Papel de Arbol

lunes, 3 de noviembre de 2014

BORGES Y LA CRITICA GENÉTICA: El objeto de lo imposible



-Entrevista a Daniel Balderston, Director del Centro Borges y profesor titular de la Universidad de Pittsburgh-EEUU.
Por Jorge Zavaleta Alegre* - Jorge Zavaleta Balarezo**. Cambio16-Madrid


Lima, en octubre del 2014, tuvo la oportunidad de analizar y apreciar la trascendencia de los mejores escritores latinoamericanos,  a través de  dos congresos internacionales,   conferencias  y  encuentros convocados por prestigiadas  universidades  y  centros de estudios especializados y la asistencia de destacados valores y especialistas.  Aunque con lentitud, América Latina y particularmente el Perú despiertan  ante la nueva y abundante creación literaria,  después del fenómeno editorial del Boom y el Post Boom  y de la corriente narrativa  de las últimas décadas caracterizada por la temática política y la innovación en lo técnico.

Esta impresión se percibió  en los  recientes congresos  sobre Literatura Latinoamericana y de Narrativa Fantástica, organizados por el Instituto Raúl Porras Barnechea - la  Universidad Nacional Mayor de San Marcos - UNMSM,  el Centro peruano de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar y la adherencia  de la Pontificia Universidad Católica.

Un valioso  aporte de los estudios literarios fue su  exposición sobre la investigación genética, es decir el acceso a los manuscritos de  autores, labor muy especializada que en el Perú aún no se ha ingresado, opinó   Elton Honores, presidente y coordinador de ambas citas.
 
El Dr. Daniel Balderston, profesor titular de  University of Pittsburgh, EE.UU, ofreció tres conferencias sobre  el escritor argentino Jorge Luis Borges, una de las figuras más destacadas en este continente, cuya universalidad se consolida, precisamente, con la crítica genética, que permite  comprobar la fortaleza de su obra. Recurriendo a una invalorable documentación Balderston  ofreció detalles sobre  “Cómo escribía Borges", la relación de Borges y  Bioy Casares su amigo más cercano, y las versiones primarias de “El jardín de senderos que se bifurcan”

Daniel Balderston es director del Centro Borges que publica semestralmente la revista  Variaciones Borges. Uno de sus libros más difundidos sobre la obra del célebre escritor argentino se titula Fuera de contexto. Además de ser un experto en Borges, aborda la literatura del Cono Sur, la literatura brasileña, y estudios latinoamericanos de género y sexualidad. Entre sus publicaciones recientes se incluyen: Aproximaciones a la enseñanza de El beso de la mujer araña, de Manuel Puig; y El deseo, enorme cicatriz luminosa: Ensayos sobre homosexualidades.

A continuación la entrevista:
--Muy valiosa su exposición por la meticulosidad, por la lección de cómo se investiga. Cuanto  quisieran las universidades de América Latina tener esa posibilidad.  ¿Qué consejos  daría Ud. para llegar a esa  exigencia que reclaman  los lectores?
Lo que he desarrollado hoy en este foro, forma  parte de aquello que los franceses llaman la “Crítica  Genética” y hay investigadores en varias latitudes, en América Latina  que están haciendo eso. Tal vez la persona más importante es Élida Lois, en Buenos Aires, que escribió un manual, que publicó  la editorial Hachette, sobre la génesis de los textos.   

A principios de este año 2014, publicamos en el Nº 246  de la Revista Iberoamericana,  ensayos de Élida Lois, Julio Premat, Jorge  Schwartz, Raúl Antelo, uno mío, María Laura Bocaz   y  otros sobre esta cuestión.

Las posibilidades que abren los manuscritos son  muy interesantes para el estudio crítico, porque uno se da cuenta de cómo  un escritor va  desarrollando sus  hipótesis,  sus posibilidades,  sus preguntas, sus dudas. A veces,  algunos escritores lo hacen de  modo muy sistemático.  Por  ejemplo, José Donoso,  planea obsesivamente, hay partes de El obsceno pájaro de la noche,   que después va escribiendo, va comentando su  proceso de reescritura.

Hay otros escritores donde  la misma página es el laboratorio, por decirlo de algún modo, del texto final. Y Borges forma parte de esa tendencia. Es decir, no hay papeles previos sino que  utilizan  el cuaderno o la hoja suelta como  lugar para ensayar  posibilidades. Mantiene un proceso intenso de reescritura. Borges solía firmar sus originales cuando los tenía terminados.

A veces es apenas por la versión publicada que nos enteramos  qué escogió y qué descartó  el autor. Es decir, el  método es muy rico  en posibilidades. Una de las cosas que dice la crítica genética es que hay que  estudiar el proceso  de cada  escritor.  No hay  un  proceso creativo sino que hay  procesos muy individuales. Y la distancia que media  entre  Donoso y Borges,  por  ejemplo,  es una distancia muy grande con respecto  a cómo piensa su texto  el escritor.

-¿En este proceso de investigación, muchos estudiosos no se frustran  de pronto sobre las bondades del escritor o las  limitaciones que se descubren?
-- Bueno, en el caso de Borges,  creo uno queda  cada vez más admirado  por la imaginación fértil que puede dar  22  posibilidades para escoger luego apenas dos,  en uno de los manuscritos del poema 'A Francisco López Merino' o en los  ejemplos de “El jardín de senderos que se bifurcan”, donde la  hipótesis de Stephen Albert, en ese cuento  sobre la coexistencia  de muchas vidas posibles, se ve ya en  los manuscritos preliminares. Es decir  esa ideal radical  de  la incertidumbre.

-- Me habla de las incertidumbres o  encantos en esta labor de investigador...
--Uno tiene que sentirse ya muy interesado  en la obra, tener  la paciencia necesaria  para  estudiar este tipo de material. En mi caso llevo  35 años  escribiendo sobre Borges, pero apenas hace cinco tuve  la osadía o la locura de  sentarme a tratar de estudiar este tipo  de materiales. 

Parecía imposible inicialmente. Incluso el que había sido el dueño del  manuscrito de “La muralla de los libros”  me dijo  que en ese documento no iba a ver nada  que me interesara  y ustedes pueden  apreciar que en el final de  ese ensayo hay esa variedad  de posibilidades para definir  la  sensación de cómo se llega hasta la inminencia de una revelación  que no  se produce,  que es la sensación  de la belleza o el  hecho estético.

Es  decir que uno tiene que  estar ya comprometido  con un escritor para  sujetarse a esta tortura. Uno no hace esto con  un texto que no le haya llamado la atención desde hace tiempo.  Es un trabajo  muy  arduo, y llegar a las fuentes   es a  veces arduo, difícil.

Hay archivos que están más o menos intactos. En las  Bibliotecas Nacionales hay  archivos completos de ciertos escritores: José Enrique Rodó, Delmira Agustini o  gran parte de la  obra madura de Juan Carlos Onetti en la  Biblioteca Nacional de Montevideo.  Solo para dar un ejemplo.

Hay también otros archivos que están muy dispersos. El caso de Borges es un caso  muy radical. No hay  una buena colección de manuscritos de Borges, hay pedacitos aquí, pedacitos allá,  cuadernos destruidos y mucha  incertidumbre, incluso, sobre  dónde están los originales  de los que se tienen fotocopias a veces o ediciones facsimilares.

Cuando me puse a trabajar este tema, algunos  de los coleccionistas estaban dispuestos a dejarme ver solo  por un minuto: “aquí tengo esto como fetiche”.

Y otros han sido  más generosos. Pero también es cuestión de insistencia,  de  mucha paciencia. En el mercado los escritos de Borges se cotizan entre 100 mil y 600 mil dólares, aunque yo no he comprado ninguno. He recurrido siempre a  coleccionistas y a veces uno ve fragmentos que ayudan mucho a entender la imaginación del creador.

-De pronto en la vida de un investigador  uno se siente  limitado, porque el conocimiento es multidisciplinario, interdisciplinario. ¿Cómo se juega en esa posibilidad?
-Uno tiene que comenzar a  aprender sobre las cosas  que están en el  texto.  Si  el texto contiene referencias,  alusiones implícitas o explícitas,  uno tiene el deber de buscar, consultar las fuentes, de corroborar, de cotejar. Y en el caso de  un escritor como Borges  el  texto lleva al  estudioso a todos los campos del saber. No hay límites previsibles o pre establecidos. Uno no puede decir: Ah yo soy especialista  solo de x  o de y.  Uno tiene la obligación de averiguar a qué se está   aludiendo.
-En su calidad de editor de las Novelas cortas de Onetti,  y autor de libros sobre Manuel Puig, o sus estudios sobre diversidad sexual en la literatura latinoamericana, ¿cómo ha visto este proceso de interpretación de nuestra literatura regional por la academia norteamericana, en los departamentos de Español? Es decir,  durante sus treinta años   como profesor, crítico y estudioso cómo entiende la evolución de su propio quehacer y de sus colegas en la Universidad.
-Ha  habido corrientes y teorías al interior de la Academia, ha habido esfuerzos por aplicar determinadas teorías. Hay muchas maneras de interrelacionar los textos,  hilvanar tradiciones, estudiar  ecos e influencias y creo que lo que llama la atención en estos momentos es  precisamente, la diversidad de enfoques.

Yo estoy muy contento en lo mío en estos momentos porque siento que el  estudio de los 
manuscritos es un asunto apasionante y rico, pero  hay otra gente que mira con asombro este tipo de cosas y dice “cómo puedes pasar tanto tiempo, con una lupa y cotejando versiones”. Hay gente que piensa  tal vez, gracias al ensayo de Derrida, que el archivo es una suerte de enfermedad o causa de una especie de mal. Creo todo lo contrario acerca de los procesos creativos del escritor de modo muy vivo y muy rico.    
-En América Latina quisiéramos conocer más sobre el Centro Borges, que Ud. dirige en la Universidad de Pittsburgh, y que además de ser una institución global de referencia sobre la vida, obra y legado del célebre escritor argentino, publica la revista académica Variaciones Borges.
-El Centro Borges se fundó a mediados de los noventa en la Universidad de Aarhus (Dinamarca). Estaban allí dos argentinos, Iván Almeida y Cristina Parodi. Ellos fundaron el Centro para tener un medio de comunicación con otros lectores, publicaron la revista durante su permanencia y en el 2005  retornaron a la Argentina tratando de ver quién podría continuar la labor. Ahora, de algún modo, me eligieron  y   llevo editando la revista desde el número 21  en el 2006, y en el año que viene  (2015) voy a cumplir el segundo ciclo  de 10 años.

Además de publicar Variaciones Borges,  y organizar  coloquios  y conferencias, queremos dar mayor énfasis a la página web www.borges.pitt.edu  que es muy consultada desde distintas partes del mundo, incluyendo países del Asia y el Pacífico Sur, lo cual demuestra la universalidad de un autor como  Borges.
*Corresponsal de Cambio16 Madrid.
**Ph.D. en Literatura Latinoamericana, University of Pittsburgh.

BORGES EN TRES ESCENARIOS
El Primer Congreso Internacional  de Literatura Latinoamericana, en Lima,  destacó la vida y obra de Raúl Porras Barrenechea, historiador  en busca de la peruanidad. Los 100 años del nacimiento de Adolfo Bioy Casares y de Julio Cortázar. Y  los 20 años de la muerte de Julio Ramón Ribeyro. Estas son tres de las  razones para el encuentro académico. La primera de las tres conferencias del Dr. Balderston  se tituló: “Cómo escribía Borges".
 
El Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar, organizador del Primer Congreso de Literatura Fantástica,  se sumó al homenaje a Borges. Esta organización es presidida por Raquel Chang-Rodríguez, Graduate Center-City College, CUNY; vice – presidente Carlos García Bedoya, Ph.D. por Universidad de Pittsburgh y profesor  de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

La Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la PUCP, liderada por su  Decana, Susana Reisz, Doctora en Filología Clásica por la Universidad de Heidelberg, Alemania, y través de su directora de estudios Carmela Zanelli y la profesora principal  Cecilia Esparza, convocaron al Dr. Daniel Balderston para disertar sobre  la profunda relación amical y literaria entre Borges y Bioy Casares, tema que generó un  diálogo ameno con estudiantes y profesores  como la poeta, narradora y guionista Giovanna  Pollarolo.
             








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