofide, uno de los miembros de ALIDE obtuvo el premio al mejor Banco
de Desarrollo del 2016 de la región. Alide resaltó la realización de
operaciones por más de 700 millones de dólares, como parte de su programa
Bionegocios, las cuales se destinaron a minicentrales hidroeléctricas, parques
eólicos y plantas de tratamiento residual, entre otros.
Alide
consideró su mejor calificación de riesgo, según la agencia calificadora
Moody’s, al haber obtenido un grado de inversión estable de acuerdo a Standard
and Poor’s y Fitch Rating, y la calificación A+ de Equilibrium. Cuenta con casi
un centenar de miembros en Latinoamérica, el Caribe, Alemania, Canadá, China,
España, Francia, Portugal y Rusia.
REFLEXIONES
La Banca
Privada no ve con buena  cara los   recursos de la  Banca de desarrollo, porque esta   canaliza, por lo general sus recursos, vía
la  banca de primer piso,  es decir con la banca tradicional, bajo
la  supervisión estatal, aunque en
estas  comarcas estas superintendencias
de la Banca, Seguros y Administradoras de Fondos de Pensiones suelen
mantener  una  equivocada 
 autonomía, impidiendo el  cumplimiento 
de objetivos de la banca de desarrollo.
La
banca  privada  suele ofrecer 
las líneas de crédito de la banca 
de desarrollo a tasas iguales o menores para evitar la competencia y/o
pérdida del cliente.
Valiéndose
de la “filosofía del libre mercado”, la intervención  de los 
Bancos  de  Desarrollo no encuentran aliados para alentar
el crédito en inversiones, en proyectos sociales.
Este es un
escollo muy serio, que  debe ser
analizado, superado y evitar  el  boicot. Con 
esta acción, la banca ha conseguido revivir el viejo latifundio,
arrebatando la propiedad de los campesinos beneficiarios  de  
reformas agrarias, que fueron procesos que permitirían dar  el gran salto 
del latifundio a pequeños 
agricultores o asociaciones.
De  continuar 
estas prácticas, los productores agrarios, agropecuarios, avícolas,  artesanos, 
no logran consolidar asociaciones de productores, pierden la razón  de  ser
productores  y sujetos formales de
exportación.
Un solo
ejemplo demuestra esta incoherencia perversa, En los valles  del 
sur andino  del Perú, como  Andahuaylas, la tierra  de José 
María Arguedas, el  kilo de la
papa, planta originaria  de esta parte
del planeta, el campesino vende su cosecha a 0.10 centavos de sol el kilo del
sabroso tubérculo, y el camionero de los supermercados paga 1 sol con 20
centavos  la arroba (11g) para ser
comercializados   en 50 y 60  veces más el kilo. Y en la  exportación, que selecciona el producto
seleccionado, el campesino del poblado serrano mantiene su pobreza,
llegando  al  extremo de ni siquiera extraer la papa  de su parcela 
porque provoca un  trabajo  sin utilidad monetaria alguna.
Esta  misma figura, lacera la vida, la economía  de agricultores de materias primas, como  cacao, café, té, ajíes, tomates, tejidos con
fibras  de llamas y vicuñas.
El
mercado  puede  funcionar 
siempre  cuando la  banca olvida que la  producción 
es un concepto ético, humano y responsable.
Respecto a
los recursos que no necesariamente pasan 
por la banca de primer piso, es decir cooperaciones  cuya lógica y argumentación parecieran
ideales, terminan en gastos  de una
empleocracia desmotivada, corrupta, y  el
proyecto concluye apenas se  acaban los
fondos. Nada más imposible, que  un
proyecto  de desarrollo local, en tanto
existan los fondos de la  banca de  segundo piso. 
Esta  es la arquitectura  fantasma de la  Banca de Desarrollo  vs 
Banca Privada,  y gobierno  ausente. Es indispensable fortalecer  a la banca que  trabaja con productores de los pueblos mas apartados y volcar la Universidad a escenarios  reales.

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